Cap. 4: Muy cerca.

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Capítulo 4 nomás ehh.. Cómo va yendo? bueno, no importa (? Hoy voy a tratar de adelantar bastante, así que por ahí llego a subir hasta el cap 6 mas o menos... No prometo nada igual. Ojo. Y bueno, lo de siempre, espero que les guste y voten por mi (?


Todavía tenía algo de plata, así que me alcanzó bien para el pasaje de vuelta a mi casa. Una hora y pico de viaje, casi dos, que aproveché para dormir un poco más cómoda que en el hotelucho ese al que había ido. Cuando estaba por llegar, me desperté y empecé a pensar en qué historia le iba a contar a mis viejos, para que se la crean. Llegué más o menos al mediodía, no había nadie en mi casa, así que pude comer tranquila; y aproveché para contarle a un par de amigos lo que había hecho. No les sorprendía que yo hubiese hecho algo así, me creyeron y se alegraron bastante por mí. Estaba por dormir un rato, cuando llegó mi vieja.

Le conté más o menos la verdad, al menos en la parte del aeropuerto y la de seguir a la Selección al hotel. Entonces, le dije que ellos habían prometido una firma de autógrafos a la tarde, pero que finalmente no lo hicieron. Como habíamos estado mucho tiempo esperando, se había hecho tarde y yo me había quedado con mi "amigo", a quien había encontrado de casualidad. Nunca le dije quién era, por las dudas, solo mencioné que era alguien que ella no conocía. Cuando terminé de contarle eso, le mentí diciéndole que a los dos días iba a haber una firma de autógrafos en serio, más planificada, y le pedí permiso para ir.

Lógicamente, al principio se negó. Después le tiró la responsabilidad a mi viejo, y que él decidiera. Cuando él llegó, también le conté la historia, para después pedirle el permiso. Me costó menos convencerlo, así que obtuve el "sí" para ir nuevamente a capital. Iba a ir de todos modos, no iba a desperdiciar la oportunidad de conocer a Lío Messi de una vez, después de todo lo que había pasado. Y ahora iba a ir más preparada, por las dudas: iba a buscar más plata de mis ahorros, para no quedarme en la calle; y a llevar más cosas para quedarme, en caso de que tuviera que hacerlo.

Ese día se me pasó rápido, aproveché para descansar lo que no había podido la noche anterior. Al otro, me junté con mis amigos para contarles mejor, con más detalles, lo que había pasado. Nos reímos todos un rato, después hicimos otras boludeces, y entre una cosa y la otra se nos pasó el día también. Me fui relativamente temprano, para poder prepararme para el otro día, tanto física como mentalmente. Me estaba empezando a poner nerviosa. Antes de que me fuera, un amigo me comentó algo como "suerte, vos calmate... Y ojo con Biglia, eh, yo lo veo raro al vegano" riéndose. Yo también me reí; pero después, una vez que estuve de vuelta en mi casa, empecé a pensar en eso.

Biglia era raro, tenía pinta de ser un tipo mucho más "ortiva", como dijo él de Lío, y sin embargo había sido bastante bueno, me iba a ayudar a conocer a mi ídolo. Varias dudas empezaron a aparecer entonces en mi mente: ¿Por qué me ayudaba? ¿Realmente se había puesto mal el otro día? ¿En serio me estaba contando sus problemas? Y, sobre todo, ¡¿era vegano en serio?! Me dormí pensando en eso, bastante temprano.

Al otro día desperté como a las 6 a.m. (otra vez) para estar bien lista y tener todo bien en orden. Me bañé y desayuné, pero no comí mucho. Casi no tenía hambre, de hecho tenía el estómago cerrado por los nervios. Una vez que hube terminado y estuve lista para salir, mi viejo muy amablemente me llevó en auto hasta la parada de ómnibus, desde donde yo iba a ir a Capital. Pese a que yo me había llevado mis cosas, él me dio más plata por las dudas (otra vez), así que estuve un poco más tranquila con respecto a ese tema. El micro no tardó mucho en llegar, así que en cuanto estacionó me despedí de mi viejo y subí. Hoy iba a ser un gran día, no iba a dejar que me lo arruinen.

Sin quererlo, pasé casi todo el viaje pensando en Biglia. Cuando recordaba que estaba a un par de horas nada más de conocer a Messi, los nervios volvían a revolver mi estómago, pero mis pensamientos se dispersaban y lograba calmarme. Como ahora sabía dónde quedaba el hotel, me bajé en un lugar distinto a la vez anterior y, como era temprano, caminé las cuadras que me quedaban. A cada paso que daba, mis nervios aumentaban. Ahora no lograba desviar mis pensamientos, todo volvía a ellos dos: a Messi, sí, lógicamente; pero también a Biglia.

Al llegar al hotel, fui disimuladamente hacia el garaje y, por un momento, me asusté. Había bastante más movimiento que el otro día, mis cajas no estaban para subir al árbol y no las logré ver en ningún lado. "Hoy va a ser un gran día, nada me lo va impedir" pensé, para darme valor. Improvisé un modo de subir usando cosas desechadas que había por ahí, y agradecí que el árbol no estuviese muy a la vista en el garaje ese. Una vez que logré subir, hice mi recorrido ya ensayado hacia la pared del hotel, unos metros por la cornisa y finalmente la ventana.

Me decepcioné cuando llegué y vi que no había nadie, la habitación estaba a oscuras. "Idiota" pensé, al borde de las lágrimas "¿cómo vas a creer que te va a arreglar un encuentro con Messi? Seguro piensa que sos una loca..." pero algo interrumpió mis pensamientos. La puerta de la habitación se abrió, y vi a Biglia entrar. Creí que él me había visto también, pero no pude pararme a averiguarlo, porque venía acompañado. En cuanto ví más personas me limité a esconderme en la cornisa, para no meterlo en problemas. No escuché bien que pasaba, pero parecía una discusión con otros dos jugadores, creo que estaba Lavezzi entre ellos, por la voz. Después de unos minutos parecieron calmarse los tres, y escuché un "bueno, dale, apurate" antes del ruido de un portazo.

Quise volver a asomarme a la ventana, pero pisé mal y mi pie se patinó. Caí con una rodilla en la cornisa, lo que me desestabilizó y ocasionó que, al perder el equilibrio, me cayera. Todo fue en menos de un segundo, pero lo sentí como si hubiese sido en cámara lenta, viendo cómo mis manos no llegaban a aferrarse a nada, y viendo el suelo ese tan lejano, al que me dirigía ahora. Sin embargo, de repente sentí una fuerza que me presionaba el brazo, y noté que mi caída se había frenado por completo. De hecho seguía en la cornisa todavía. Me di vuelta, con la más pura expresión de pánico, a ver qué era lo que presionaba mi brazo.

-Viniste... -dijo Biglia, entre jadeos, mientras tiraba de mi brazo.

Tardé unos segundos en volver a razonar, y entré rápidamente en la habitación. Sin poder hacer otra cosa, todavía un poco en shock, lo abracé muy fuerte en cuanto pisé suelo firme.

-Bueno... Ya está... -dijo, intentando poner un tono de voz calmado, pero todavía se notaba su respiración agitada.

No me di cuenta de que estaba llorando, hasta que él se alejó, me miró y me volvió a abrazar, acariciándome la cabeza. Ni si quiera sé por qué lloraba, imagino que sería el hecho de notar lo cerca que estuve de morirme, pero no pude si quiera agradecerle.

-Bueno, mirá, no tengo mucho tiempo, los otros me esperan –dijo, después de un ratito. Aproveché eso para secar mis lágrimas y fingir que nada había pasado-. Acá, mirá, ¿ves? –Agarró un mapa (de esos que te dan en las oficinas de turismo) y señaló un punto-. Acá estamos ahora. Vení a esta plaza en 15 minutos, ¿sí?

Me limité a sonreír, asintiendo con la cabeza.

-¿Podés salir por ahí? ¿Seguro? –me miró, serio.

-Sí, sí, voy a prestar más atención, solamente... Gracias –le sonreí y salí.

No me tomó mucho tiempo bajar hasta el piso (sin caerme), y empecé a caminar. La plaza no estaba muy lejos, llegaba en menos de 15 minutos. Después de ese episodio de recién, los nervios volvieron a apoderarse de mí, pensando en Lío y en lo cerca que estaba de conocerlo, de una vez.

Llegué a la plaza, vi que en el mapa había una esquina específica marcada así que fui hacia ahí, y esperé. Empecé a dudar de si Messi realmente vendría, o si me buscaría algún guardaespaldas para llevarme a otro lado, empecé a asustarme un poco, hasta que escuché que alguien tosía atrás mío, como para que me diera vuelta. Todos mis pensamientos se fueron de repente, sólo había nervios. Me di vuelta, para ver de una vez a mi ídolo, aquel a quien quería conocer desde hacía mucho. 

Finalmente hoy mis sueños se iban a hacer realidad, estaba ahí, a nada de cumplirlos.

¿El vegano o el mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora