Capítulo 14

104 13 5
                                    

Fobo: ¿Vamos a la casa?

Elvira: No... vamos a mi departamento.

Él se mordió el labio y una sonrisa se dibujó en su rostro, ambos sabían a lo que iban y ese incidente no iba a impedir que esta noche ambos sacien sus ganas de amarse, conocerse y entregarse en cuerpo y alma.

En el trayecto del camino las miradas y sonrisas cómplices no hicieron falta, ella estaba un poco nerviosa ya que hace mucho tiempo no había tenido intimidad y ahora sentía muchas emociones juntas. Sin darse cuenta ya habían llegado al departamento, él como todo un caballero le abrió la puerta del carro y al tomarle la mano se dió cuenta que estaba helada, la acercó y la besó despacio a lo cual ella correspondió y sin previo aviso el la cargó.
- Fobo - dijo sorprendida mientras él la llevaba a la recámara.
- Te amo Elvira, eres lo que tanto yo esperaba, lo que tanto pedí y llegaste justo en el momento en que había perdido la esperanza.
- Fobo, yo...
- Elvira, sé que tenías duda sobre mi amor por ti, pero desde el primer instante en que te vi, supe que eras la mujer que tanto había esperado.
Fobo la llevó a la recámara, él le había preparado una sorpresa, la habitación estaba decorada de rosas rojas y velas aromáticas, ella se quedó sorprendida.
En ese momento sonó el celular de Fobo y al revisarlo era un mensaje de Ginebra donde lo amenazaba con matarlo sino se alejaba de Elvira.
- Fobo, ¿en qué momento preparaste todo esto?. Preguntó ella ignorando lo que pasaba.
- En las noches, cuando estabas dormida me encargué de organizar todo y hoy aproveche la tarde para arreglar los últimos detalles.
- Eres tan caballeroso, tan bueno, tan amable, tan detallista y yo, yo no siento que merezco nada de esto.
- Claro que mereces esto y más mi amor
- Es que yo he sido muy dura, autoritaria e hiriente contigo. Te lastimé varias veces cuando lo único que hacías era protegerme y amarme. Mereces a alguien mejor que yo.
- Elvira - Orta vez sonó el celular y ella se dió cuenta.
- Qué pasa? - él sonrió nervioso y ella dijo - por qué no contestas.
- Alo
- Fobo, recibiste mi mensaje, quiero que mañana le presentes tu renuncia a mi querida mamita.
- No lo voy hacer.
- Elvira está contigo, salúdala de mi parte, dile que muy pronto nos veremos.
Elvira se puso tensa al ver la expresión de preocupación de Fobo y sobre todo se sorprendió cuando este cortó la llamada.
- Qué pasa? - él no respondió - Por Dios Fobo dime algo
- Era Ginebra
- Que quería?
- Lo mismo de siempre.
- Fobo no me ocultes nada.
- Quiere que me aleje de ti
- Te amenazó?
- Eh
- Fobo por favor, dime, te amenazó?
- Si, pero yo no voy a caer en su juego, mi amor yo te amo y no me voy alejar de ti.
- Fobo por Dios, no quiero que nada malo te pase por mi culpa.
- No me va a pasar nada
- Mereces a alguien que no tenga tantos problemas, tantas dificultades. Mereces a alguien de tu misma de edad.
- Elvira, porque te cuesta tanto entender que te amo, no me importa los problemas, las dificultades, la edad, por favor ya lo habíamos hablado.
- Es qué yo no soportaría que algo malo te pase por mi culpa, no quiero verte de nuevo en el hospital. No quiero sentir que pierdo.
- Nada malo me va a pasar. Podemos olvidar este mal momento y retomar lo nuestro.
Al terminar la frase la besó pero ella se apartó, estaba estaba echa un mar de nervios, muchas imágenes cruzaron por su cabeza incluyendo la del atentado.
- Fobo
- ¿Qué sucede?
- Yo
- Tú
- Yo no
- Mi amor, dime lo que sea.
- Es que... no puedo hacerlo.
- Mi amor tranquila
-No
- No podemos permitir que Ginebra nos robe nuestra tranquilidad
- Lo sé
- Entonces
- Es Que no es solo eso
- Dime, lo que sea, prometimos ser honestos y no guardarnos nada. Confía en mi.
- Es que, yo no hecho esto desde hace mucho tiempo, bueno desde que falleció el papá de Berenice yo nunca retomé mi vida íntima y... y la verdad es que tengo muchas dudas e inseguridades, yo creo que mejor dejamos esto aquí.
- Mi amor.
- Discúlpame, pensé que podía hacerlo pero no puedo - terminó la frase y se dirigió a la puerta para irse prácticamente corriendo pero él la detuvo.
- Amor, espera...
- No puedo hacerlo, y si cuando me veas no te gusto, yo ya no soy la mujer que fui y tú eres un hombre joven, atractivo.
- Mi amor eres hermosa.
- No.
- Claro que eres hermosa.
- Ni siquiera puedo verme al espejo. Fobo son años, décadas que yo no, no puedo.
- Mírame mi amor - ella lo miró y el la tomó de la barbilla - llevo grabada en mi memoria tu imagen en la bañera - ella se había olvidado de ese momento pero él no. Ella sintió su cara arder de vergüenza al recordar ese detalle.
- Y no hay un solo instante en que no sueñe con amarte completamente.
- Fobo, tú eres un hombre joven, yo no creo poder darte lo que quieres, yo no me siento segura como mujer y no quiero decepcionarte
- Mi amor, te amo, te deseo, y no hay forma en que yo pueda decepcionarme de ti, porque eres perfecta para mi, eres todo lo que buscaba y más.
- Perdóname - sus ojos comenzaron a enrojecerse y una lágrima amenazaba con salir.
- No, no mi amor, no llores.
- Es que me siento ridícula, me siento tan insegura.
- Tranquila, no quiero que te sientas presionada, no tiene que pasar nada si tú no quieres.
- Yo quiero entregarme a ti, pero aún no me siento lista.
- Está bien, yo puedo esperar el tiempo que tú necesites
- Perdóname por arruinar este momento.
- Dejemos atrás todo lo que nos impide vivir nuestro amor, te amo Elvira y quiero amarte por el resto de mi vida.
- Fobo yo...
- Que dices... Aceptas amar a este loco enamorado que te amó desde el primer instante en que te vió.
- Lo que más quiero es amarte y compartir el resto de mi vida a tu lado.
- Entonces, déjame demostrarte mi amor y déjame despejar todas tus dudas, tus miedos, tus inseguridades, déjame amarte y hacerte sentir plena.
- Me vas a tener paciencia?
- Toda la que tú necesites.
Ambos sonrieron ante la promesa que se hicieron para sellarla con un beso emotivo.
- Ven, brindemos por nosotros.

Señora hermosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora