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"Me estoy volviendo loco."
 
Murmuró Huid mientras tiraba de los cabellos de su cabeza.
 
Pasaron solo tres días desde que llegaron a este nuevo lugar y, aún así, incluso en este pequeño período de tiempo, el joven de la nobleza capitalina y ahora nuevo guardia del conde, pareció haber envejecido diez años rápidamente: Su cabello rubio brillante, que siempre estaba limpio, era un desastre, y su ropa pulcra fue sustituida con una extremadamente raída, llena de agujeros y que parecía ser dos tallas más grande de la que necesitaba. Además, todos podían ver que esos ojos que solían brillar de pasión, ahora estaban inyectados en sangre mientras volvía a repasar esos malditos, estúpidos y pobres documentos en mal estado que había encontrado en la biblioteca. Bueno, si es que a eso se le podía llamar "documento."
 
"¡Carajo!"

El territorio en el que estaban ahora era tan extenso y basto, que seguramente su gestión implicaría una documentación bastante detallada. Pero los malditos documentos que Peter, el último administrador de la finca, dejó como recuerdo de su cargo, eran sólo unos pocos trozos de papel amarillento, quemados de las orillas y con pocas letras que eran increíblemente difíciles de leer. Además, por mucho que se devanara los sesos y utilizara toda su imaginación y conocimiento, no podía descifrar nada. ¡Incluso un niño de cinco años que acababa de empezar a aprender el idioma imperial podía utilizarlo mejor que este sujeto!

Huid estaba furioso con Peter, que ya había fallecido, y pensó que definitivamente ese estúpido hombre tenía mucha suerte de que un oso lo hubiera matado en el bosque porque, si todavía estuviera con vida, no sólo habría sido reducido a pulpa por sus manos, sino que habría estado colgando de los pies, desnudo y encadenado hasta desangrarse.
 
Huid suspiró mientras miraba el pergamino. En él, se escribieron los detalles generales del territorio pero, en realidad aún eso era muy vago. Miró la fecha, notó que habían pasado más de diez años desde que se escribió y cálculo entonces un aproximado actual: Posiblemente había un total de 2.400 personas viviendo en el territorio y de todas maneras ¿Cómo iban a poder recaudar impuestos cuando más de la mitad eran niños y ancianos? Además, el territorio estaba en una zona forestal sin tierras de cultivo por lo que la mayoría de los habitantes se ganaban la vida con la caza y la recolección de grano. Y sus campos eran tan miserables, que además estaban al nivel de un pequeño huerto plantado en casa.

"..."

Lo que significaba que el Emperador los había mandado allí a morir. ¡Básicamente hubiesen tenido más posibilidad de sobrevivir estando en la guerra!

Huid leyó y releyó los documentos, las cartas y los números escritos en negrita, y finalmente solo cerró los ojos y se golpeó la frente contra el escritorio con todas sus fuerzas.

Y mientras el hombre pareció estar lo suficientemente desesperado como para cometer un crimen de odio, Louis, por otra parte, decidió ocupar su tiempo libre para dar un pequeño y bastante recreativo paseo cerca de la que ahora sería su casa. De hecho, tenía que admitir que se estaba sintiendo a gusto por primera vez en su vida porque, en primer lugar, no había nobles que se dedicaran a darle halagos o amenazas inútiles, no tenía ni la más mínima necesidad de preocuparse por cuestiones políticas que no se adaptaban a su personalidad y, más importante que eso, no debía estar nervioso o preocupado de servir al emperador todo el maldito tiempo. ¿Y cuánto le había dicho ese hombre que podía quedarse allí? Tal vez sería tan breve como un año o tan largo como cinco pero, ahora que tenían una guerra tocando a la puerta, la existencia de Louis no era tan importante y había pasado casi a segundo término. De hecho ¡Hasta penso que se había olvidado de él lo suficiente como para que esto fuera permanente!
A fin de cuentas, era soltero, tenía una vida cómoda y por si fuera poco, ahora que lo habían nombrado Conde de la corte, ciertamente no sentía la misma angustia que los caballeros tenían por la causa. Después de todo, era obvio que su meticulosa madre se preocuparía por él en cualquier momento y entonces, solo tendría que extender las manos y esperar a recibir sus regalos: Muebles, sirvientes y, con suerte, doncellas hermosas.

La boda de las hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora