Capítulo 3

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Fobo: Perdóneme por haberla dejado sola.

Elvira: Gracias a Dios estas aquí.

El la abrazó fuerte, le partía el corazón verla así, no soportaba verla llorar y se reprochaba por haberla dejado sola.

Fobo: Mi señora hermosa, perdóneme por no haber estado aquí para evitarle estas lagrimas – le tomó el rostro y comenzó a secarle las lágrimas mientras que ella solo suspiraba – Perdóneme por favor.

Él quería escuchar una respuesta de ella, quería que le diga que estaba bien, que le explique que había pasado, pero solo suspiraba. Por un momento se perdió en esos ojos que tanto amaba y ella se recostó en su pecho, él le dio un beso en la cabeza y la cargo

Mientras caminaba, Fobo se sentía dividido, por un lado, sentía dicha por tenerla en sus brazos, sentirla tan cerca, tan suya, el aroma de su cabello, su perfume, su tacto y tenerla cargada entre sus brazos era algo que había soñado muchas veces.

Pero por otro lado se sentía culpable, el saber que su dicha era resultado de las lágrimas de ella lo hacía sentir como el peor de los miserables, acompañado de la incertidumbre de no saber qué fue lo que pasó.

Mientras bajaban por el ascensor él le preguntó - No desea ir a la mansión – y ella negó con su cabeza – él la conocía tan bien que sabía que en estos momentos lo que menos deseaba era que sus nietos la vieran así.

Ya en el carro él sabía perfectamente donde iban a ir, el trayecto del camino fue un profundo silencio, ella tenía la mirada perdida y el ya no pudo más y se parqueó.

Fobo: Por favor, se lo suplico, dígame algo, necesito escucharla – él no se había percatado de que los brazos de ella estaban marcados y en su cuello tenía un rasguño. Su rostro palideció y le aterraba tan solo pensar que pudieron haberla lastimado de maneras que no merecía.

Él se bajó del carro con mucha angustia e impotencia y maldecía el momento en que se le ocurrió dejarla sola, se acercó hacia ella, abrió la puerta de ella y se percató que cuando ella se giró la apertura de la falda dejó ver su pierna la cual estaba levemente enrojecida. (en este episodio Elvira cargaba la falda larga con abertura que traía cuando Fobo le dijo que la amaba y ella le dio una cachetada).

Fobo: ¡Que le hicieron!

Ella lo miro con tristeza y decepción y le dijo.

Elvira: Fue Ginebra.

Señora hermosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora