「 02 」

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Becky secó el sudor de su frente, estaba terminando de arreglar la batería del BMW cuando se percató de que el motor tampoco funcionaba correctamente. Suspiró con fuerza; malditos niños ricos que no cuidaban nada de lo que tenían.

—Aquiles, pásame aquella llave.

Habló a su perro, quien de forma obediente corrió hasta la mesa ratona y de allí tomó lo que ella le estaba pidiendo.

—Gracias —dijo cuando recibió el objeto.

Si lo entendía o no, sentía que debía decírselo.

Su Aquiles era un pitbull, al que había educado desde pequeño y le hablaba como si fuese su hijo. Incluso comía en la mesa con ella. Aquello último debido a que vivía sola y al tener un extenso comedor para sí misma, sentaba a su mascota con ella a la hora del almuerzo y la cena.

—Mierda... El motor también está roto —suspiró—. Voy a tener que mandarle un mensaje a la chica.

Volviendo al asunto de su cliente tomó su celular a pesar de tener las manos llenas de aceite y buscó su contacto.

Si debía ser honesta, en realidad no tenía pinta de ser una de esas ricas imbéciles, pero eso no quitaba el hecho de que podría estar arreglando el auto de sus padres.

—Hola... —dijo cuando atendieron.

—Hola —respondió Freen—. ¿Qué sucede?

—Hay que hacer algunas reparaciones al motor, por lo que el resultado final será más costoso —dijo—. A no ser que quieras repararlo en otro lado... —explicó.

—Entiendo, no hay problema —dijo de forma alegre—. Tú haz lo que sea y creas necesario, no te preocupes por el precio.

—El problema con eso es que no sé si pueda tenerlo para el viernes en la mañana —su voz era tosca pero a su vez, linda.

—¡No te preocupes por eso! Yo lo necesito para la noche, a eso de las diez u once tengo que viajar —explicó.

—Bien, también necesito que vengas en la tarde... —hizo una pausa—. Es con respecto a los neumáticos.

—Mmm... Bien —respondió—. Estaré allí en... ¿Veinte minutos? —levantó una ceja—. Sí, en veinte.

—Bien —respondió antes de cortar rápidamente.

Becky siguió con su trabajo mientras que Sarocha a unas cuantas cuadras de distancia se sonrojó. La voz de la mecánica era profunda y la hizo estremecerse. Luego comenzó a reírse como idiota de sus propios pensamientos.

—Creó que no haber dormido por casi cuatro días me está afectando —rio, parándose de aquel escritorio mientras iba directo al baño.

Iba a darse una ducha para quitarse toda la mugre que le implicaba estar sentanda en su escritorio por tres noches y cuatro días haciendo dibujos. Tenía un gran proyecto y aunque faltaba para entregar su parte, estaba tan emocionada que solamente se dedicaba a trabajar en él.

Salió del baño cinco minutos después y se vistió rápidamente, unos jeans negros al igual que sus tenis, una remera blanca, un suéter blanco, su saco color azul pastel y su beanie blanco.

Blue Hill era bastante frío durante invierno y ella era una persona que solía enfermarse bastante rápido, por lo que debía abrigarse.

Caminando no le llevó tiempo llegar a su destino, por lo que diez minutos después ha estaba frente al taller de Rebecca Armstrong.

—Está abierto —se oyó cuando tocó el timbre.

Pasó, aun así pidiendo permiso y fue hasta donde estaba Becky, encontrándola bajo un auto con un enorme perro a lado, que se acercó de forma rápida a su pequeño cuerpo y la hizo quedarse dura mientras la olfateaba.

Becky's garage ┊ BeckFreen G!P┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora