𝓢𝓮𝓬𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓸 𝓮𝓷 𝓐𝓺𝓾𝓪𝓻𝓲𝓪

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- ¡Arriba!- exclamó Atrix con energía- ¡Es hora de irse, Peter!
Dos días habían transcurrido, en los que Peter y Atrix habían sido acogidos por los habitantes de Arboreus como verdaderos héroes y habían podido descansar y recuperar, al menos, parte de sus fuerzas. En menos de 10 minutos, ambos estuvieron preparados y partiendo de casa de Lumsis hacia el este, donde, según ella, se encontrarían una comitiva de carromatos que los llevarían directamente hacia el portal. Y en efecto así fue: al poco de caminar y adentrarse en el bosque, una nube de polvo que se veía desde kilómetros de distancia les guió a los carromatos, los cuáles les llevaron hasta la entrada del portal: un entramao de ramas entralazadas entre sí, que se abrió de pronto con un fuerte estallido de luz, mostrando en su interior una extraña luz de color anaranjado y azulado
- Esto es bastante extraño- dijo Atrix, mirando a los comerciantes, que no se atrevían a cruzar el portal- los comerciantes parecen asustados y, según lo que nos dijo Lumsis, el portal no debería abrirse hasta dentro de media hora
- Pues creo que deberíamos aprovechar y cruzar ahora- dijo Peter, adelantándose y yendo hacia el portal- ¡Vamos, antes de que se cierre!
Viendo que Peter estaba muy decidido, Atrix lo siguió. Nada más cruzar, ambos fueron cegados por un resplandor de energía y notaron cómo sus cuerpos se desmaterializaban, ,viajando a la velocidad de la luz. Pero, en un momento dado, Peter notó que una fuerza tiraba de él hacia otro lado, separándolo de Atrix. Cuando pudo abrir los ojos, se encontró que estaba en un extraño lugar: a su alrededor todo eran rejas hechas de un extraño material, ¿coral tal vez? Intentó romperlas pero vió que eran más resistentes de lo que él imaginaba. Pero el mayor de los sustos vino cuando intentó transformarse y vió que Atrix no estaba con él. ¿Cómo iba a transformarse sin Atrix? De pronto, como si las cosas no fueran lo suficientemente mal, una estruendosa voz femenina clamó un fuerte "¡MOSTRÁDMELO EN ESTE MISMO INSTANTE!" antes de entrar en la sala previa al recinto enrejado:
- Vaya...conque este es el insecto que ha estado causando problemas al señor Diaval,¿no?- dijo una melodiosa voz femenina, encarnada en una joven, bella y seductora joven, portadora de un tridente
- ¿Dónde estoy? ¿Y quién eres tú?- dijo Peter, retrocediendo
Cuando se acercó, Peter se percató de que no había reparado en el detalle más increíble de la persona que lo había capturado: en su zona inferior, una larga cola de pez amarilla se encontraba en el lugar donde deberían haber estado sus piernas.
- ¡INEPTOS!- exclamó ella furiosa- ¡HABÉIS CAPTURADO AL QUE NO ES? Este no es más que un humano corriente
- Pero, mi señora- intento justificarse un aterrado soldado, híbrido entre hombre y tiburón- sus ordenes fueron capturar al humano con el reloj
- ¡¡Pero sin el simbiónico no me sirve de absolutamente nada!!- gimió ella, enfureciéndose, mientras su tridente se iluminaba con una luz violácea- ¡¡¡DESPEDIDO!!!
En ese momento un rayo salió del tridente y absorbió la energía del ser que pasó a ser un montoncito de polvo negruzco en el suelo dorado ante mí.
- Bueno, corazón- dijo girándose hacia Peter- esto ha sido un pequeño error de calculo, pero como mi tía Úrsula decía: "No hay mal que por mal no venga para el otro" Ponte cómodo querido, vas a estar un tiempo con nosotros... Y que no se te ocurra usar tu relojito, esta sala inhibe cualquier frecuencia mágica que no sea la de mi tridente...Tu amiguito vendrá pronto a rescatarte, sin duda, ese blandengue nunca ha podido resistirse a rescatar a una dama en apuros...y eso causará su ruina...y ¡mi victoria, al fin!
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Mientras tanto, Atrix no podía haber aterrizado en un lugar más diferente: cayó en mitad de una casa, cuyo techo destrozó al aterrizar, situada a unos pocos metros del mar, que fue lo primero que vió Atrix al despertar. Bueno, eso, y unos pequeños ojos que le observaban desde la orilla del mar:
- Por fin te has despertado!!- dijo un pequeño niño, de unos 7 u 8 años- ¡Ya pensaba que te habías muerto!
- Perdona, ¿y tú eres...?- dijo Atrix
- Perdona, que maleducado soy. Me llamo Damien, y soy un tritón. De hecho soy el único que queda en mi aldea desde que Coralia hipnotizó a todos con su canción. No sé por qué a mi no me afectó, pero llevo mucho tiempo buscando a forma de rescatarles y creo que tu llegada no es casualidad. Y por cierto me encanta tu pelo y...
- ¡DAMIEN!- exclamó Atrix,  saturado por la sobredosis de información- Un poco más despacio y empecemos por el principio: estoy en el planeta Aquaria, ¿verdad?
- Correcto al 1000%, sin duda y definitivamente estás en Aquaria, o al menos en su corteza superior- respondió el pequeño, mirando al suelo
-Bueno, a estas alturas me conformo con lo que sea. Segundo: ¿has visto a mi amigo? Un chico, de mi edad, un poco más alto que yo y con un reloj verde en la muñeca izquierda.
- No había nadie más cuando aterrizaste en mitad de mi casa, aunque la verdad es que tu llegada no fue normal. Usualmente, cuando alguien llega por el portal, aparece en el punto de teletransporte de Marinia, pero se produjo un fogonazo en el cielo y caíste cual tsunami sobre mi casa- respondió Damien, mirando triste su destrozada casa.
- No te preocupes- dijo Atrix, abrazando al pequeño- mi amigo tiene un reloj muy especial que puede arreglar tu casa si invoca su poder. Ayúdame a encontrarlo y te podrá ayudar. ¿Tienes idea de donde está Marinia?
- Claro...solo tienes que ir mar abajo, aunque el camino es algo complejo. Mejor te llevo yo- dijo, saltando al agua e invitado a Atrix- ¿Vienes?
De camino hacia el fondo marino, Atrix se dio cuenta que, sin saber porque podía respirar, lo estaba haciendo. A su alrededor se desplegó un autentico espectáculo visual: una hermosa ciudad, repleta de edificios con las formas más extravagantes que había visto en su vida, y, en cuyo centro se alzaba un majestuoso palacio plateado:
- ¿Por qué han desaparecido todas las personas de tu pueblo?- preguntó Atrix
- No es que hayan desaparecido, más bien las han secuestrado- respondió un cabizbajo Damien- Digamos que...la nueva regencia al trono tiene unas normas muy estrictas respecto a la existencia de la magia en Aquaria que vienen a ser que nadie salvo ella puede controlarla.
- ¿Y qué les hace a toda esa gente?- preguntó, horrorizado, Atrix
- Digamos que nuestra magia se concentra en la capacidad de transformarnos de tritón o sirena a un bípedo o humano. Sin esa capacidad, los retiene bajo el agua. Aún así, no los ha atrapado a todos. Esa magia solo puede ser extraída a partir de los 12 años, por lo cual, ha secuestrado a todo adulto y arrebatado su magia- respondió un incesante Damien
- Pues vaya con el declive de la monarquía...- dijo Atrix- Una vez haya rescatado a mi amigo, el podrá ayudaros a derrocar a esa tirana...
- Coralia- dijo Damien- ¿Sabes una cosa? Mi madre decía que antes Coralia tenía la más bella voz, pero ansiaba el poder. Algunos dicen que ella tuvo algo que ver en la misteriosa desaparición del rey...pero nadie nunca ha podido demostrar nada. Eso sí, la extracción de magia comenzó cuando llego ese extraño bicho por el portal hará unos 6 meses. Entonces su canción se tornó oscura y todo adulto que la escuchaba...bueno te imaginas adonde iba. Bueno, ya hemos llegado.
El palacio estaba a la vista...y rodeado por un montón de guardias mitad tiburón, mitad sirena. Atrix tenía que buscar una forma de entrar rápido y sin ser visto...
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Mientras, en la parte inferior del palacio, una máquina brillaba con una tonalidad morada mientras un tritón, atado a una diana, gritaba desconsolado:
- Esta es la última extracción de la aldea Coralinus- dijo un híbrido, a los mandos de la máquina- Y su realeza, uno de nuestros guardias ha visto a un chico que concuerda con la descripción que nos disteis acercándose a palacio.
- Bien, sabía que vendría por su propia cuenta...ahora solo es cuestión de tiempo que caiga en nuestra trampa y pueda cumplir mi parte del trato con Diaval. Y de paso, vengarme de una forma de lo más glamurosa, como solo una diva como yo podría hacerlo- dijo una melodiosa voz que emitió una estruendosa y malévola carcajada, mientras entraba en un ascensor dorado que desapareció en las entrañas del palacio...

Los secretos de WandiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora