El pasillo parecía interminable mientras descendía hacia el recibidor.
Cada paso resonaba en la madera pulida, acompañado por el murmullo incesante de los miembros de la manada que se filtraba como una tormenta lejana.
Las palabras, apenas audibles, eran como alfileres clavándose en su ya frágil estado emocional.
— ¿Es realmente su omega? — preguntó a alguien en voz baja.
— No lo sabía... — respondió otro, con un tono cargado de curiosidad malsana.
El aire estaba tenso, cargado de una expectación pesada que le oprimía el pecho.
Respiraba con dificultad, como si el mismo ambiente lo estuviera empujando hacia el abismo.
Su corazón, frágil y atormentado, palpitaba con fuerza mientras su mente corría en círculos, anticipando lo que estaba por venir.
Finalmente, llegó al recibidor.
La gran sala, siempre majestuosa, le pareció más imponente que nunca.
Las vigas de madera oscura sobresalían como brazos antiguos que lo observaban, y la luz tenue de la tarde se colaba a través de los ventanales, bañando el lugar en un resplandor casi melancólico.
Los tapices en las paredes absorbían el peso del momento, como si fueran testigos silenciosos de su tragedia personal.
Namjoon estaba de pie en el centro de la habitación, con una expresión solemne que intentaba ocultar el nerviosismo en sus ojos.
A su lado, un omega de cabello castaño rojizo bajaba la mirada, su figura temblaba como una hoja al viento.
Su presencia era una contradicción, delicada pero llena de un peso emocional que no podía ignorar.
Su pecho se presionó al instante.
Una ola de emociones, ira, tristeza, traición, lo envolvió.
Sentía como si estuviera siendo aplastado, su respiración se volvía errática.
Cada mirada furtiva que los rodeaba, cada susurro, era un recordatorio de la fractura que estaba a punto de ensancharse en su vida.
El alfa dio un paso adelante, con una voz que intentaba ser calmada, pero que no podía ocultar su tensión.
— Jin, te presento a Jimin... mi nuevo omega.
La frase fue como un golpe directo a su pecho.
Todo se desmoronó en ese instante.
La habitación parecía girar, y su visión se nubló.
Sin pronunciar palabra, giró sobre sus talones y comenzó a subir las escaleras apresuradamente, cada paso resonando como una sentencia final.
— ¡Seokjin! — La voz de su esposo lo llamó, cargada de desesperación.
Pero no se detuvo.
Cerró la puerta de su habitación con un golpe seco, apoyándose contra ella mientras las lágrimas comenzaban a correr por su rostro.
La habitación, que alguna vez fue un refugio, ahora se sentía como una prisión.
Afuera, el alfa golpeaba suavemente la puerta.
— Por favor, Jin, déjame explicarte... — su voz estaba rota, pero solo escuchaba el eco de su dolor.
Con un grito ahogado, comenzó a arrojar objetos al suelo: jarrones, portarretratos, cualquier cosa a su alcance.
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Moonchild [Namjin]
FanfictionEn un mundo donde los secretos serpentean entre las sombras y la verdad se oculta tras el resplandor de la luna, el nacimiento de un niño albino desata una serie de eventos que desafían la supervivencia de una manada. Los padres, envueltos en la an...