__Mi señor, las princesas esperan para la reunion de hoy.Había sido una mañana eterna para la reina Leah. Desde la llegada de las princesas la noche anterior, el rey había ordenado implementar más vigilancia. Los soldados se movilizaban dentro y fuera del palacio, por cada habitación y pacillo, por cada jardín y caballeriza, alrededor de los muros e incluso en las entradas y salidas de los pasadizos secretos.
Nada ni nadie podría entrar o salír sin que lo viesen.
Entendía que tener a un peloton de hombres humanos fuera del palacio y a demás dos princesas exigiendo reunirse con el dentro del castillo podían estar colmando su paciencia. Aro era como la mayoría de su pueblo, siempre recordando con odio lo que los humanos le arrebataron. Haber perdido a la anterior reina por culpa de su lealtad por esos seres fue un golpe muy duro para Bosnia, el reino entero la adoraba, la seguían ciegamente y jamás cuestionaban su autoridad, era una buena reina y una gran guerrera, hasta que la lealtad y el amor hacia los humanos la cego y rompio su espirítu.
Y ahora, después de tantos años sin relacionarse con nadie fuera del territorio elfico, el tener a esos humanos rondando el palacio debe de estar volviendo loco al rey, incluso si no lo demostrara, era obvio que así era por su repentina orden a sus soldados.
Leah no quería cuestionar las decisiones de su esposo, pero personalmente no creía que los humanos tuviesen oportunidad de hacer algo contra ellos. Cierto es que eran seres obstinados, y que siempre buscaban formas de salirse con la suya, pero un peloton de treinta hombres y tres princesas humanas no eran de que preocuparse. Una historia diferente sería si se tratasen de vampiros, ella no había tenido la oportunidad de conocer alguno, para cuando nacío estos ya llevaban decadas de haber cerrado sus fronteras, pero había crecido con las historias de los mas viejos.
Los vampiros eran silenciosos, rapidos y su fuerza era muy parecida a la de los elfos, a demás de poseer una gran ventaja, ver en la oscuridad. Había oído que capturarlos en el pasado fue una tarea demasiado complicada, encontrarlos era mas dificil que luchar contra ellos, pero la astucia del usurpador y la disciplina de la reina casí los llevo a la extinción.
Si, ella podría compartir la preocupación de su rey si tan solo estuvieran lidiando con esos seres y no con simples humanos.
__¿Mi señor?.
__Entra.
La puerta se abrio dando paso a la reina en aquella oficina. No se detuvo a observar el lugar, daba igual cuanto tiempo transcurriera, su esposo jamás movía algo de su lugar así que no encontraría cambios allí. La unica sorpresa que se llevo fue la abolladura en la madera de aquel antiguo escritorio. El rey estaba de pie aun lado de la puerta, con su mirada fija sobre ella, una mirada que reconocía perfectamente.
__Algo le a molestado mi señor.
__Ya lo sabes.
Por supuesto que lo sabía, pocas cosas podían escaparsele a la reina, tenía ojos y oídos en todos los rincones del castillo. Como madre habría sentido la desesperada necesidad de advertirle a sus hijos sobre molestar al rey, lo ultimo que deseaba era perder dos cachorros más, pero como reina su deber era permitir a los principes practicar temas politicos con su rey y solo adentrarse ella cuando las cosas lo ameritaban, como por ejemplo, ese preciso momento.
__Lo discutieron antes de la llegada de las princesas. Saben que estos no son sus metodos para gobernar, pero desde la llegada de la princesa Yeray y su... apego con la joven, lo que antes podíamos considerar como una pequeña grieta entre los reinos se debe estar convirtiendo en un gran avismo.
__Crees que estallaremos en guerra.
__Estoy segura mi señor, de que usted tambien lo cree__ Aun con la mirada enfrente pudo notar de reojo como su esposo respiraba profundo. Su rostro podría ser indiferente, pero su respiración era prueba de que estaba furioso, y pocas veces para no decir nunca, el se enojaba realmente__ ¿Cuál es la necesidad de conservar a la joven?.
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El lado oscuro del amor
FantasyDespués de mas de mil años desde que los reinos del mundo rompieran lazos y cerraran sus fronteras, la desaparición de una princesa podría iniciar una guerra que acabaría con la paz en el mundo. Moriarty desea emplear acuerdos diplomaticos que evite...