el diablo y el conejo

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Rimka- señora ¿cómo se siente?

Emira- estoy bien... sólo fue un poco de fiebre

Con aún la sensación de mareos caminé hasta la ventana de mi habitación y usando mis pocas fuerzas logré abrir las dos pequeñas puertas de madera -¿que es eso?... !! por los dioses que es eso!!- una enorme torre rodeada por una fortaleza se miraba en las lejanías, era muy notoria gracias a su imponente tamaño y el anillo de fuego azul sobre la punta de la torre.

Emira- Rimka... !!Rimka!!

Rimka- !!que sucede señora!! (dijo nerviosa al acercarse a mi con Abel en brazos) Ahh claro... no había visto la fortaleza de Cecil

Emira- cu... ¿cuánto estuve en cama? (pregunte con la voz temblando)

Rimka- señora sólo fue una semana... si pero hay que recordar que Cecil es la más grande constructora de la historia de los stalkers, bueno eso dice ella

Emira- ¿si?

Continúe mirando la enorme construcción que fácilmente sería considerado una pequeña ciudad de guerra o el hogar de una poderosísima familia militar -¿cómo pudieron hacer algo así? ¿por qué no me dijeron que podían hacer eso?- dando pazos lentos me separé de la ventana.

Emira- vamos a ir... sólo tomaré un baño primero...

Rimka- está bien señora... por mientras limpiare a Abel (dijo con una expresión incómoda)

Con aún la sensación de mareos caminé al baño y entré, dentro ya estaba lista una tina de mármol pulida y llena con agua fría -tengo que sacarla- con movimientos lentos me quité la ropa y toque levemente mis senos sacando unas gotas de leche.

Emira- no entiendo por qué tengo tanta... con Dalila nunca tuve problemas

Presioné mis pechos soltando un chorro de leche seguido por otro y otro, podía sentir mi piel caliente y sensible como mis senos inchados aún por la infección -¿cuántas veces tengo que hacer ésto?- cuando ya no pude seguir presionando mis senos por el dolor limpié todo y entre a la tina para empezar a lavarme.

Emira- si hizo algo así de rápido... ¿cuánto le tomaría el contruir una casa para mí?

Limpié mi cuerpo usando una esponja y disfrute el agua fría que bajaba el calor de mi cuerpo -¿cómo estará Alek? quiero verlo- cuando termine de limpiarme solo me puse un bestido medianamente largo que cubria por completo el escote y lo que hombros.

Emira- llevaré yo a Abel (hablé al cargar a mi hijo) *está más pesado... jajaja ya pronto no podré cargarlo*

Teniendo una sonrisa en los labios salí con Rimka acompañándome hasta la entrada de nuestro hogar temporal, después de llamar a alguien para que nos llevará a la torre solo tuve que esperar unos minutos para llegar -es muy grande... ¿así eran las fortalezas en los recuerdos de Cecil?- cuando pasamos el umbral que dividía los distritos pobres del restó nuestro cochero pidió que pusiéramos los seguros a la puerta.

Emira- ¿por qué aquí?

Rimka- dijeron que es más barato, que prácticamente regalan el espacio por una mínima cantidad

Emira- entiendo eso... pero dios, el aroma es desagradable

No sólo yo terminé con la nariz cubierta, Rimka como mi hijo notaron el desagradable aroma inmediatamente y mientras abrazabamos sólo se volvía más difícil de aguantar -¿cómo alguien vive con tan pésimo olor?- sin esperarlo el carruaje se detuvo sacudiendonos un poco, cuando miré por la ventana mi cuerpo se tensó al ver varios hombres con armas de hueso y cobré rodeando el carruaje.

Terminé en un maldito desierto (isekai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora