La penúltima huella

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Esto está acabando, pero antes de que acabe quiero darle la razón a la intensión , o a la intuición, supe desde el inicio que algo debía reclamarle al mundo y encontrar de nuevo fragmentos rotos que se esparcieron, como un rompecabezas, cada pieza fue tirada en el vacío y en vez de ir a buscarla, estoy creando. Si la nieve me tapa, debo apartarla y hacer que mis huellas de ahora en adelante si puedan ser seguidas, me rompe la cabeza saber que hay personas que por apostar todo en el casino, pierden todo lo que tenían porque te hacen tantas trampas, casi no recuerdo  por qué aún cuando no quería jugar, terminé cayendo en la trampa y me fui como en rampa, dejé caer mi cuerpo y lastimé cada parte de mí.  

El libro va tomando el final, pero no es un final realmente, simplemente me tocará en algún momento darle un punto de conclusión, esto se convirtió en un beso a medianoche, un abrazo en el silencio, nubes simulando trampolines, en la vida cuando te sentías muerto. Siento que va tomando una despedida debido a que todo lo que tenía que escribir estaba escrito, pero realmente siempre hay algo que escribir, me volveré a decepcionar y volveré a caer en la nieve cuando salga de acá, pero sabré cómo salir y sobrevivir, también quiero transmitir ese sentimiento a todas las personas que me puedan leer porque ¿De qué sirve la oportunidad si no vas a aprovecharla?

No he caminado este camino solo, ustedes me acompañan y aunque el dolor y las lágrimas sean mías, ustedes me ven desde lo más lejos, me motiva saber sus palabras a seguir adelante. El motivo es justo, mi rostro mejora, cicatriza y se nota más agradable o lo estoy disimulando bastante bien. Hablé conmigo mismo de nuevo aunque no quería hacerlo de nuevo, porque como dije en partes pasadas, no me escucho a mí mismo, y el resultado sorpresivamente fue positivo, la noche dejó de nublarme la vista y las ventanas no reflejan una persona con el alma comprometida. Las ventanas están frías, este avión que yo no conducía, terminó siendo un recuerdo de gran peso, y aunque en él estaban personas que amaba con mi historia completa, tengo que dejarlo atrás después de haberme abrigado este tiempo y no dejarme morir en este helado mundo mental. 

La experiencia lleva a un cambio, estamos jóvenes y tenemos tiempo para cometer errores y reírnos, llorar, caer y levantarnos de nuevo. No sé cómo ni cuándo moriré, pero sé que no volveré a caer en esta cordillera de nuevo, las promesas personales son como el color a la vida, y considero que la vida se ve mucho más bonita a colores, por lo tanto no romperé mi promesa personal, evidentemente algún día volveré a escribir, quizás no un libro o quizás si, caminar en clavos de fuego acompañado, no duele tanto. Nunca creí ni vi la posibilidad de escribir un libro, la literatura siempre fue una ruta que no veía posible tomar, pero soy mi propia cura, encontré las herramientas acá que jugaban un rol importante para abrirme y darle el sentido a todo esto.

He construido muchas cosas a través de este libro, es parte de mi biografía de vida y transformar tu vida en un libro termina siendo algo extraño, abres tu mente y lo que algún día te hizo daño, lo compartes y es complicado de explicar aún cuando he explicado mil cosas en este libro, cuando tenga que despedirme definitivamente, mi mente no podrá ser definitiva con las cosas que pasen post cierre de este libro. Me cuesta todavía asumir que este es el penúltimo empujón que doy en esta cordillera, no sé que hay detrás de ella, espero la experiencia me ayude a disfrutar de lo que haya detrás, estoy en un punto ciego pero veo más que nunca, la experiencia de escribir aconsejo siempre nunca saltársela, doy como enseñanza más de 19.000 palabras que nunca pensé que serían escritas. 

Todas las emociones y huellas que marcaron mi vida, son la razón por la que escribí este libro y aunque la razón para nada es algo que me gusta, el resultado personal que tendré después de esto espero que sí. Presiono los recuerdos contra la nieve,  quedan como cristales helados, más fríos que la nieve, encuentro agua después de caminar tanto, encuentro vida, no sé cómo responder a mis dudas ahora pero sé que debo responderlas, si la guitarra no suena bien, hay que afinarla,  si el camino no es seguro, no pondré un pie allí, si el agua no se ve limpia, no tomaré de ella, si mis manos están lastimadas, tomaré mi vida como lo que me tocará ser, tengo que aprender a vivir. 

Las consecuencias serán asumidas por mi palabra y de nuevo me sentaré a las tres de la mañana a escribir de nuevo cuando las lágrimas me dejen el alma ahogada, las plantas tienen que ser regadas y también deben ser llevadas al sol, la luz que logra hacer su ciclo de vida, todos necesitamos estar vivos para sentirse tal y como se sienten tus cadenas mentales. Me encierro de nuevo pero esta vez para meditar, aprender que las 4 paredes que me encierran me protegen de no volar mis ideas en el viento, es algo necesario. 2 segundos son pocos cuando encuentro la felicidad, lector/a, el sentirse bien y querer que los problemas desaparezcan es una idea estúpida, ¿Cómo crees que vas a poder valorar las cosas buenas que tienes, si no vas a tener el miedo de perderlas y no vas a darles el valor suficiente? Los problemas son necesarios completamente, las soluciones también, el dolor también es necesario, por eso somos capaces de afrontar cosas, estas cosas nos hacen humanos. 

Quiero llegar a salir con la sensación que escribí todo lo que tenía que escribir, estoy sanando solo y espero esto pueda ayudarme a sanar por completo las heridas que yo mismo y razones externas, provocaron, en esta fine line, todos estaremos bien, el equilibrio mental es necesario. 




Att: El autor

Hace frío en la montañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora