GP Baréin: 1.3

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Hubiese preferido no despertar, la imagen de Checo y Lance besándose llega de forma lenta a mi cabeza. Me cuesta creer que el mexicano haya sido capaz de esto, pero de cierta forma siento que fui yo quien lo orilló a que lo hiciera, y aunque quiero que todo esto se solucione, sé que no se va a poder, por lo que debo intentar seguir adelante o será peor para mi si sigo así.

Me remuevo en la cama con lentitud, me duele el cuerpo, me duele la cabeza y me arden los ojos y los siento pesados, me siento cansado.

Veo la hora, es temprano, ni siquiera ha salido el sol, por lo que me siento en la cama abrazando mis piernas. Dejo escapar un suspiro, cuando me percato de la presencia de alguien más en la habitación por la suave respiración.

La luz me da la tenue visión del cuerpo de Charles acurrucado en el sofá abrazándose así mismo. Me levanto y con cuidado dejo caer una manta sobre su cuerpo, arropándolo con cuidado. Luego me siento en la cama y cierro los ojos, ahí está de nuevo esa maldita sensación de ahogo, de desespero, de dolor. ¿Cómo estás cosas pueden doler tanto? Ni que fuera un adolescente enamorado por primera vez.

Necesito salir, por lo que tomo una sudadera, colocándome esta y con cuidado de no hacer mucho ruido abro la puerta corrediza, saliendo al balcón de mi habitación.

La brisa golpea mi rostro apenas salgo al balcón, está un poco helado, pero no lo suficiente como para sentir frío, es más, está agradable.

La vista del hotel me da visión de la ciudad, observo detenidamente, perdiéndome en el silencio de esta.

Hoy sé que será un día complicado, tendré que ver a Checo, aunque haré de todo para no encontrármelo, deberé soportar la frustración del monoplaza, además de ver alguna que otra mala cara en el garaje.

Me sobresalto al darme cuenta de la presencia del monegasco.

—No te quería asustar. —dice acercándose a mi envuelto en la manta.

—No te quería despertar.

Charles se sienta a mi lado, y nos cubre a ambos con la manta mientras contempla la silenciosa ciudad.

—¿Cómo te sientes? —pregunta.

—No lo sé. —digo casi en un susurro.— Siento el pecho apretado a tal punto de que me falta el aire.

—Poco a poco te irás sintiendo mejor, Lewis. —sonríe levemente.— Es cosa de tiempo.

—Lo sé, Charles. —asiento.— Pero son muchas cosas las que tengo guardadas. —confieso.— He hecho de todo para evitar que pasara algo así.

—No es tu culpa, Lewis.

—Lo es, ¿sabes por qué? Porque yo mismo lo orillé a que hiciera eso. —repongo.— Desde que perdí el campeonato todo ha ido mal. —suspiro.— Culpé a Checo por hacer su trabajo, dije cosas que no sentía, pero se las dije porque estaba molesto y aún así se mantuvo a mi lado porque él sentía culpa y al verme tan hecho mierda me quiso ayudar. Checo se quedó conmigo, habían días en los que yo no podía salir de la cama, y ahí estaba él, todos los días inventaba cualquier cosa para animarme, me motivaba a entrenar y a que no bajara los brazos. —limpio las lágrimas que habían comenzado a caer.

—Lewis...

Lo interrumpo.

—¿Y qué es lo que he hecho?

Pregunto y alzo mi vista hasta encontrarme con los verdes ojos del monegasco.

—Quejarme todos los putos días porque ahora no me siento cómodo en mi equipo, porque el auto no es bueno, porque las cosas ya no me resultan como quiero. Le di a entender que el trabajo me importa más que él, descargué mi frustración con él sin ver que a él le afectaba también. —limpio mi nariz con la palma de mi mano.— Lo he culpado del quiebre de esta relación cuando gran parte de esta culpa es mía. —suelto un sollozo.

Can't Help Falling In Love - 1644Donde viven las historias. Descúbrelo ahora