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Durante el camino de regreso a casa, Satine se quedó perdida en sus pensamientos, pensando en lo que hace unos minutos había pasado con el señor Kenobi.

No entendía qué pasaba con ese hombre. Primero, la insulta a sus espaldas en el baile en Sundari. Luego, es caballeroso con ella. Después, debaten muy fuerte. Primero, ayer, con las características de una mujer bien instruida en opinión de Kenobi. Ese debate fue moderado. Pero el de esa mañana, durante el desayuno sobre la naturaleza de la guerra de los Separatistas y la República, sumándole a la posibilidad de que Mandalore pudiera ser invadido por los separatistas, fue muy fuerte, ya que ambos habían mandado el decoro a paseo.

Satine no comprendía cómo Kenobi apoyaba la guerra, lo cual era un completo despropósito.

Llegaron a Kalevala, y cada uno se fue a hacer lo que quería. Ursa y Bo-Katan se fueron a su habitación a chismear sobre los oficiales. Maz, se fue directa al piano a practicar, como todos los días. Padme y Satine se fueron a su habitación para deshacer la maleta, y la señora Kryze se quedó a hablar con Mon Motham, para que fuera a hacer la compra.

-Ve y pídele al señor Farr que traiga un solomillo, Mon.- le pidió la señora Kryze mientras se quitaba el sombrero y los guantes. -Solo uno, porque no somos ricos.- añadió y entró al comedor.

-Espero, esposa mía, que hayas encargado una gran cena hoy. Tengo razones para esperar la llegada de un nuevo comensal.- le informó el señor  Kryze a su esposa con una carta en sus manos.

-¿Quién es? ¿El señor Skywalker?- lo interrogó la señora Kryze esperanzada.

-No, no es el señor Skywalker.- le respondió él. -Es mi sobrino, el señor Bail Organa.- informó y la cara de la señora Kryze era un poema.

-¡NO! ¡Ese malvado! ¡Como tu condenado hermano! ¡Seguro que viene a echarnos de nuestro hogar! ¡DE NUESTRO ÚNICO HOGAR!- chilló la señora  Kryze y por una vez sí tenía un verdadero ataque de nervios.

A la hora del almuerzo, los padres de las cinco hermanas Kryze informaron a sus hijas de la llegada del señor Organa, su malvado primo, en opinión de la señora Kryze. Durante la comida les dijeron a qué hora llegaría su primo, el señor Organa, llegaría sobre las seis y media de la tarde de ese mismo día. Sobre las cuatro y media, Satine quedó con Breha para ir a la pequeña librería del párroco Yoda que él tenía en Sundari.

El anciano hombre agradecía que aún quedaran jóvenes damas como Satine y Breha que gustaban de comprar libros en su humilde librería.

Mientras Satine y Breha caminaban en dirección a la librería, Satine le explicó a su mejor amiga sobre la llegada de su odioso primo a Mandalore.

—Se llama señor Organa, es nuestro odiado primo.- le explicaba Satine a Breha.

—¿Y heredará a él?- le preguntó Breha.

—Ya lo creo, todo por lo visto.- afirmó Satine. -Hasta la banqueta del piano de Maz le pertenece al señor Organa.- añadió.

—¿Cuándo?- cuestionó Breha.

—Puede echarnos de nuestra casa cuando le plazca.- respondió Satine.

—Pero, ¿por qué?- volvió a preguntar Breha.

—Porque la propiedad pasa directamente a él y no a nosotras por ser mujeres.-le explicó Satine.

—Estoy abrumada, Tine.- admitió Breha.

Llegaron a la librería, entraron y cada una se fue por su lado para buscar los libros que quisieran comprar. Tras media hora de buscar por las diferentes estanterías, lograron encontrar tres libros que eran los que comprarían ese día: "El Rey Arturo y sus Caballeros de la Tabla Redonda", de Thomas Mallory, "Las Amistades Peligrosas", de Pierre Choderlos de Laclos, y "La Historia de Tom Jones", de Henry Fielding. Satine se acercó al mostrador donde Breha la esperaba. Y vio que su amiga llevaba dos libros: "Deccameron", de Boccaccio y "La Divina Comedia", de Dante. Pagaron y se fueron cada una a su respectiva casa.

Orgullo y Prejuicio:ObitineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora