LA BODA

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Bueno, no todo fue tan tranquilo como había dicho en un principio. Realmente todo fue un caos, sobre todo cuando Andrea volvió para alistarse junto a nosotras.

- ¡Ya deberías estar en la ducha porque la maquillista no tarda en llegar! - me grita.

- ¡Ya voy, ya voy! - lo siguiente que sé es que Vanessa casi entra a la ducha conmigo para apurarme, Lilian me galoneo con la toalla hasta sentarme en la silla de la recámara.

Después una mujer muy arreglada llegó con una enorme caja de maquillaje y se acomodó frente a mí para hacer mi maquillaje y peinado. Dos horas...

- ¿Lista? - pregunta Andrea.

- Si - digo ansiosa - ¡Ya quiero verme!

- Bien, pero ten cuidado con el vestido. No queremos que se llene de maquillaje antes de tu momento - asiento con mucha emoción, mientras me giro hacia el espejo.

¡Santa madre! ¡Mis ojos lucen geniales con la sombra cafés! Veo a Lilia, Andrea y Vanessa aplaudir en el reflejo del espejo.

- Estás lista, casi es hora de ir a la Bonita.

- Ahora, es una gran tradición para las novias tener cuatro objetos: ya tienes algo nuevo, que es el vestido - señala Andrea - Te daré algo prestado.

Ella toma un pequeño prendedor de su vestido y lo coloca en el mío, por dentro de la tela del escote.

- Este prendedor es de mi abuela, ella se lo dio a mi mamá y ella a mí. Yo te lo presto hoy.

- Gracias - nos abrazamos.

- Y yo te daré algo azul - sonríe Lilian.

Ella saca un listón azul cielo y lo pone en mis manos, cuando la miro confundida, es que ella habla.

- Lo voy a poner en tu ramo de rosas blancas, para que lo lleves contigo.

- Gracias Lilian.

- Y yo seré ese "Algo viejo" - las tres nos giramos hacia mi papá, que está parado en la puerta entreabierta.

- ¡Papá!

- Te ves hermosa, Monse.

- Papá, no me hagas llorar - intento echarme aire con mi mano.

- ¿Listo para dejarla ir, Fernando? - pregunta Vanessa.

- Nunca - sonríe triste - Pero es lo que la hará feliz.

Me acerco a él a abrazarlo con cuidado, ya lleva un elegante traje azul y luce bastante nervioso.

- Bien, basta, no más lloradera hasta después de la boda - Andrea se limpia una lágrima.

- Estoy lista - sonrío feliz.

Bajamos todos a la sala en espera de nuestro turno para marchar hacia el altar, pero los minutos se me hacen eternos.

- ¿Deberíamos echar un vistazo para ver cómo va todo? - pregunto.

- No hija. Debes esperar.

- Bien - un minuto después, música suave comienza a sonar.

- ¿Ya, papá?

- Aún no, Monse.

- ¿Entonces cuando?

- Cuando suene la canción de la novia... ¿Cómo se llama?

- Marcha nupcial - dice Andrea con la ceja arqueada.

- ¡Sí, esa!

- Pero...pero... - balbuceo.

- Hija, ¡Tranquila! Cesar está ahí, no desesperes - estamos ya acomodados junto a la puerta esperando para salir.

Mi historia de amor/T/n Montemayor♥️✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora