"¿Le dijiste al héroe lo que te pedí?"
"Sí, mi príncipe. Se lo dije muy claramente".
Dijo Tweet, golpeándose el pecho con sus alas para demostrar que era tan confiable como un águila real.Y entonces, ante esas palabras, Abel exhaló un suspiro de alivio bastante impresionante, volvió a cerrar los ojos y pensó en su héroe. La verdad era que quería correr y decirle lo que estaba pasando con sus propias palabras pero, la cuestión era que, desde la reunión de las hadas el otro día, Abel no había logrado dar un solo paso fuera del castillo sin ser supervisado. Oberón, el rey de las hadas, le prohibió la salida a Abel para evitar que se encontrara con el humano de nuevo, (al menos hasta que terminara la prueba), y por consiguiente, aunque pensó que el guerrero pasaría lo que fuera con bastante facilidad, Abel estaba asustado y no tenía forma de ocultar sus sentimientos de preocupación al imaginar que no había manera de que se la pusieran tan fácil. Y si no aprobaba el examen y mostraba ser digno de él, entonces era un hecho innegable que se le prohibirá volver a verlo y por supuesto, iban a impedirle casarse
"¿Crees que el guerrero pueda pasar la prueba de forma segura?"
Abel pregunto esto con una voz increíblemente abatida así que Tweet, que miraba las antenas caídas del príncipe y sus ojos llenos de pequeñas lagrimitas, frotó su pico contra la cabeza dorada del joven y trató de darle ánimos:
"No te preocupes, príncipe. ¡Estoy seguro de que tendrá éxito!"
Por lo que Abel afirmó con la cabeza en respuesta al consuelo de Tweet.Se acostó en la cama, suspiró profundamente, y abrazó su enorme cojín hecho con la más fina tela de araña mientras pensaba en su amado guerrero: Cabello negro, ojos grises como el cielo nocturno, un gran cuerpo musculoso y una hermosa figura empuñando una espada. Unas manos tiernas y delicadas que le quitaron la telaraña con cuidado para evitar lastimarlo, y una piel que olía como a la canela.
"Ah, mi amado héroe..."
Abel abrazó cariñosamente el cojín como si fuera el hombre. Estaba ansioso por ver lo que pasaría con el examen, pero, tal como decía Tweet, definitivamente iba a aprobar porque se trababa de un guerrero entrenado para resolver cualquier tipo de crisis en su mundo. Y después de esto, seguramente entendería lo que había pasado e iría al castillo a rescatar a Abel sin importar enfrentarse con el mismísimo rey Oberón en persona. Luego lo tomaría entre sus brazos y le diría que "escaparan juntos" antes de darle un beso y por fin, podrían ser uno en matrimonio. Y por supuesto, pensar así le hizo sentir mareado. Tuvo palpitaciones, sudor, la cara se le había puesto completamente roja e incluso se sintió como si fuera el personaje principal de un libro de cuentos humano."Solo esperaré a que me salves, mi héroe..."
Murmuró Abel, con ojos soñadores, inmerso en el papel de un príncipe encarcelado en un castillo de hadas.Pero mientras él estaba allí, soñando despierto, emocionado y más enamorado que nunca antes en la vida, el castillo de las hadas estaba completamente "patas arriba". Aunque la reunión había terminado desde hace algún tiempo, los ancianos continuaban la discusión tan acaloradamente como la primera vez, con el tema de "que prueba le pondrían al humano para hacer que fallara."
Y ya que Oberón, el rey de las hadas, dijo que probaría que el humano era digno de su hijo, los ancianos, que no querían casar al príncipe con alguien así de desastroso, quisieron hacer un buen uso de la prueba con el fin de que fuera beneficioso para ellos.
"Deberíamos prestarle un par de monedas de oro. Si es una mala persona, no lo va a devolver o, pagaría muy poco o demasiado por ello."Los demás asintieron ante la opinión del anciano. Es decir ¡Era una idea maravillosa! Una persona codiciosa no devolvería la moneda de plata en absoluto y una persona que no sabía cómo cumplir una promesa, pagaría menos o más de lo esperado. Pero mientras todos parecían estar satisfechos con esto, dándose la mano o palmeando sus espaldas, otro anciano se levantó y abrió la boca:
"¿Qué pasa si el hombre se niega a pedir prestado de nuestro oro?"
"..."Los ancianos se quedaron en silencio ante esa pregunta.
"Tal vez pueda ocurrir.""Así es. ¿Y si es un hombre que no necesita dinero?"
"¿Qué hacemos entonces?"
Mientras los ancianos susurraban esto, el anciano que originalmente había expresado su opinión volvió a pedir la palabra:
"¿No sería mejor entonces prestarle lo que necesita en lugar de monedas?""¡Vaya! ¡Esa también es una muy buena idea!"
"Maravilla de idea."
Y Oberón, que estaba observando la reunión, finalmente se puso de pie y extendió los brazos:
"Entonces, la primera prueba será prestarle al humano lo que necesita y ver si lo devuelve de manera adecuada".
Pero un anciano preguntó:
"¿Pero quién se va a reunir con él?"Por lo que los mayores se turnaron para mirarse. Las hadas jóvenes habrían hecho un escándalo sobre qué hacer o qué decirle, pero los ancianos, que ya habían vivido durante mucho tiempo, tenían al menos un recuerdo doloroso que les hacía odiar a los humanos. Sin embargo, incluso así, no era posible enviar a un hada menor, con poca experiencia y debilidad, y esperar a que cometieran un error o los mataran por lo que, al parecer, no había otra opción más que lo obvio. Los viejos se miraron durante un largo rato y luego observaron también a Oberon. Y como nadie tomó la iniciativa, el rey en persona tuvo que hacerlo:
Oberon señaló al hada más joven entre los mayores:
"Piegrande estará a cargo de esta prueba".
Por lo que, cuando Oberon desapareció, los ancianos acudieron en masa a Piegrande, le dieron unas palmaditas en el hombro y le ofreció palabras de consuelo.Y Piegrande, un hada mayor con pies inusualmente enormes, los miró a todos con una expresión increíblemente triste y las antenitas para abajo. Esto, principalmente, porque tampoco tenía muy buenos recuerdos con los humanos en el pasado y le hubiera gustado estar lejos de él tanto tiempo como fue posible.
"Ah, ya qué..."
Pero dado que recibió órdenes de nada más y nada menos que el rey Oberón, fue inevitable y no tuvo más remedio que hacer lo mejor que podía para que el humano no pasara la prueba.
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La boda de las hadas
FanfictionEl joven conde, Louis Chandler, honesto, falto de flexibilidad y extremadamente aburrido emocionalmente, se ve atrapado en una lucha de poder entre su territorio, y el conflictivo país enemigo que se encuentra en el Sur. Al final, incluso el emperad...