¿El vegano o el mejor?

Cap. 9: Finalmente.

Bueno, subí el capítulo 9 nomás. Hoy por ahí termino, es mi idea (igual faltan como 5 capítulos mas o menos) y bueno, nada, eso (? gracias a los que vienen leyéndome, espero que les guste :D

-Creí que ibas a mandar a alguien, no que ibas a venir vos –dije, mientras íbamos de camino.

-Me pareció que era más... razonable, que venga yo. ¿Sirvió o no sirvió? –Biglia sonreía mientras decía esto, con la vista fija en el camino.

-Bueno, sí... Gracias, en serio. Además, wow, ¡hasta 4 días allá! Yo no hubiera logrado eso... -comenté.

-¿Viste? –dijo él, palmeándose el pecho.

El viaje fue más rápido que las veces que fui en micro, así que llegamos con tiempo al hotel. Él había reservado la misma habitación que me había conseguido la otra vez, así que fuimos "disimulando", como antes. Llegamos, dejé mis cosas (ahora tenía un bolso un poco más grande) y empecé a intentar contener los nervios, que estaban creciendo desde que había entrado.

-Bueno, en un rato va a venir Lío... O al menos eso dijo –comentó Biglia, mirando por la ventana.

-Ay, dios mío... -empecé a morderme las uñas, no sabía qué hacer.

-Calmate, ni que se vaya a enojar, está acostumbrado a que la gente llore cuando lo ve y esas cosas –el jugador parecía hasta celoso de Lionel.

Sin embargo, en ese preciso momento, yo estaba no muy bien como para consolarlo, así que simplemente me quedé callada. Quería que el tiempo pasara más rápido, pero también quería que se detuviera, todo era tan raro.

-Bueno, voy a ver qué onda –dijo el número 6, después de un rato, mirando su celular.

Salió de la habitación, dejándome sola. Empecé a pensar en si realmente estaría molesto o celoso, y recordé lo que me había dicho mi amigo también. "Ya voy a tener tiempo de pensar eso después, ahora concentrémonos en Messi" me dije. Me sentí mal por un momento pensando en Biglia, hasta que lo ví volver, un poco agitado.

-Está viniendo, cumplió su palabra... Bueno, yo me voy. Que tengas suerte –me sonrió.

-Gracias, no habría logrado esto de no ser por vos –lo abracé.

-Bueno –dijo rápido, soltándose-. Mejor me voy, por las dudas... Nos vemos a la tarde.

Dicho esto, salió de la habitación nuevamente. Dios mío, Lionel estaba viniendo. ¡Lionel Messi estaba viniendo! Lo iba a conocer de una vez, era increíble. Noté que Lucas había dejado la puerta abierta de par en par al irse, y en ese momento mi primer impulso fue cerrarla. Me acerqué, perdida en mis nervios y pensamientos y empecé a cerrar la puerta, pero no pude terminar. Justo había una persona caminando por el pasillo que venía hacia esta puerta. Lo ví y me quedé dura donde estaba, no pude reaccionar, no pude moverme. Mis pensamientos iban a mil por hora, pero mi cuerpo no reaccionaba. La persona se estaba acercando, bastante indiferente. Yo quería correrme de la puerta, pero no podía, era como si tuviese cemento en los pies.

Finalmente, llegó. Miró el número de la puerta, y después me miró a mí, todavía con su expresión de indiferencia. Estaba ahí, dios mío, ¡ESTABA AHÍ! Sentí que mis piernas se aflojaban, pensé que iba a caerme desmayada en cualquier momento. "Hacé algo" me decía a mí misma, "hacé algo, ¡movete! ¡Reaccioná!", pero nada. Su mirada estaba fija en mí, yo estaba quedando en ridículo frente a él; pero no podía creerlo. Pasaron sólo un par de segundos hasta que el hombre habló, pero para mí fueron horas, fue un momento prácticamente interminable.

-Hola... -dijo Lionel, con media sonrisa, aunque parecía forzada-. Supongo que vos me... Me estabas esperando, ¿no?

Solo pude asentir con la cabeza muy lentamente, mientras me tapaba la boca con las manos y algunas lágrimas asomaban en mis ojos. "No llores" me auto-ordené, "No podés llorar en frente suyo, ¡NO!", pero era tarde, las gotitas ya habían salido y recorrían mi cara. Junté la fuerza de voluntad suficiente para moverme de la puerta y dejarlo pasar, con un gran esfuerzo. En cuanto el avanzó y me dio la espalda, entrando a la habitación, aproveché para limpiarme la cara con las mangas.