Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
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Llegó un año nuevo y junto con este, nuevas experiencias y oportunidades. La celebración hizo que las personas se reunieran una vez más, y la castaña rebosaba de felicidad junto a las personas que amaba. Los fuegos artificiales que pintaban el cielo dieron inicio al año y a los abrazos llenos de cariño y promesas implícitas.
Tanto Narumi como Mitsuya empezaban a poner en marcha sus proyectos y planes laborales, y a pesar de que fue particularmente difícil para la castaña, siempre tuvo el apoyo del contrario. La incertidumbre de no saber completamente qué era lo que quería hacer de ahí en adelante le jugó en contra a su mente y se volvió casi un hábito. Tuvo un momento de receso de buscar trabajo cuando su cerebro no la acompañaba de la mejor forma; aquellos altibajos iban y venían, pero sabía que siempre que hubiera esos malos momentos, los buenos momentos llegarían tarde o temprano.
Con el apoyo del chico a su lado, supo salir adelante y levantarse una vez más a intentarlo.
Hasta que finalmente se ocupó de ese pensamiento que habitaba su cabeza hace un tiempo.
Se encontraba en la entrada de lo que fue su universidad; era considerada bastante importante y prestigiosa en el país, y desde fuera parecía un poco más intimidante que la última vez que estuvo ahí. Tenía una entrevista de trabajo para empezar a enseñar en marzo, y no podía evitar sentirse nerviosa, ya que era su única opción. No descartaría la idea de enseñar en otro lado, pero realmente quería que fuese aquel lugar.
Entró al lugar y se dirigió a la oficina de aquel hombre que la entrevistaría para ver si estaba apta para el puesto de trabajo, y una vez vio su cara, fue sorprendida por el hecho de que no tenía ni la menor idea de quién era. Pensó que tal vez conocería a la persona, por los años que estudió ahí, pero para su mala suerte era un completo desconocido.
—Adelante. —el hombre se hizo a un lado y la dejó pasar a la oficina.
Narumi tomó asiento y luego él frente a ella. Sonreía nerviosamente y el hombre empezaba a revisar unos papeles en su escritorio para encontrar el currículum de la joven.
—Entonces, Ishikawa Narumi... —hizo una pausa con un poco de curiosidad. —Ishikawa...
—¿Sí? —preguntó confundida.
—Es solo que... me suena el apellido. —rio levemente.
El hombre levantó la cabeza y analizó el rostro de la muchacha que cada vez se ponía más nerviosa.
—Soy Hideki Takada. —le extendió la mano.
—Un gusto. —dijo aún con nerviosismo y le dio la mano en un saludo formal.
—Pasemos a la entrevista. —rio, haciendo que la joven se tranquilizara un poco.
—Está bien. —asintió la castaña con una sonrisa calmada.
—Entonces... Narumi. ¿Estudiaste aquí?
—Sí. Egresé el año pasado.
—Hace muy poco. —comentó levantando las cejas. —Y supongo que... te quedó gustando aquí.
