El brillo de la Luna | KOOKJIN

XVII. New brother...

JungKook se había ido al Reino de la familia Chae por un contrato que debía comprobar, prometió que regresando lo presentaría ante su extensa familia como lo marca la tradición. Jin estaba sumamente emocionado, ya que conocería a toda la familia de su alpha. Irene le había pedido que la acompañara en el proceso de la organización de la fiesta solo para que empiece a relacionarse con los deberes de un omega real, sobre todo por que al casarse con JungKook se había convertido en el omega heredero de la familia Jeon.

La puerta se abrió y para su mala suerte era NamJoon, estaba nervioso pero trato de disimular ya que no estaba seguro que tan malo es el primer príncipe.

Buenos días príncipe NamJoon. –Se levantó e hizo una ligera reverencia con respeto.

¿Tu que haces aquí? –Le preguntó molesto al ver que estaba en el despacho de su padre, sobre todo ocupando su mesa. ¿No deberías estar encerrado fenómeno? –NamJoon no toleraba a los omegas masculinos ya que su medio hermano recibía todo el amor de su padre.

La reina Irene me pidió que organizara la agenda de los proveedores de los eventos, estoy por terminar. –En ningún momento se atrevió a mirarle desafiante sobre todo por que su alpha no estaba en el palacio, lo que menos quería era escalar las cosas.

Retírate, tengo que esperar a mi padre. –Ordenó. Jin, no deseaba causarle problemas a JungKook, menos cuando el alpha a sido tan amoroso con él, tomó los papeles y la agenda para retirarse, pero no contaba que NamJoon lo tomaría de la muñeca.

¿Te sientes la gran cosa por casarte con JungKook? –Lo giró hacia él, para que lo mirase haciendo que tirara los papeles que Jin cargaba a su paso.

¿Disculpe? –Preguntó ansioso.

No eres más que la primera incubadora de mi hermano. –Sonrió con cierta soberbia, pero esa sonrisa se esfumó cuando el omega intentó retomar sus cosas y tomar su camino. ¿A dónde vas? te estoy hablando. –Lo tomó nuevamente pero esta vez de una manera brusca, asustando a Jin.

¿Me puede soltar? –Trató de zafarse, ya que NamJoon estaba apretando mucho su muñeca. Me está lastimando.

Vamos a molestar a mi hermano. –El príncipe sonrió haciendo que Jin tuviera un mal presentimiento.

NamJoon acercó a Jin para después besarlo, Jin sintió asco, el olor del alpha también le daba asco, estaba llorando de la impotencia, pero después recordó todo lo que JungKook había hecho por él y de cómo le levantaba el autoestima, no permitiría que le faltara al respeto a su matrimonio, ni a JungKook que se convirtió en algo tan sagrado para él. Jin se zafó y le metió una bofetada.

¡No me vuelva a tocar! –Jin a este punto estaba llorando, sentía asco hasta el punto de que su estómago se retorció, NamJoon lo empujó tirándolo al suelo y estaba a punto de golpear, hasta que sintió algo caer en él.

¡Eres un hijo de perra! –Era YoonGi quien al ver la escena no dudo en lanzarse en contra de su medio hermano, le soltó un puñetazo en la cara. Agradece que fui yo el que te vio, JungKook te hubiera matado.

JungKook no... -El olor de YoonGi estaba lastimando a NamJoon.

¡Cállate! –Rugió. Lárgate del palacio porque hoy llega JungKook. –Al ver que NamJoon se levantó para marcharse, volteó a ver a Jin. ¿Estás bien? –Ayudó a pararlo.

No, por favor no quiero estar aquí. –Jin tenía los ojos rojos al aguantar las lágrimas.

Te escoltaré a tu alcoba. –Le ayudó a recoger sus cosas y le tendió su mano como bastón para que se apoyara en ella, en silencio YoonGi acompañó a su cuñado, no quería incomodar al tocar el tema, NamJoon esta vez se había pasado, si el omega hubiera seguido aspirado el aroma de su medio hermano se hubiera intoxicado, aunque para su sorpresa la reacción de Jin fue leve a lo que debió haber sido, eso lo consultaría con el príncipe Oh más tarde.

Acuéstate. –Trató de sonar amable a pesar de su manera brusca de decir las cosas. JungKook me dijo dónde tiene sus prendas en caso de emergencia, me disculpo si invado un poco tu privacidad.

Puede entrar cuñado. –Dicho esto fue al armario para ir por la prendas que le indicó su hermano en caso de una emergencia.

Toma, esto servirá. –Entro nuevamente con las prendas en mano. ¿Te sientes mejor? –Le preguntó al ver que estaba aspirando el aroma de JungKook con desespero.

Gracias por salvarme. –Dijo ahogadamente, estaba tratando de contener el llanto, eso ya lo dejaría para si mismo.

Ni lo digas, eres mi hermano ahora. –YoonGi sonrió por primera vez, aunque en si pasaba desapercibida la sonrisa Jin podía notarlo. Si ese idiota te vuelve a molestar no dudes en buscarme. –Frunció el ceño para después retirarse. Llamaré a JungKook.

No, no lo llame. –Negó. Sé que el primer príncipe lo hace para que JungKook se distraiga de sus deberes, quiero que mi alpha cumpla con sus metas. –Sonrió trantado de aligerar el ambiente, sin contar que ya sabía si su esposo se llegase a equivocar, puede perder el título de príncipe heredero.

Tiene que saber. –Su mirada se suvizó, realmente estaba preocupado por Jin.

Por lo que me contó, este contrato es importante, ya que es una nueva ruta comercial que beneficiará a ambos reinos. –Explicó aun tratando de mantener la compostura, aunque si miraban sus manos, estas lo delataría ya que estaba apretando con todas sus fuerzas las prendas de su alpha solo para no llorar. También soy consciente de sistema harén. –Esto último hizo que YoonGi regresara a la realidad, Jin tenía razón, un error y podían ascender a NamJoon y si gusta puede reactivar la ley de fraticidio. Le contaré cuando regrese, lo prometo.

Bien. –Suspiró, sabía que no podría cambiar la opinión de Jin. Cualquier cosa que necesites puedes llamarme y yo te lo traeré si no te sientes seguro de salir.

Gracias. –Asintió, para después acurrucarse en la ropa de JungKook.

Bien estaré en el despacho de JungKook. –Sin más YoonGi se retiró de la habitación para darle espacio a su cuñado.

YoonGi a pesar de su aura distante y fría que siempre impone, es una persona muy protectora y dulce. –Sonrió Jin ante el pensamiento, tal vez el medio hermano de JungKook pueda hacerle la vida de cuadritos, pero al menos ahora sabe que tiene una familia que no dudará en defenderlo.