Capitulo 17

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El cielo estaba oscureciendo en un aviso de que pronto comenzaría una tormenta. Lo más sensato en ese momento sería buscar refugio antes de que las primeras gotas de lluvia comenzarán a caer, en lugar de eso ahí estaba el, caminando detrás de aquella mujer que lo volvía loco en todos los sentidos.

__Por los dioses, debemos buscar refugio, para de una vez __ Le regaño frustrado sin dejar de seguirla.

La pequeña mujer envuelta en el abrigo que el antes le había brindado se movía lento pero seguro por medio del bosque, con su cabello revoloteando ante cualquier brisa y sus ojos cansados buscando con desesperación algo que le indicará por donde ir.

__Puedes dejarme__ la escucho responder con voz ahogada, probablemente estaba tan cansada que solo respirar le doliese, y eso solo empeoró su humor__ O ayudarme a volver con mis hermanas.

__Maldición... Están muertas, ¿por que quieres volver?.

__Mientes.

__¿Como sabrías si miento? Estabas inconsciente, no espera me equivoque, estabas moribunda. Tus hermanas están muertas y al menos que quieras estarlo tu también lo mejor será buscar donde pasar la tormenta.

__No...

La observó detenerse tambaleante, si algo podía admirar de aquella mujer, es que su determinación sobrepasaba sus debilidades por mucho. Ella no había creído ni por un segundo lo que le había dicho de sus hermanas, y le tomó solo un momento rápido decidir que iría a buscarlas con o sin su ayuda.

Estaba completamente seguro de que si su pequeño cuerpo no estuviese enfermo, ella habría luchado junto a sus hermanas contra su gente la noche anterior. A pesar de verse tan delicada, su mirada era la de una mujer valiente y decidida, incluso cuando se comportaba como una niña perdida.

Tan frustrante como fascinante.

__Mira.. Incluso si siguieran con vida cosa que dudo mucho, ¿por que regresar?. Literalmente te sacaron moribunda de ese palacio, una tropa de soldados humanos intentó rescatarlas y todos murieron... Lo que quiero decir es que tus hermanas intentaban huir, no se de que o porqué pero si estoy seguro de que lo último que querrían es que vuelvas allí.

El cielo relámpagueo y su cuerpo se encogió contra el abrigo. Cuando creyó que emprenderia camino nuevamente esta se giro hacia el revelando lo que antes no imagino. Las lágrimas empañaban su rostro enrojecido e hinchado por el llanto silencioso, un llanto del que el no tenía la menor idea hasta ese momento.

Su pecho dolió y su garganta se seco.

Todo ese tiempo estuvo llorando en silencio, y sus hermosos ojos cristalizados por las lágrimas eran la prueba viviente de cuanto le afectaba la idea de sus hermanas muertas, pero incluso así estaba decidida a buscarlas.

Y probablemente fue demasiado insensible y despistado, porque no fue hasta que la observó toser y caer arrodillada qué recordó quien era la mujer, una pequeñita humana enferma que aun no se había alimentado correctamente.

No le tomo más que un par de pasos para llegar a su lado, y siendo un poco más brusco de lo que tenia planeado la levanto en brazos sin esperar su aprobación. Justo en ese momento deseaba poder entender que tenía esa mujer que lo volvía tan estúpido. Jamás había actuado por el bien de alguien más, nunca le preocupo como se sintieran los otros, pero ahí estaba el, actuando estúpidamente, preocupándose por la salud de una humana débil y extraña, una cosa pequeña repleta de problemas que de haber sido cualquier otra persona el habría ignorado sin remordimiento alguno.

Quizás era por esa belleza inhumana qué poseía, quizá eran ese par de ojos que parecían ver a través de él y directo a su alma, o simplemente porque era ella... Una completa extraña que lo trataba como un simple hombre, no un vampiro, no un príncipe, no un pecador o un asesino, simplemente un hombre.

El lado oscuro del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora