Narumi se encontraba en la universidad, el salón en el cual trabajaban en las esculturas estaba en silencio, vacío y sombrío. Miraba la pantalla de su celular, en el chat de Takashi, sin saber qué responder. Su escultura estaba al frente de ella, ya terminada, en un alto que la hacía ver imponente, superior, respetable.
Sus conversaciones por chat con Mitsuya eran vagas. Desde su cumpleaños, no habían tenido la oportunidad de verse, ni siquiera en la cafetería. La verdad era que ambos estaban realmente ocupados; La exposición de Narumi sería el día siguiente, Mitsuya tenía aún más trabajo con Hakkai y la cafetería. Aparte, la chica no se sentía muy lista para tener una extensa conversación sobre lo que había ocurrido. En parte estaba agradecida de que estuviera tan ocupada con otros asuntos.
Da vuelta el celular y lo deja en la mesa un poco fuerte, se llevó una mano a la frente, y se masajeó para aliviar un poco su estrés y frustración del momento. Las cosas ya eran diferentes. Y no de una forma que le gustara.
"¿Te molesta si voy a la exposición mañana?"
"Claro que no.
Es a las 7, te espero!!"
Trató de responder amablemente, o con entusiasmo, como lo haría normalmente. Disimulando toda esa rara tensión entre ambos, pretendiendo que todo estaba igual que siempre, aunque ambos supieran que no era así.
Limpió y ordenó sus cosas antes de irse a casa. En el camino observó la luna y las estrellas que la acompañaban, sintió la incertidumbre y el miedo, y pensó en todo lo que había ocurrido aquella noche. No quería olvidar el sentimiento de las caricias de Mitsuya, de sus cálidos y húmedos labios, su dulce aroma y su piel, su voz al recién despertar, y su sonrisa soñolienta que la hacía sonreír solo de imaginársela.
Lágrimas cayeron de sus ojos.
—No puede ser. —se limpió el rostro sin ser gentil con ella misma, frunciendo el ceño a la vez que más lágrimas aparecían.
Estaba realmente enamorada. Estaba desesperadamente enamorada de él, su pecho subía y bajaba más rápido de lo común, y tenía ganas de gritar. Era sofocante. ¿Así debía sentirse el amor? Descubrió que el amor era hermoso a su manera, que no siempre sería como en los cuentos de hadas. Que a veces, era tan real, tan hermoso, que dolía. Y podía llevarla a la gloria tan rápido como la podía llevar a la derrota.
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the way you are - takashi mitsuya
Hayran KurguNarumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...