Capítulo 14.

1.4K 122 42
                                    


Little bubble II.

Aitara.

En la mañana me despierta la claridad que se cuela por la ventana. Soy la primera en despertar porque los dos hombres a mi lado duermen como cosacos. Los dos duermen en la misma posición, abrazándome y descansando la cabeza sobre mi pecho.

La melena rubia de ambos se ve aún más brillosa por el sol que la hace relucir y ambos están rendidos. Siento mis brazos dormidos de tenerlos a los dos ahí. Del lado izquierdo no tanto porque se trata de Sareth.

Pero Matteo es fuerte y mucho, por lo tanto, pesa demasiado para mis pobres brazos, pero igual no quiero moverme, lucen tan tranquilos.

Me quedo viendo a Matteo, tiene tatuajes nuevos en los brazos, el pecho y la espalda. También tiene algunos nuevos en el cuello y está muchísimo más musculoso que como lo recordaba. Está jodidamente bueno.

Pero también tiene muchas cicatrices que antes no estaban ahí. Tiene varias líneas que acarician la piel de sus costillas como si alguien lo hubiese estado haciendo a modo de tortura y no en una pelea. Tiene también en su espalda y algunas en los brazos.

Todas están cubiertas por tatuajes, tendrías que estar muy cerca de él para notarlas, pero a mí no me pasan desapercibidas ni porque se haga un millón de tatuajes.

Muevo un poco el brazo hasta que puedo acariciar su cabello y Sareth se remueve a mi lado abrazándome más y pegándose más a mí.

Acaricio el cabello de Matteo y me permito ver su rostro. Luce tan atractivo como siempre, si sus enemigos lo vieran dormido no le temieran, luce tan tranquilo y pasivo como un ángel.

Doy un beso en su coronilla y sonrío al ver como también me abraza con más fuerza. Depósito otro beso y otro detrás de este hasta que veo como sus párpados empiezan a abrirse. Me ve en total silencio como si no creyera que en realidad estoy aquí.

—Buenos días. —Le digo.

Y como un niño pequeño cierra los ojos otra vez y levanta la cabeza. Prepara sus labios en una clara señal para que le dé un beso y como puedo me muevo dándole un corto beso.

—Buongiorno.

Abre los ojos otra vez y se remueve dejando mi brazo libre y ahora soy yo quien estoy sobre el suyo. Se queda analizando como me tiene Sareth.

—Siento que me están robando a mi mujer. —Dice y me echo a reír.

—No puede ser que me vayas a celar hasta con tu propio hijo.

—Es que parece que te van a robar de su lado.

—Así mismo me tenías tú abrazada. No me dejan respirar.

Se me queda viendo y con su mano derecha me toma del cuello plantándome un beso. Sus labios se mueven a juego con los míos y siento la viveza y las ganas que los dos nos traemos. Se puede palpar en el aire.

Su lengua y la mía chocan y muerde mi labio inferior volviendo a unir nuestros labios una vez más. En cuanto siento al niño moviéndose a mi lado me aparto y Matteo respira profundo pasándose las manos por el cabello.

Está que se come solo, y yo igual.

Se levanta de la cama y debo pasar saliva al ver el bulto que se le forma debajo del pantalón.

Se acerca a darme un beso otra vez y tras esto se pasa al lado de la cama donde está Sareth.

—Buenos días. —Le habla duro y el pequeño arruga la cara en un claro gesto de molestia—. No le arrugues la cara a tu papá.

TUYO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora