El domingo, desayuné de forma ligera, no quería sentirme muy pesada o amodorrada, hoy venía George, ya tenía pensada la rutina que le aplicaría para su "tratamiento", ayer me había divertido mucho con Clarisse planeándolo todo, comenzaba a sentir el cosquilleo de la excitación cuando anticipaba lo que vendría.
Poco después del mediodía sonó el timbre, era George, estaba tan impecablemente vestido como la primera vez que nos vimos, "Caramba, qué elegancia" le dije apartándome un paso para contemplarlo de arriba abajo, "Es que vengo de la Iglesia, mi padre lleva a toda la familia cada domingo a la misa, es un ritual que no podemos evadir, es algo estricto en eso" me contestó.
-Pues muy bien, así que vienes de lo más santo a entregarte ahora "al pecado" le repliqué con una sonrisa. Se sonrojó.
-¿Qué vas a tomar? creo que un martini no es muy apropiado para esta hora, pero tal vez un Mojito cubano te refresque, sin esperar su respuesta tome la botella de ron blanco, vertí abundante cantidad en un vaso con hielo picado, la yerbabuena y le exprimí un limón. "aquí tienes, le dije mientras le extendía el vaso, pruébalo y me dices que tal esta". Era muy importante tenerlo tomando alcohol durante todo el día, eso ayudaría a tumbar sus inhibiciones, después de todo lo quería tan dócil como fuese posible.
Bebió un sorbo, "Está muy bien, es muy refrescante", me dijo y continuo "mira en realidad sobre lo que quedamos, no sé si es buena idea"
Allí estaba, la duda, aún dudaba, debía rápidamente envolverlo, no permitirle dar un paso atrás, "no seas tonto bebé" le dije mientras lo besé tiernamente en una de sus mejillas, para luego un poco más lujuriosamente pasar mi lengua sobre su oreja, "ya verás que nos vamos a divertir mucho hoy, soy excelente profesora, vamos poco a poco, sin presión, solo tienes que seguir mi método y veras que saldrás de aquí con una experiencia no solo gratificante sino nueva".
-¿Quieres que probemos otra vez ya?, vengo mentalizado para tratar de durar más, te prometo esta vez será mejor, dijo tratando de asumir un rol protagónico, pero yo no iba a permitir ni que por un momento él tomase la iniciativa, era clave recordarle su falla, su fracaso y que su única alternativa era ponerse en mis manos, dejar que lo moldease a mi antojo.
-¡No!, no seas tonto, eso no funciona así, no vas a pasar de los cinco minutos a una experiencia que pueda resultarle placentera a una mujer por tu propia iniciativa, tú lo sabes, no me engañes. Debes ser absolutamente sincero conmigo si quieres resolver tu problema, y abrirte a una nueva y gratificante manera de ejecutar el sexo. Entonces lo primero es no mentirme, tú y yo sabemos perfectamente que no es la primera vez que no pudiste controlarte, eso te pasa cada vez que lo intentas, mientras más lo deseas menos puedes contener tu eyaculación, le dije, retándolo mientras lo miraba fijamente.
Él bajó la mirada, en ese efímero instante, breve, fugaz, una sonrisa apenas se asomó por la comisura de mis labios. Lo tenía.
-Lo primero es que te quites ese traje, desnúdate, pero tampoco vas a estar totalmente desnudo, debe ser algo que permita tenerte todo el tiempo al alcance de mis manos El estímulo constante juega un papel importante en la terapia que vamos a desarrollar, toma ponte esto, le dije mientras le entregué un delantal.
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Desmalezando en tacones
General FictionClarisse era una mujer con cierto secreto, que había esperado buena parte de su vida para obtener lo que ella pensaba que le pertenecía en justicia, lentamente irá desarrollando su plan que transformará la vida de mucha gente, buscando la compensaci...