Cap. 15 (Final 2): El Mejor.

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FINAL 2: El Mejor.


Me acerqué lentamente, acortando los pocos metros que quedaban, hacia ellos. No sabía qué hacer. Había intervenido, pero no me había frenado a pensar en qué haría después. Lentamente miré a uno, y después al otro. Ahí estaban los dos, enfrentados, con sus miradas fijas en mí.

De un lado estaba Lucas Biglia, el rubio de ojos claros, con esa cara que era un tanto extraña, pero que cuando sonreía se volvía tan peculiar y hasta adorable. Del otro, estaba Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, quien había sido mi ídolo y mi ejemplo a seguir durante mucho tiempo. Bajé la mirada al piso, para después volver a mirarlos a ellos. Y entonces, mi indecisión se fue.

Lucas había sido bueno, me había ayudado a conocer a Lío, había hecho de todo por mí (de hecho, si no hubiese sido por él, yo nunca habría logrado cumplir mi sueño); pero no podía negar lo obvio: seguía amando al diez. Messi había sido siempre para mí como una especie de héroe, un ejemplo de vida y hasta un amor imposible que ahora podía volverse real. Miré al mejor del mundo a los ojos e, instantáneamente, los recuerdos de todas las veces que había deseado conocerlo afloraron en mí. Todas esas veces en las que lo veía jugar y me maravillaba, y hasta los numerosos recortes de diarios que había guardado sólo porque él aparecía... Sonreí al pensar en esto, al darme cuenta de que realmente estaba ahí frente a esa persona a quien tanto había idolatrado. Y esa sonrisa fue lo que me delató.

De reojo, pude ver que Lucas bajaba la mirada, afligido, mientras que Ezequiel le palmeaba la espalda silenciosamente. Me dio un poco de pena por él, pero de todos modos no me parecía justa una relación por pena del otro, y además Biglia sabía que Lionel era mi objetivo principal. Recordé las palabras de mi amigo, recordándome que no "me metiera tanto con el vegano", y empecé a sentirme mal: no había querido lastimarlo, y parece que lo había hecho.

-Lucas... -empecé a decir, para sorpresa de Messi, quien simplemente me miró arqueando una ceja-. Yo... Ehh... Perdón.

-No, está bien... -respondió, intentando sonreírme.

-Ehh... Te dije desde el principio que... -tragué saliva, no me gustaba tener que decirle esto- Que quería conocerlo a él... Y vos sabías, perdón si... Bueno...

-No, en serio, está bien –mientras decía esto, Lucas se acercó y puso una mano suya en mi hombro-. Boludeamos un rato, ya está –sonrió, ahora un poco más convencido que antes-. Que te vaya bien, cumpliste tu sueño y mejor de lo que esperabas, y bueno, te deseo lo mejor... Aunque ya tenés lo mejor –se rió, señalando al diez.

-Bueno... Sí –reí también, aunque fue medio incómodo por la presencia de Lío ahí al lado-. Gracias por tu ayuda, por todo. No hubiera podido sin vos.

-Sí, hubieras podido seguramente, algo ibas a inventar... -Biglia volvió a bajar la mirada al suelo, dejando de sonreír. No quería verlo así, no quería lastimarlo, así que intenté animarlo con la primera boludez que se me cruzó por la cabeza:

-Pensá en que... Vos sos vegano, y yo como huesos con las manos, o sea... -sonreí, mirándolo.

Por idiota que pareciera eso, funcionó. Lucas levantó la cabeza y dejó escapar una leve risa. Acto seguido, abrió los brazos, sonriendo, como para una especie de despedida. Lo abracé sonriendo y, en cuanto lo solté, el Pocho se lo llevó de ahí bastante rápido.

Y lo que pasó después, me tomó realmente por sorpresa. Le había dado la espalda a Lionel para hablar con Biglia, así que me di vuelta para volver a tenerlo en frente. Sin embargo, antes de que yo pudiera verlo, él me besó. Tardé sólo un par de segundos en notar lo que estaba pasando y reaccionar, abrazándolo y devolviéndole el beso. En cuanto nos separamos, bajé la mirada al piso, un poco avergonzada. ¡Había besado a Lionel Messi! No podía creerlo. Volví a mirarlo y sonreí, antes de besarlo nuevamente, pero esta vez yo a él.

Volvimos a entrar al hotel después de un rato, hablando de boludeces. Antes de que yo dijera algo, Lío ya me había contado todo su plan, y estaba por hacer un comentario cuando volvió a interrumpirme:

-¡QUÉ CARAJ...! –dijo en voz baja, mirando atónito hacia adelante.

Miré, con la intriga de ver qué lo había sorprendido, y tampoco yo pude creer lo que veía. Estaba Marcos Rojo acorralando a otra persona contra la pared, pero eso no hubiese sido tan raro si no hubiera sido...

-¿Ese es...? –le pregunté al diez, aunque ya me había dado cuenta.

-Sí –respondió él, secamente y hasta traumado.

Y sí. Marquitos Rojo estaba acorralando y besando desaforadamente justo a Lucas Biglia, Luquitas. Lío y yo nos quedamos atónitos un par de segundos, mirando esa escena, hasta que él reaccionó empujándome delicadamente para seguir nuestro camino, y volviendo a hablar como si nada hubiera pasado.

Empecé a pensar entonces en ese "plan" que tenía Lionel. No sabía si iba a funcionar, pero valía la pena intentarlo, pensé sonriendo.

FIN.



Bueno, muchas gracias por haber leído mi historia, me alegro de que hayan elegido a Lío <3 y bueno, comenten si les gustó y eso... Gracias por seguirme hasta el final, en serio! Espero que les haya gustado!

¿El vegano o el mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora