LA FAMILIA DEL DRAGÓN

XII.-PROTECCIÓN

Rhaenyra observaba desde una esquina de la habitación a sus cachorros dormir.

Su mano tembló levemente mientras se quitaba un poco del sudor de la frente con un paño. La luz comenzaba a filtrarse por las ventanas así que decidió levantarse y cerrarlas ella misma. para que los niños descansen un momento más después de aquellas horas terribles.

Paso con cuidado al nido que había hecho para Rhaena, Baela y Helaena, las gemelas abrazaban protectoramente a la pequeña princesa, que mientras dormía, fruncía el ceño. Con cariño pasó un dedo por su frente para ablandar su semblante.

Luego paso con Aegon y Jacaerys, el primero tenía un vendaje en su cabeza y el segundo descansaban en el cuello de su hermano; no pudo separar a su hijo del rubio, para que no lastimara su cabeza con un mal movimiento, y Aegon estuvo de acuerdo en que no se fuera de su lado, aun recordando a su pobre cachorro mayor temblando y llorando pidiéndole que le perdonara por no poder hacer nada para detener la tragedia que había pasado. Besó sus cabezas con cariño y pasó a cerrar la ventana principal.

Ahí, abrazados como si la vida dependiera de ello, estaban Lucerys y Aemond, magullados y con sus mejillas rojas por la fiebre.

Cuando habían escuchado a Vhagar rugir a lo lejos sabía que tenía que correr hacia Dragonpit. Encontró a Laenor y a Harwin entrando por las puertas, llevando consigo a sus cachorros. Rápidamente los dirigió a su habitación donde los pusieron en la cama y los maestres comenzaron a hacer su trabajo.

Pudo ver como Laenor era abrazado por Harwin, mientras le contaban cómo los habían encontrado, ni su padre ni alguien más había llegado aún y solicitó de forma dura que nadie entrara sin su consentimiento.Cuando terminaron ya era pasadas horas de la noche, sus padres y sus suegros esperaban fuera. Ella se encargó de tener a los niños listos en una torre cercana a la Torreón de Maegor, esta solo tenia una pequeña entreda pero era una fotificacion alta, así podia vigilarlo todo lo que pasaba dentro. Solo contaba con aquella habitacion de gran tamaño y otros pequeños cuartos mas arriba. 

No podía creer que aprovecharán este momento tan delicado para planear un atentado de esta índole. Cuando supiera quienes lo habían planeado...

—El ojo del príncipe está perdido princesa, pero ahora se encuentra fuera de peligro, le suministraremos leche de amapola para que no sufra dolor.

—¿Y qué hay con la mordida? ¿Qué ha pasado para que esto suceda?

—Los príncipes parecen haber sido empapados con algún brebaje que contiene estimulantes omega, nunca habíamos visto algo igual, no parece creado en esta parte del reino. La mordida es claramente del propio príncipe Aemond, su esencia y la marca pequeña lo indican.

Rhaenyra se tenso un poco pero dentro de ella esa escena era la mejor. Si el causante de la marca era su hermano, no tendría problemas con el lazo de su cachorro, según por lo que le siguió contando el maestre sobre esta marca, encontrarian una solución.

—¿Está sugiriendo que algún reino está conspirando contra nosotros?

El maestre miró atentamente a la princesa.

—Lo más probable es que sea alguien que viaje por muchas partes o tenga el suficiente dinero para conseguir tan caros ingredientes. Aún no identificamos todos los compuestos, pero puede que cuando lo hagamos, tengamos más información.

—Mantengame informada de todo maestre.

—Alteza.

El maestre le reverencio antes de salir para hablar con el rey.