Después de las declaraciones de ambos chicos, los dos caminaron de regreso a través del pasillo, observando las pinturas que sus paredes decoraban. — Estas pinturas son preciosas, pero no tienen autor, me pregunto quién será el dueño de estas obras. — expresó Jungwon con curiosidad, mientras observaba detalladamente cada pintura. — Son tuyas, niño. — contestó Ni-ki minutos después. Jungwon solo lo vió con extrañeza y confusión. — Es decir... yo la hice, Jungwon. Pero... tú eres el dueño de mis creaciones, porque tú ocupabas mi mente cada vez que apoyaba el pincel sobre el lienzo, tú estás en cada una de mis obras, Jungwon. — Explicó Ni-ki mientras acercaba su cabeza de nuevo hacia la de Jungwon. Pero esta vez no lo besó. Tomó su mentón con delicadeza con una mano y junto sus caras frente con frente, empezó a juntar su nariz contra la suya, comenzando a frotarlas entre ellas. Jungwon amaba a ese hombre con todo su corazón.
La tarde transcurría y ellos volvían a casa. El cielo se había oscurecido, por lo que Ni-ki acompañó a Jungwon a su casa y lo dejó en su entrada, después lo abrazó apoyando su mentón sobre su cabeza, mientras el más bajo apoyaba su cara contra su pecho. — No me quiero meter Nishi, quiero estar contigo el tiempo que sea necesario para que deje de doler cuando me hagas falta. — susurró Jungwon entre suspiros. — Niño lindo, yo siempre voy a estar contigo mientras me guardes un lugar especial ahí adentro. — contestó el más alto, señalando el pecho de Jungwon, refiriéndose a su corazón, dejándolo más tranquilo.
— ¡Jungwon! — El mencionado volteó hacia su puerta de entrada rápidamente, alejándose al instante de Riki. — ¡Hola madre! Espere a que entre, sí? — Isabella ( madre de Jungwon ) solo hizo oídos sordos. — ¿Quién está ahí contigo? Necesito saber con quien te juntas, Jungwon. — preguntó Isabella. — Es mi...amigo, mamá. Se llama Ni-ki, solo salimos a pasar el rato, no hicimos nada malo. — Dijo con una risa nerviosa y una sonrisa notablemente falsa. — Es un gusto señora, Jungwon me ha contado cosas muy buenas sobre ustedes, espero podamos conocernos más, y tal vez llevarnos bien. — dijo Riki, por el contrario, el lucía totalmente calmado.
— No puedo creer que tengas un amigo, Jungwon, parece un chico muy agradable. — alzó la voz Isabella con una gran sonrisa. El pelinegro estaba rojo de la vergüenza, no quería que Ni-ki se enterara de que no tenía amigos... mucho menos que se enterara el vecindario entero. Riki solo se rió de él y Jungwon le dió un golpe en el brazo. — ¿No te gustaría pasar con nosostros a cenar y platicar un rato? — le preguntó Isabella amablemente al castaño. Esperando ambos a que aceptara su petición. Riki estaba indeciso sobre acceder, ya que no quería dejar a su familia descuidada. "Le avisé a mamá que llegaría tarde, espero que no se angustie demasiado." pensó el castaño. — Claro, señora, me encantaría. Muchas gracias. — Jungwon se emocionó tanto que pegó un brinco, lo cual le causó risa a Isabella, estaba tan contenta de que su hijo por fin haya podido hacer un "amigo".
Riki estaba un poco sorprendido por tener tanta comida en la mesa, jamás había comido tanto en su vida. Es decir, es lo que se espera de una casa tan grande y llena de lujos. — Tenías hambre, eh?— le dijo SeoJoon ( padre de Jungwon ) a Riki mientras se contenía la risa. — ¡Papá! Mamá dile algo, no me avergüencen. — dijo Jungwon con una expresión de enfado hacia sus dos padres. Su madre solo rió y se disculpó con Ni-ki. — Está bien señora... la verdad es que si tenia hambre, y estaba deliciosa la comida. — dijo con amabilidad. — Todos rieron a su comentario. Pasaron los minutos y con el tiempo comenzaba a haber un ambiente más agradable y cálido, había más confianza entre todos. Ambos estaban contentos de haberse llevado tan bien.
— Disculpen, señores Yang. — Ni-ki dijo repentinamente, llamando la atención de todos los presentes. — Ya que nos hemos conocido mejor, quisiera hacerles una petición que...incluye a Jungwon. — dijo mientras dejaba su tenedor en al plato, mientras todos escuchaban con mayor atención al mencionar este último nombre. — Me gustaría tener su permiso para que Jungwon y yo podamos planear un viaje de varios días a el Lago Como. Pienso que si nos dejaran pasar este verano juntos podríamos... fortalecer nuestra amistad? — dijo con la mirada hacia la mesa y el nerviosismo hasta el cuello. — Ni-ki, nos pareces un chico increíble, perfecto para nuestro Jungwon, pero no sé si sea— Jungwon se levantó abruptamente de su silla y colocó fuertemente ambas palmas de sus manos en la mesa. — Mamá, papá, ustedes saben que jamás les he pedido nada así. Saco buenas notas, hago mis tareas diarias y siempre he sido un buen hijo, por favor, solo por una vez déjenme a elegir. Por favor. — Después de decir todo, Jungwon sintió un nudo en la garganta, jamás se había atrevido a alzar la voz frente a sus padres, tenía miedo, pero su voluntad era más fuerte. Riki estaba un poco incómodo, pero realmente quería escuchar sus respuestas.
— Lo hablaremos más tarde Jungwon, por ahora estamos un poco exhaustos, así que iremos a descansar ya. — dijo Isabella con firmeza. Después de unos segundos de silencio, Riki decidió levantarse de la mesa para irse, no antes de despedirse de todos y agradecer su gentileza. — ¡Adiós a todos, nos vemos luego. Gracias por todo! — gritó Riki mientras corría por el jardín hacia la puerta de la valla.
Jungwon no le dirigió una palabra más a sus padres esa noche, no después de que hayan ignorado todo lo que dijo frente a Riki. "Esto era tan injusto, al fin tenía a alguien que me amaba, no es justo...no es justo." Jungwon lloró hasta quedarse dormido mientras abrazaba a Maeumi, que siempre estaba a su lado.
Riki al llegar a casa, notó que Gina se cansó de esperarlo, y sin querer se quedó dormida en el sofá. La despertó suavemente con un beso y la ayudó a subir a su habitación para que durmiera, después fue a revisar a Lidia, que ya estaba dormida, así que solo la besó en la frente y la arropó mejor. Riki estaba apunto de irse, pero escuchó una pequeña voz. — Kiki, espero que te haya ido bien con tu novio. — dijo balbuceando Lidia con los ojos cerrados, ya que estaba más cerca de estar dormida que despierta. — Gracias, princesa. Fue increíble, tal como lo dijiste. — susurró Ni-ki antes de salir de su habitación, viendo con ternura como su hermana sonreía mientras dormía.
"Mi Jungwon, ya te dije que yo te iba a llevar a recorrer el mundo entero. Así tenga que ir de rodillas a suplicarles" — No hay una noche en la que no me acueste pensando en ti, mi corazón. — Dijo con su tonta sonrisa enamorada.
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Holaa, espero tengas una buena opinión de mi historia.💕
Quería avisarte que ya casi llegamos a partes un poco fuertes y no muy aptas para todo público, así que podrán saltársela porque voy a agregar un símbolo al título. Gracias por todo, tengan un lindo día, o noche.