III

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Guiado por el aburrimiento, el omega de cabellos castaños rojizos decidió explorar más allá de la mansión y se aventuró en el bosque cercano.

El aire del bosque le traía una sensación de libertad que la mansión nunca podría ofrecerle.

Cada paso que daba entre las sombras de los árboles era una pausa momentánea en su vida de servidumbre y expectativas.

Las sombras de los árboles altos lo envolvieron, y el crujir de las hojas bajo sus pies le daba una extraña sensación de calma y libertad. 

Buscando un momento de soledad para pensar, se dejó llevar por la curiosidad.

A medida que se adentraba, la luz del sol se desvanecía lentamente, convirtiendo el ambiente en un lugar casi tétrico.

Los árboles enormes bloqueaban los rayos del sol, creando un laberinto de sombras.

Se sentía como un cachorro juguetón, feliz de explorar, pero, las sombras parecían moverse, y el silencio del bosque se volvió inquietante, interrumpido solo por el susurro del viento y el canto lejano de aves.

Con cada paso, el miedo comenzaba a infiltrarse en su corazón.

Las ramas parecían moverse como si tuvieran vida propia, y de repente, un crujido resonó detrás de él, helando su sangre.

Se detuvo en seco, el aliento entrecortado, sintiendo que algo lo observaba.

El bosque, antes un refugio de calma se transformó en un lugar oscuro y enigmático.

Con el pulso acelerado, se dio cuenta de que no podía regresar; en su mente, la idea de ser atrapado lo mantenía congelado en ese lugar.

Cada sonido en el bosque se amplificaba: el crujido de una rama, el murmullo de hojas secas.

Se sentía perseguido, atrapado en un laberinto de sombras.

Entonces, el silencio se volvió abrumador, y de pronto, un llanto desgarrador resonó entre los árboles.

Se congeló, confundido y aterrorizado. 

"¿Un bebé? ¿Estaba soñando? ¿O era una trampa?"

El miedo inicial dio paso a la lógica, quizá era un niño perdido o un bebé abandonado.

Su curiosidad lo empujó a avanzar.

Se asomó entre unos arbustos, buscando el origen del sonido, pero no encontró nada.

La intriga lo llevó a acercarse más, hasta que, entre una cortina de ramas, sus ojos se encontraron con unos brillantes ojos claros, como dos fragmentos de hielo pulido que capturaban la luz de la luna, destilando un brillo etéreo en la penumbra.

Su color era tan puro que parecía reflejar la esencia misma de la noche, un misterio que desafiaba la oscuridad. 

Algo en su interior lo impulsó a avanzar, a descubrir el enigma detrás de esos ojos, que parecían guardar secretos de un mundo oculto.

De repente, un ruido seco detrás de él lo hizo girar, el corazón en la garganta.

Se volvió con rapidez, pero no había nadie. 

La sensación de soledad lo invadió nuevamente.

Al girarse para buscar a los ojos brillantes, ya no estaban allí.

El pánico se apoderó de él, y sin pensar, comenzó a correr, atravesando el bosque con una mezcla de miedo y urgencia, deseando volver a la manada, a la seguridad de su nuevo hogar.

Moonchild [Namjin]Where stories live. Discover now