—Esto fue un error...
Un rugido hizo temblar a las tres personas que corrían con dos preciadas cargas en sus brazos.
—No nos darán lo suficiente Ulric. Solo vamos a dejar a estos mocosos en la calle de la seda y...
—¡Dejen de lloriquear y bajen la voz!
El líder, Ulric, abrió la puerta de una cabaña en las bajas áreas de la ciudadela, muy cerca de la playa, para no tener vecinos entrometidos cerca. Los hombres se apresuraron en quitarse las prendas que los cubrían para estar más cómodos en el lugar. Con cuidado tomaron a sus rehenes y los metieron en jaulas para esclavos. Los niños se removieron inquietos desde sus lugares mientras les quitaban las cuerdas y el pedazo de sucia tela que les pusieron en la boca.
Lucerys comenzó a llorar mientras Aemond se acercaba protectoramente a él. La mirada que les dirigió a sus secuestradores les inquietó y casi gritan cuando sintieron retumbar la fachada por la presencia cercana de dragones. Por poco salen corriendo cuando uno rugió muy cerca de ellos. Pero en vez de salir, corrieron a la mesa pegada contra la esquina del lugar.
Aemond reconocería ese rugido donde fuera, era Vhagar. Su pequeña mente comenzó a trabajar mientras apretaba suavemente a Lucerys más cerca de él. La tía Laena seguramente... seguramente no sobrevivió al parto; el lastimero rugido de la dragona se lo decía.
—Mondy... quiero a mi Muña...— Lucerys susurró sobre el pecho de su tío.
—No te preocupes, te sacaré de aquí y podremos volver con todos, te lo prometo. —dijo seguro Aemond, mientras trataba de idear un plan.
*/*/*
—Aquí están, como has pedido, ahora danos el...
Aemond despertó adolorido de la esquina del enrejado lugar en el que aún estaban. Escuchaba a Vhagar lanzando algunos ruidos, más cerca que hace unas horas. Con cuidado de no mover mucho a Lucerys miro fuera. En el lugar solo se encontraba un secuestrador pero lo que lo sorprendió fue ver al otro que le acompañaba ahora.
—¡Tío Vaemond!—Lucerys grito, sorprendiendo a Aemond. —Sácanos de aquí, por favor..., ¡sálvanos!
Rápidamente el pequeño peli plata se puso delante de Lucerys y gruñó hacia Vaemond. Él sabía... él lo sentía. Vaemond estaba detrás de todo, no era seguro, lo olía en el aire. Y el comportamiento del tío de su perla solo le dio la razón. Con una sonrisa depredadora y unos ojos afilados, se acercó a ellos. De su capa, lentamente sacó un frasco que hizo al mayor de los niños parar de respirar, no sabía que era, pero no creía que fuera bueno.
Aemond sin querer tembló y con cuidado, bajó una mano a su cinto, justo ahí se encontraba una daga de acero valyrio, uno que Harwin le había regalado para su último cumpleaños (sabia que le había pedido ayuda a su hermana o a Laenor para conseguirla). Le sorprendió que los hombres no los revisaran, pero supuso que el dinero que les ofreció Vaemond y el hecho de ser niños los hizo pensar que no podrían traer algo peligroso.
Pero aun sabiendo que había una esperanza teniendo el arma, no pudo hacer nada, se paralizó del miedo, y siempre viviría en su memoria, su primer error. Observó con terror como Vaemond le vertía un líquido sobre el cabello a Lucerys, un olor extraño llegó a su delicado olfato, haciéndole estornudar con vergüenza. Escucho la risa de Vaemond tras de él.
—Regresare en un momento Ulric, con el dinero. Todo será más fácil. Deja que la poción funcione en el cachorro, estoy seguro que es un Omega. Lo marcaré cuando haga efecto.
—Pero el dinero tiene que ser suficiente, sobrevivimos solo tres y sabes que lo que estamos haciendo nos costaría la vida.
Vaemond miró con desprecio al delincuente.
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LA FAMILIA DEL DRAGÓN
FanfictionAlicent muere al dar a luz a su hijo más pequeño. Ahora queda en las manos de Rhaenyra el futuro de sus hermanos, y esta dispuesta a hacer correr ríos de sangre por la felicidad y seguridad de sus cachorros. Jacaerys x AegonII Aemond x Lucerys Rha...