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「 Especial: El cumpleaños de Freen」

—¿Mi bebé sabe qué día es hoy? —la menor abrazó a Freen Sarocha por la cintura mientras se acurrucaba más contra ella.

—Sábado... —respondió adormilada.

—¿Y qué más? —besó sus omóplatos.

—No lo sé, Bec... —hizo un puchero, aún con los ojos cerrados—. Recién me despierto...

—Es tu cumpleaños... —acarició su cabello—. Estás un año más viejita —la molestó mientras volvía a besar su cuello—. Igual te ves más joven que yo.

—Chistosita... —sonrió mientras movía su brazo hacia atrás para acariciar su espalda desnuda.

No, no habían hecho nada la noche anterior pero... ¿Había algo mejor que dormir desnuda? Claro que no.

—Feliz cumpleaños, mi media esposa —la giró para así poder llenar su rostro de besitos—. Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amooo~

—Gracias mi esposa y medio —se volvió a acurrucar en su pecho.

—Anoche mientras dormías preparé las valijas —sonrió—. Así que vamos, ve a cepillarte los dientes porque nos vamos de viaje. El vuelo sale a las ocho.

—¿Me estás hablando en serio o qué?

—Claro que sí, vamos —se paró de la cama, ayudándola a levantarse y corriendo por las mudas de ropa que había preparado.

De manera gentil se encargó de vestir a su esposa, quien se dejó hacer completamente por sus manos mientras sonreía aún con los ojos cerrados cuando ella le robaba besos.

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Becky la obligó prácticamente a no ver ni oír nada desde el aeropuerto de salida hasta el aeropuerto de llegada. De cierta forma fue fácil, puesto que Freen aún tenía sueño y quería seguir durmiendo, así que permaneció en el mundo de los sueños hasta que aterrizaron.

—¿Dónde estamos? —preguntó cuando ya iban en el taxi.

—Ya verás cuando lleguemos a nuestro alojamiento.

La pelinegra soltó una risita mientras se acurrucaba en el hombro de su chica, deleitándose con su perfume que tanto adoraba.

Podría embriagarse con ella.

—¿Por qué me llevas como saco de papas por las escaleras? —preguntó la pelinegra, aunque igual le gustaba cuando su mujer la cargara.

Anteriormente, Becky la había dejado sentada en una banca mientras llevaba la maleta; sí que se estaba tomando lo del regalo muy en serio.

—Porque vienes con los ojos vendados, no quiero que te golpees —explicó—. Eso sí, espero que tengas hambre porque aquí ya es hora de almorzar — acarició su espalda.

—Sí —rio, sus tripas sonando hambrientas.

—Entonces... —la bajó lentamente y se posó detrás de ella, tomando sus manos—. ¿Lista para ver?

—Nací lista, Becbec —respondió.

La venda en sus ojos fue retirada y no pudo evitar entrecerrar los ojos cuando la luz le dio de golpe, sin embargo, aquello no fue problema para que pudiese apreciar lo que frente a ellas había.

—Bienvenida a nuestra casa de playa —le sonrió—. Feliz cumpleaños, Freen —la abrazó por detrás, apoyando su barbilla en la cabeza de su esposa.

Freen Sarocha estaba asombrada y tan feliz que podría llorar; adoraba con todo lo que era a Becky.

—M-Me encanta... —su labio inferior comenzó a temblar antes de que se diese vuelta y se refugiase en el cuello de su esposa—. T-Te amo m-mucho~