5. Un Alambre.

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Una mañana como cualquiera. Los estudiantes de la UA estaban más que aburridos, después de todo era sábado y no tenían absolutamente nada que hacer.

En la sala común se encontraban los más vagos de ese momento y unas cuantos invitados.

— Que bochorno — Sero estaba intentando soportar la ola de calor a horas tempranas de la mañana.

— ¿Bochorno?¿What is that?.

Quiere decir calor Mina — Ojiro había escuchado esa palabra anteriormente, por ende conocía el significado.

— Maldita sea, ¡quitense estorbos!

Katsuki intentaba atravesar la sala para llegar a la cocina. Había un montón de cuerpos innertes en el suelo tratando de sobrevivir a tal calor.

— Chicos!

— MIDORIYAAAAA — Los muertos vivientes se levantaron para recibir al pecoso. Aunque no iba a su clase, lo querían mucho como uno de sus compañeros. Eran amigos. Bakugo de curioso se acercó a recibirlo por los lados.

— Necesito voluntarios para probar un invento, ¿quien se anima?

Rápidamente, algunos dieron un paso atrás, como una forma de negación ante tal propuesta. Querían vivir.

Los que no dieron el paso, se miraron entre ellos.

— Bueno igual no teniamos nada que hacer — Kirishima negaba con sus hombros.

— Confiamos en ti Izuku-kun.

— Por un demonio lo que faltaba.

— Ya no puede retractarse Kacchan — Izuku se acercó al mencionado y lo arrastro con el — Vamos chicos!

[...]

— ¿Que es eso Midoriya?

Kirishima y los demás miraban asustados una gran maquina. Kaminari quien estaba revisando la maquina coloco la tapa en su lugar y se acercó a sus invitados.

— ¡Admiren al Animalinadorrrr!

— ¿Animaqueputas? — Katsuki ya estaba cansado de sus estupideces, además de ir obligado.

El rubio con un mechón negro rodó sus ojos y se dispuso a empujar al cenizo hacia la maquina.

— Ok Bakugo-chan quédate ahí — Cerro la puerta de la cabina.

Cuando los demás entraron por completo en el taller de Denki, Izuku cerró las puertas para que sus conejillos de India no se escaparan. Porque si, la maquina daba mucho miedo así que no quería desperdiciar la oportunidad de haber convencido a sus amigos.

Por su lado Bakugo se encontraba tranquilo, ya suficiente berrinche había hecho y ya estaba ahí, no podía hacer más. Después de todo, ser arrastrado por el peliverde no estuvo para nada mal.

— Chicos — Denki atendía a sus invitados mostrandoles el artefacto — Está máquina dispara un rayo láser que los convertirá en animales.

— ¿¡QUE!? Saquenme de aquí — Intento romper la cabina con sus explosiones, no pudo — Maldita rata eléctrica sácame de aquí!

Izuku se acercaba a la cabina — Kacchan! Que bien que vas de primero — Le dedico una sonrisa — Eres muy valiente — Y se alejo.

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