Especial: Amor bajo un rayo de luna

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Para todas esas personitas que aman los finales felices, aquí tenéis uno de los posibles finales de esta historia 😉

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El chico se sentó delante de la tumba de piedra intentando no pensar en que no volvería a escuchar su música. Había sido un gran pianista, y sus composiciones iban a mantenerlo vivo, pensó con lágrimas en los ojos, eso era lo único que le reconfortaba. 

Fue tachado de persona solitaria y triste, pero era un genio de la música. Él mismo se encargaría de que no se olvidasen sus canciones, y sobre todo de la canción que tocaba con tanto aprecio una vez al año. Su maestro había puesto mucho empeño en rescatar esa pequeña composición del olvido.

Nunca llegó a entenderlo del todo pero fue un buen hombre, que lo acogió cuando lo necesitó y le enseñó todo lo que sabía, transmitiéndole su pasión por el piano. Y le dolió que se fuera mucho antes de lo que debía. Sin embargo, sabía que su maestro ahora estaba en paz y feliz.

-Espero que hayas encontrado lo que tanto buscaste maestro, ahora es tu momento de ser feliz - dijo entre lágrimas pero con una sonrisa sincera.

Había conseguido una plaza junto a la tumba de un joven que falleció muchos años atrás. Su maestro solía visitarla a menudo desde que la encontró y antes de morir le había pedido ese favor.

Se quedó hasta el atardecer despidiéndose, vio como el sol bajaba y los colores del cielo cambiaban, pasando por azules, rosas, amarillos, naranjas y rojos, hasta que todo se oscureció.
Pero no estaba solo, la luna llena le acompañaba desde el firmamento.

Se encaminó a la salida decidido a vivir una vida plena y ser feliz por su maestro.

Sin embargo, un leve resplandor le hizo girarse a mirar la tumba por última vez. Esta estaba iluminada por un rayo de luna, y sobre ella se distinguían dos figuras traslucidas.

Una tumba, dos jóvenes abrazados, un hermoso reencuentro.

Las facciones de su maestro se habían suavizado, lucia muchísimo más joven y sin preocupaciones.
Entre sus brazos apretaba a un pequeño chico que desprendía amor con la mirada.
Ambos reían felices.

Con los ojos acuosos decidió girarse para dejar intimidad a aquella preciosa pareja. Finalmente lo había entendido.
Pero antes de marcharse vio como su maestro lo saludaba con orgullo desde la distancia y el otro chico se le añadió.

Lo que vio en sus ojos lo tranquilizó:

A partir de aquí yo lo cuidaré, no te preocupes y vive. Ni siquiera el tiempo nos puede separar ahora.

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                                FIN

NOTA DE AUTORA:

Hola lectores, han pasado muchos años desde que escribí esta historia, pero el otro día me topé ella y decidí leerla.
También leí vuestros comentarios, gracias por tanto amor :)

He decidido hacer un último capítulo para darle un final feliz para aquellos que lo querían, la verdad es que me ha hecho feliz revivir esta historia y a sus personajes, se merecían un bonito final.

Nos leemos💕












Una Última Melodía [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora