Mire el reloj de mi habitación eran las 7:30 am pero por alguna razón estaba en mi antigua habitación antes de que mis padres se separaran.
- Hijo, levántate - dijo mi madre entrando a mi cuarto. - ¿Cómo es posible que estuvieras despierto? Bueno no importa eso ahora, ve a arreglarte. ¡Están por llegar! - ella me abrazó.
- ¿Llegar? ¿Quiénes? - le pregunté algo curioso.
- Los invitados, tontito - dijo tocándome la punta de mi nariz delicadamente.
- ¿Qué día es?
- ¡Es tu cumpleaños! Ve a arreglarte, anda.
- Esta bien
- Asi se habla - y cerró mi habitación de un portazo.
Escuché los pasos de mi papá acercándose después del portazo, supuse que iba hacia mi madre, y de repente escuché un “¡Quién mierda te crees para cerrar así la maldita puerta!” Era mi padre gritando de nuevo. Y de la nada se escuchaban gritos de dolor y frustración de mi madre, como si la estuvieran azotando con un cinturón de cuero o un palo de escoba.
Habían pasado alrededor de dos horas desde ese incidente, hacíamos como si nada, ya que teníamos a nuestra familia y mis amigos allí.
Había llegado un hijo de una amiga de mi mamá, mientras estaba viendo que traían el pastel tenía una vela con el número «7». Sabía que pasaría este día, no lo quería reconocer, sabía que en unos momento se venía mi pesadilla de nuevo, solo que había un pequeño problema, no podía despertar.
Su cara se veía borrosa, me decía que fuera con él a la sala, no quería pero mi cuerpo se movía solo, estábamos solos en la casa, mi casa.
De repente sacó una bolsita de maní dulce, a mí me gustaban mucho esos pequeños dulces si así se les puede decir. Me miro y dijo.
- ¿Quieres uno?
- Si señor.
- Bien, tendrás que ganartelo.
- ¿Cómo?
- Te lo voy a pasar pero te lo tienes que comer.
- Sip, está bien.
De repente se acercó a mí, se agachó y me agarró de la cintura me dijo una cosa que se me quedaría grabada para siempre “eres muy hermoso”. Y en seguida me beso puso su lengua en mi boca y jugó con la mía, sentí que duró una eternidad. No podía respirar y él seguía besándome.
Me levanté sudoroso y llorando de la cama, Bill estaba despierto y me preguntó qué me pasaba. Le conté todo.
-Está bien, solo fue un mal sueño - y me abrazó.
- ¿Tu seguirías queriéndome si te dijera que sí me pasó?
Si, aún te seguiría queriendo.
Al final de la noche, dormimos tranquilos y él me abrazaba por detrás para sentirme menos incómodo y triste de alguna manera, el solo estaba tratando de reconfortarme de alguna forma.
¿Quién iba a pensar que él también había tenido una pesadilla esa misma noche? Y asi mismo la estaba viviendo.
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Holaaa, sé que me demore en subir este capítulo, pero no he tenido demasiado tiempo para escribir.
Espero q les gusta :)
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¿Puedo? // Toll Twc
RastgeleUn camarógrafo, que intenta sobrellevar la vida de una mejor manera, por más que lo intenta no lo logra, hasta que conoce a un lindo camarero e intentan salir de la situación.