Llegaron los 18 pasos que he dado en mi vida, el reloj me indicaba que me estaba alejando aún más de aquella sequía de dolor que mis ojos recuerdan, la vida ahora se volvió fría porque la culpa dejó de ser un misterio para convertirse en un por qué, miro el lado más tibio para estar en un punto medio entre los dos, ya van 18 huellas que espero no sean seguidas por nadie y se vean esparcidas en la nieve.
Soy Frederick Porras, ya he cumplido 18 años, no había escrito esto porque sabía que a esta página le dolería las palabras que tengo por expulsar, veo que nadie lee y la ignorancia se está apoderando de mí porque ya mi mente no quiere componer. No quiero continuar escribiendo, siento que por algún lado de mis miedos, las paredes también tienen sus agujeros y la paz determinará si todo terminará conduciendo al hielo, en mis 18 años, precisamente donde más calor debería haber sentido en el recuerdo de mis deseos; sentí más hielo esconderse entre mis dedos y el hambre de seguir intentando encontrar y cumplir un sueño, está muriendo. Llegaron los primeros minutos y la bandeja de entrada, no tenía ni un té para calmarme, ni siquiera un te quiero.
Siempre me consulto mi propia importancia en este mundo al tener que ver que yo mismo tuve que organizar lo poco que tenía y celebrar solo bajo el viento, tener que llamar al director de esta película de vida y pedirle que no permitiera eso, las lágrimas se apoderaron de mis ojos una vez más y mi cuestionamiento seguía siendo soberbio, ¿Soy diferente o es que nunca fui tan importante para el calor y su tiempo? Papá y mamá desaparecieron cuando el reloj marcaba las 12, no existía rastro de sus huellas para poder seguirlas, construí mi propio día y terminé siendo conformista con el hielo. Nadie se acordó de mí hasta que di pistas a los músicos para que me cantaran una canción, y ni siquiera eso.
Me siento solo, sentado en una montaña con los brazos de lado, una jarra sin agua a mi costado y viendo que efectivamente, mis creencias eran ciertas y de la hipótesis aprendí la ciencia cierta, estaba intentando escalar una montaña, pero terminó siendo una cordillera... Ya no hace frío en la montaña, ahora hace frío en cada una de ellas, soy un ratón de laboratorio porque tengo que ser una persona perfecta contra una ciencia, aplicar cada una de las pruebas y la muerte será severa pero tengo que ser yo, viviendo en una sociedad donde ninguno vive en una cordillera y una jarra de cerveza te hacer llegar en tu cumpleaños una gran bandeja, con buenos té y buena hierba.
Escribir me hace ser aburrido, no salir de fiesta y llegar alcoholizado me hace ser amargado, no obtuve señal de nadie hasta que yo mismo la bandeja había levantado; pero no importa, lo que realmente interesa es que esté bien yo y que la gente me mire con cara de desconocido, me vea raro y no sea parte de un buen algoritmo, yo solo no quiero ser ignorante y por eso este 15 yo mismo me puse algo de ritmo. Quiero llegar al punto de que un 15 de julio me deje de ser importante para no tener que mojar estas páginas escribiendo lágrima tras lágrima, he salvado a muchas personas de ser olvidadas y tener que esperar pasar un día tan frío aunque esa la víspera de la jornada que duele, he salvado tantos días célebres pero nadie se preocupa si siento caliente esta vez porque del dolor me dio fiebre, y si no la tuviera tendría que seguir viviendo con mis emociones bajo esta misma sociedad de la nieve.
No hay un deshielo aunque el sol palpitara con rayos calientes, porque aunque la lluvia caiga, en mis 18 años nunca me ha mojado y solo el frío permanece. Por qué práctica si prácticamente mi mente es una falsa práctica de funcionamiento fuerte, no soy fuerte porque aunque sabía lo que pasaría me decepcioné de tanta gente, que dicen quererme, el agua de mar no es fresca, es caliente, mis pasos son erráticos y mi visión se vuelve fuerte, miro al oeste y no sé por donde caminar porque el ser humano tiene intuición pero falla al perderse. Mi cumpleaños dejó de tener importancia y mi salvación sigue siendo la escritura y música, voy a soltar mis frases para que las entienda una mente única y pura.
Desde mi primer año, la importancia se iba alejando, sufrí bullying durante 10 años, es la importancia más importante que me habían dado, me vieron de lado y una mirada baja en mi mente se había proyectado, papá pocas veces de mí se había olvidado. Recuerdo siempre ver mi cumpleaños con los brazos cruzados, sonrisa que se me había pronunciado, el hielo no había llegado pero ahora solo soy un compositor de letras abstractas que me besan el alma, corazón puro lleno de diafragmas, órbitas donde encierro mi mente para no terminar pensando en el mañana, pintura rupestre que cuando cierro mis ojos se proclama, es arte puro y juro que de mí no habrás más nada.
Lloro porque no le veo la misma fuerza a mis palabras, ¿Qué carajos me pasa? Ya no veo estas montañas como simple montañas, las veo como mi hogar, sí lector, este ya es mi hogar y me estoy rindiendo y abandonando a la idea de que alcanzaré la paz en medio del disturbio, mis lágrimas son mis sonrisas y mis sonrisas son una gran mentira que esconde la tormenta de mis ojos. Logras ver en el fondo de mis pupilas que veo todo rojo, la sangre en mi mirada es más obvia, estoy harto de estar diciendo que quería conocer la nieve porque ahora la odio, me veo mal en el abrazo de otro porque ya no creo en nada, mi moraleja de vida es que el abrazo más caliente que sientes después te hace pasar una mala jornada cuando lo necesitas de vuelta y te rechazan, lector, esto es lo último que escribo de esta página, disfruta los pasos que da, y si no es así, escribe y acompaña estas letras blancas, doy mi último suspiro para descansar en esta roca de miedo, hoy mi día ha terminado y solo quiero conversar con mí versión niño, abrazarlo y decirle que su vida a los 18 pasos terminará teniendo un mismo destino.
Att: 15/07, mi corazón.
