I'M THE BEST || miguel diaz.

Capítulo 2

NO PUEDO MÁS. La pobre de mi hermana lleva días reventándose para cumplir los caprichos de Chase. ¿El último? Un helado que solo venden en su heladería favorita, que está frente al parque de skate.

Me sentaba tan mal verla tan saturada que me ofrecí a ir yo a por el helado. Sin embargo, aproveché y antes de irme, estando Erika en el baño, amenacé a mi sobrino.

Le dije que se relajara con los caprichos o yo le rompería el otro tobillo.

En fin, me dirigía hacia el establecimiento con mis auriculares puestos. A pesar de ser verano, no hacia un calor insoportable. Era un buen día.

Saqué el móvil para cambiar de canción, al guardarlo, me dio por observar el paisaje. Era temprano, pero aún así había muchos patinadores y skaters.

Dejé de analizar cuando mi mirada se detuvo en Robby. Al percatarse este de mi presencia, me sonrió y me saludó con la mano. Yo hice lo mismo, entonces él atravesó aquella especie de piscina vacía con el skate y en dos saltos ya estaba frente a mí.

— Hola, ¿como tú por aquí? — me preguntó bajándose del skate.

Robby y yo somos buenos amigos. Nos conocimos cuando Erika nos trajo aquí por insistencia del pesado de Chase. Robby notó desde lejos que él no sabía y se ofreció a enseñarle.

Y así, cada vez que veníamos, Robby y yo nos juntábamos y charlábamos mientras Chase intentaba aprender algún salto.

No nos unía nada más hasta que, hace dos años, la noche de su cumpleaños... puede ser que nos besáramos.

Ocurrió un par de veces más, pero nunca hemos hablado de ello. Preferimos olvidarlo e hicimos como si nada.

Por otro lado, a pesar de que ya no nos vemos muy seguido, pues mi sobrino viene solo o con sus amigos, seguimos en contacto por mensaje.

— El idiota de Chase se ha hecho un esguince en el tobillo y he venido a comprarle un helado — rodé los ojos y señalé la heladería.

— ¿Chase? ¿Ha sido con el skate? — asentí — ¿Y ha sido grave?

— Tercer grado.

El ojiverde hizo una mueca.

— Pero si patina genial, ¿cómo puede haberse hecho tanto daño? — preguntó extrañado.

Suspiré — Puede que el cerebro no le funcione igual de bien que las piernas. ¿Vienes? — volví a señalar a la heladería.

Él levantó su skate como respuesta y los dos nos pusimos en marcha.

» En fin, cambiemos de tema. Estoy hasta las narices de Chase. ¿Cómo estás tú?

Robby Keene ha tenido una vida bastante difícil. Desde el abandono de su padre cuando era pequeño, hasta el alcoholismo y falta de atención de su madre.

Tengo cierto resentimiento hacia ella, pues soy consciente de que han sido miles las veces que ha dejado a Robby solo por irse con sus "ligues" 

Siempre le he invitado a quedarse en mi casa cuando su madre se iba, sin embargo, su orgullo ha sido más grande y solo fueron un par de veces las que accedió.

No obstante, esta vez la cosa ha sido más gorda. Shanon, su madre, lleva un mes fuera de la ciudad. En cuanto me enteré de que se había quedado solo, al punto de que ya no tenía luz en su casa, enseguida le pedí que se quedara en mi casa.