CAPITULO VI. La energía del tantra.

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[Gloria]

Lo observé en la cama, me acerqué y lo besé delicadamente en los labios. Entreabrió sus ojos, parecía tratando de determinar dónde estaba. "Tranquilo, bebe, estás conmigo aquí, anoche bebimos mucho". Me sonrió. Le acerqué una taza de té en la que había disuelto las dos pastillas que me había suministrado Clarisse. "Aquí tienes tu tecito, como te lo prepara Clarisse"

-Gracias, me hace falta, levantó la vista visiblemente afectado por la resaca de los tragos de la noche anterior. Sorbió un poco y me dijo "Delicioso, la verdad me estoy volviendo adicto a estos tés".

Coloqué una fuente con frutas en la cama y me senté junto a él, "comamos un poco de frutas nos hace falta hidratarnos, con el alcohol la piel termina sufriendo mucho" y le acerqué una uva a sus labios. "Hoy vamos a tener un día relajado, tranquilo, un día para recuperarnos, para ocuparnos de nosotras, un día divino, ya verás"

Me levanté a abrir el ropero "no puedes ir con la ropa de ayer, con ese olor a discoteca, sudor, tabaco y alcohol, te voy a buscar un mono deportivo para que lo uses"

-Por favor que sea el más holgado que tengas, no quiero ir por allí luciendo el trasero. Dijo riendo.

-Tranquilo, además ni que tuvieses un culo feo, es uno de tus atractivos, dije riendo.

Al final le di un buzo deportivo de color negro, y unas hawaianas para los pies. "¿Las panties las prefieres blancas o negras? Las blancas que tengo limpias tienen algo de encaje ¿No te molesta?"

-¿Panties?

-Si, Panties, yo no uso boxer, ni que fuese una machorra, y no pretenderás ponerte esos boxer tuyos todo sudados de anoche, ya deja el drama, ni que fuese la primera vez que las usas.

-Dame entonces las negras dijo, con algo de resignación.

Salimos de la casa rumbo a un SPA de relajación.

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Era uno de los más selectos de la ciudad, en sus instalaciones se realizaban diferentes actividades, terapias y servicios dedicados al cuidado corporal en una atmósfera que permitía la relajación mental y el alivio de las tensiones

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Era uno de los más selectos de la ciudad, en sus instalaciones se realizaban diferentes actividades, terapias y servicios dedicados al cuidado corporal en una atmósfera que permitía la relajación mental y el alivio de las tensiones. Todo está diseñado para ofrecer un momento lleno de paz. Dentro del edificio las paredes están decoradas en tonos suaves, en donde predomina el rosa, suaves cortinas de seda que se mecen con la brisa separan los distintos ambientes. Flores frescas adornan cada espacio, desde orquídeas exóticas hasta rosas fragantes, llenando el aire con un aroma embriagador y floral. Una atmósfera cargada de feminidad con detalles presentes en cada esquina: cojines de terciopelo, velas aromáticas y fuentes de agua que susurran suavemente. Al entrar es inevitable dejarse envolver por esa sensación de paz y bienestar, mientras los suaves olores florales invitan a relajarte y dejarte llevar por una experiencia sensorial única.

-Hola Rosa, aquí te lo traje, lo primero es que me lo dejes lísito, comienza por las bolitas, anoche me parecía que estaba comiendo un mango de hilacha.

Desmalezando en taconesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora