Capítulo 11

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Él sentía la respiración de ella en su pecho que estaba levemente descubierto, la suavidad de su piel, el perfume de su cabello y sintió que toda la espera había valido la pena para estar así con ella de esta manera tan íntima, acariciando no solo su piel sino también su alma.

Elvira se había quedado dormida en sus brazos mientras él la contemplaba; miró el reloj, ya era tarde, quería quedarse con ella toda la noche, pero no quería que ella pensara que él se estaba aprovechando de la situación; se empezó a mover con cuidado para no despertarla, pero falló en el intento porque se despertó.

Elvira: Fobo

Fobo: Perdón no quería despertarte.

Elvira: No te preocupes.

Fobo: ¿Estás más tranquila?

Elvira: Si

Fobo: Bueno, te dejo para que descanses, si necesitas algo me llamas.

Elvira no quería que se vaya, ella quería que se quedara, pero le daba pena y vergüenza decírselo, no pudo evitar recordar la vez que él bromeo con quedarse a dormir y ella se negó rotundamente, ahora era distinto, deseaba que se quedara a su lado toda la noche, deseaba dormir rodeada de esos brazos fuertes, cálidos.

Fobo notó que ella no quería que se vaya y eso le causó mucha alegría, pero sabia que ella no se lo iba a decir así que se arriesgó y le dijo.

Fobo: Si me permites, puedo acompañarte esta noche, y cuidar tu sueño – ella lo vio conmovida, definitivamente ese la conocía mejor que nadie.

Elvira: Si, quédate esta noche conmigo – él le dio un beso en la frente.

Fobo: Te amo, voy a darme una ducha, me cambio y vuelvo.

Elvira: Okay.

Fobo se fue a bañar, Elvira también ambos en sus respectivos baños, parecían dos adolescentes enamorados experimentando cosas por primera vez.

Él entró a la recamara y ella lo estaba esperando ansiosa y nerviosa.

Fobo: ¿Cuál va a ser mi lado de la cama?

Elvira: Izquierdo.

Fobo: Perfecto.

Él la tomo de la mano y le dijo "vamos" ella estaba nerviosa, a pesar de que había dormido en sus brazos por un momento, ahora iba a dormir toda la noche con él, hace años que no compartía su cama con nadie y ahora este hombre había llegado a derribar todas sus murallas; se dejó guiar de él, era un compás perfecto donde él latido de sus corazones se sincronizaron, ella recostada en su pecho y él acariciándole el cabello y su brazo.

Fobo: Gracias – ella no entendió porque le agradeció

Elvira: ¿Por qué?

Fobo: Por permitirme compartir este momento contigo, por dejarme tenerte entre mis brazos, te amo.

Elvira: Yo también te amo.

Él le levantó la cabeza ligeramente y la besó para quedarse dormidos.

En la madrugada Fobo se levantó porque ella se estaba moviendo y sollozando, eso le preocupó al ver que intentó calmarla, pero no funcionaba. Ella empezó a quejarse desesperada "no, no, no por favor" "no me haga daño" "no me toque" "me lastima". Fobo preocupado intentó despertarla, pero ella no reaccionaba, a él le dolió verla y escucharla así, maldijo el momento en que la dejó sola cuando ella empezó a llorar y despertó asustada.

Fobo: Elvira, mi amor, tranquila, aquí estoy.

Elvira: Fobo.

Fobo: Fue una pesadilla, ya pasó.

Ella trató de calmarse pero no pudo y él la consoló, pasaron un buen rato sin decir nada hasta que ella se calmó y dijo.

Elvira: No puedo quitarme la imagen de ese hombre en mi cabeza.

Fobo: Puedes confiar en mí y contarme lo que pasó, por favor, necesito escucharlo todo.

Elvira: Ese hombre me dijo que me conocía, que él debió haber ocupado tú lugar, que él día que tuve el incidente donde nos conocimos, era él quien debía haberme salvado según el plan, pero tú te le atravesaste en el camino y lo arruinó todo.

Fobo: ¡Qué!

Elvira: Me dijo que desde hace mucho tiempo me estuvo investigando, siguiendo, que tenía una cuenta pendiente con mi papá y que yo la iba a pagar, que iba hacer conmigo lo que quería hacer desde hace mucho tiempo.

Fobo: ¿Qué cosa?

Elvira: ... forzarme.

Fobo: Dime por favor que no

Elvira: No, no lo hizo porque tu llegaste... Me dijo que mi hija me odia de maneras que no imaginaba y que ella me había causado el primer dolor más grande de mi vida y que él me iba a causar el segundo.

Fobo: Perdóname por haberte dejado sola.

Elvira: Fobo no tengo nada que perdonarte, si no hubiese sido por ti, en estos momentos estaría viviendo el peor horror de mi vida en manos de ese psicópata.

Fobo: No debí haberte dejado sola.

Elvira: Gracias por salvarme y protegerme sin saberlo de todos los que me quieren hacer daño incluyendo a mi hija. 

Señora hermosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora