Capítulo 31

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Habían pasado 2 días desde aquel partido con Ketsubutsu y como era de esperarse, la vuelta a clases era inevitable. A pesar de aquello en su mente seguía rondando esa conversación con Kaiser luego del partido...

Hace dos días...

"Entonces Izuku, ¿Que harás cuando se termine este estúpido torneo?" El rubio con mechones celestes le preguntaría al peliverde que terminaba de cambiarse ropa en los vestidores del estadio. "No lo sé, supongo que esperaré alguna oferta de algún club de europa. No pienso quedarme aquí recluido con un futbol tan pobre como el japonés." Izuku se sinceraría con el chico, admitiendo que el fútbol en su país era bastante mediocre en comparación con otros países.

"Uhm~, ya veo..." El emperador diría un tanto pensativo mientras terminaba de colocarse sus guantes blancos de microfibra. "¿A qué es lo que aspiras realmente como jugador? ¿Cuál es tu meta?" Michael preguntaría, mostrando bastante interés en saber un poco más sobre el peliverde. "¿Mi meta? Ganar la copa del mundo." El niño contestaría con total seguridad, sorprendiendo para bien al Alemán que dejaba escapar una pequeña risita por la respuesta del chico.

"Bueno, eso es a lo que todos aspiramos como jugadores, ¿No? Llevar la copa del mundo a casa. Pero, ¿Cómo piensas lograr aquello?" Lo que el hacía en estos momentos no eras más que un test psicológico ideado por el para comprender de mejor forma al pecoso. "Esa es una buena pregunta, sabes, últimamente me lo he estado preguntando mucho. Al principio pensaba que sería tan sencillo como llegar a un club de europa, establecerme como un jugador de elite mundial y luego guiar a Japón hacia la cima, pero..." El niño haría una pausa antes de continuar.

"Me di cuenta que no podía estar más alejado de la realidad. Japón está a años luz de las mejores selecciones del mundo. Por mucho que yo quisiera, se me haría imposible ganar la copa del mundo solo. Necesitaría de un delantero capaz de entender mi juego, y no solo eso, si no también de un equipo que me acompañe. El claro ejemplo de eso seguramente sea la selección de Polonia. Tienen a uno de los mejores delanteros del mundo, pero aún así no están ni cerca de ganar algo importante." Izuku explicaría con bastante tranquilidad, comenzando a caminar junto al chico hasta el bus de regreso a Hosu.

"Me doy cuenta de que tienes las cosas bastante claras, eso es bueno. ¿Te puedo hacer una última pregunta, pequeño bastardo~?" Kaiser consultaría con una enorme sonrisa antes de pararse en la entrada del bus. "Por supuesto." El chico respondería con amabilidad. "¿Cuál crees que es la diferencia entre Rin y yo? ¿Por qué crees que conmigo lograste dar vuelta el marcador en tan solo 20 minutos y con el en cancha durante todo el primer tiempo se fueron al descanso perdiendo 3-1?" El emperador plantearía una muy buena interrogante al chico que se llevaba la mano al mentón, indicando que estaba pensando en alguna respuesta.

"¿Por qué tú juegas en el Bayern Múnich y eres prácticamente un jugador profesional?" Izuku contestaría algo inseguro. "Jajajaja... No~. Piensa más allá de eso, tienes todo el tiempo del mundo para hacerlo. Cuando tengas la respuesta me vuelves a hablar, pequeño bastardo~." Michael comentaría, subiéndose al bus, dejando al peliverde bastante pensativo, en búsqueda de una respuesta correcta...

De vuelta a la actualidad...

"Maldición, sigo sin descifrarlo, ¿Cuál es la diferencia entre Kaiser y Rin?" El peliverde se preguntaría mientras caminaba junto a su mejor amigo hacia la preparatoria en una fría mañana de otoño. "¡No lo puedo creer! Pero si son Zizu-kun y Katsuki-chan~." Una voz más que familiar para el duo llamaría inmediatamente su atención, dándose media vuelta para observar a la peliceleste con un enorme abrigo y una bufanda que cubría la mitad de su rostro.

"Hola, Gatita-chan." Izuku respondería vagamente, pues su mente aún estaba empeñada en resolver aquel dilema. "Hola, tonta entrometida. ¿Que haces con ese abrigo? Pareces una vieja de 40 años, así como mi mam-." El rubio no alcanzaría a terminar de hablar ya que la chica le daría un fuerte golpe en la cabeza. "¿A quien vienes a tratar de vieja? Soy más joven que tú, tonto." La niña comentaría con cierta molestia e indignación.

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