Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
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Narumi se encontraba con los ojos semiabiertos y cansados, observando los brazos con tatuajes que envolvían su cuerpo abrazándola.
Los volvió a cerrar sin querer despertar, cuando se volvió consciente del celular que vibraba en la mesa de noche. Estiró su mano torpemente y tomó el dispositivo para responder la llamada sin revisar quién llamaba.
—Nami, ya voy a salir de casa. ¿Necesitas que pase a comprar algo para el almuerzo? —habló su madre.
—¿Qué? —se incorporó bruscamente, despertando al instante al chico que dormía a su lado.
—Que si necesitas algo, para pasar al supermercado. —dijo con tono de cansancio.
—Eh... —se pasó la mano por la cabeza. —No, mamá. Estoy bien, tengo todo... solo que me atrasé un poco y puede que me demore en terminar de cocinar. —mintió improvisadamente.
—No te preocupes, ¡Te iba a ayudar a hacerlo! —dijo con su tono de ánimo usual.
—Ya, gracias mamá...
Se despidieron y al instante en el que cortaron la llamada, la castaña se dirigió a su novio.
—¡Había olvidado por completo que viene mi mamá a almorzar!
El chico se preocupó al igual que ella. —¿Y ya viene?
—Sí. —la chica se quitó las sábanas de encima y caminó rápidamente al baño.
A mitad de camino, paró y se devolvió. —Me voy a bañar. —se acercó al chico y dejó un beso en sus labios.
Mitsuya sonrió y no pudo decir nada antes de que está fuera corriendo a buscar una toalla para meterse a la ducha.
Se bañó rápidamente y se vistió mientras el chico ordenaba un poco la habitación.
—Dejé una toalla limpia en el baño. —dijo ella mientras se ponía unos jeans.
Él asintió. —¿Tu mamá sabe que...? —los apuntó a los dos sin saber cómo terminar la frase.
Ella se quitó la toalla del pelo y negó. —No... no sé qué le diré, pero te puedes quedar... —dijo como sugerencia.
—No, no... si quieres que desaparezca no tengo problema, Narumi. Si tu mamá me ve... habrá muchas explicaciones que dar. —dijo lo último con una risita.
—No quiero que desaparezcas... pero sí, tienes razón. —sonrió levemente. —De todos modos ya viene en camino, así que... hay que apurarnos. —le dejó un beso en sus labios.
Takashi le sonrió y la besó otra vez. —Seré rápido. —dijo antes de correr al baño.
Narumi rio y se quedó unos segundos embobada. Espabiló y siguió con lo que estaba haciendo.
Terminó de vestirse y corrió a la cocina a ver lo que había comprado para almorzar. Puso a cocer un poco de arroz y dejó el resto de ingredientes sobre la mesa, decidió que esperaría a su madre y se preocupó de ordenar la cocina y el departamento en general.
