Capítulo 15

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- Me vas a tener paciencia?
- Toda la que tú necesites.
Ambos sonrieron ante la promesa que se hicieron para sellarla con un beso emotivo.
- Ven, brindemos por nosotros.

Desde esa noche Elvira sin notarlo comenzó a poner barreras entre los dos y el acercamiento que habían tenido poco a poco desaparecía, Fobo quería abordar el tema pero siempre había algo o alguien que los interrumpía.
Hasta cierto punto él se reprochaba y se culpaba, porque apresuró las cosas. No quería perderla pero sentía que ella se estaba alejando.
- Elvira
- Si
- Puedo
- Si, por supuesto.
Él pasó y se sentó al lado de ella, pero ella ya no se recostó en él como solía hacerlo, Fobo dijo - La noche es larga - Ella lo quedó viendo sin pronunciar palabra y él dijo - puedo pedirte algo - ella abrió los ojos y le sonrió nerviosa - tranquila no es un propuesta indecente - él bromeó para romper la tensión y ella le dio un pequeño golpe en el brazo y sonrió.
- Tú no me pedirías algo indecente.
- Depende
- Fobo... - se quedó viéndolo y le dijo - Dime - él se le acercó y le tomó la mano.
- Quiero que vuelvas a confiar en mi
- Yo confío en ti
- Mi amor, no quiero que te alejes y menos que pongas barreras entre nosotros - ella no dijo nada.
- Mi señora hermosa, antes se recostaba en mi, y desde esa noche, no lo ha hecho. - ella le retiro la mano despacio y se paró.
Él al ver su reacción se preocupó más, no quería perderla - Perdóname por haberte echo sentir incomoda, por apresurar las cosas.
Ella no decía nada.
- Mi amor, podemos hablar del tema.
- Fobo
- Por favor.
- Está bien.
- Te escucho
- Fobo, en estos días he estado pensando sobre nosotros, y no puedo evitar sentirme mal por haber arruinado la sorpresa, por no corresponderte como tú lo esperas, por estar llena de tantas dudas, miedos, culpas... Yo quiero corresponderte plenamente, lo intento pero no puedo.
- Perdóname, no era mi intención hacerte sentir así.
- Es que no es tu culpa, la del problema soy yo
- No mi amor, no digas eso.
- Fobo, tú eres un hombre joven, tienes necesidades y yo no puedo.
- No sigas por favor. - le tomó las manos y le dijo - Elvira, te amo, y voy a esperarte, no quiero que este tema se convierta en una barrera que nos termine alejando; quiero que confíes en mi, que sepas que te respeto y jamás te presionaría en nada y menos para tener intimidad, quiero que te sientas segura conmigo en todo aspecto.
- Sabes, una de las cosas que me enamoró de ti, es que eres un caballero; siempre has sido respetuoso, atento, amable, leal, romántico. 
El le sonrió y le acarició el cabello - Te amo, no me alejes de ti mi amor, no pongas barreras entre nosotros - ella le sonrió y él le dijo
- Extraño sentirte recostada en mi pecho, acariciar tu cabello mientras duermes, tocar tu piel, acariciarte, quedarnos conversando hasta tarde abrazados, extraño tus besos, pero sobre todo extraño esa complicidad que teníamos.
- Yo también te extraño.
- Entonces no me alejes de ti.
Fobo la tomó de la cintura, le acarició la mejilla y la besó, ella le correspondió plenamente
- Puedo quedarme esta noche.
- Si.
Fobo se acostó y ella se recostó en él, hasta que ambos se quedaron dormidos.
Al día siguiente ya habían desayunado y estaban rumbo a la oficina, transcurrió el día con normalidad, la policía custodiaba la mansión todo parecía estar entrando en normalidad pero la amenaza seguía y Fobo no se sentía tranquilo; por ello decide en la noche plantearle a Elvira la idea que tenía de enseñarle algunas cosas básicas.
- Mi amor, quiero enseñarte algunas cosas de defensa personal
- está bien, ¿cuando quieres comenzar?
- ahora
- ¡ahora!
- si - dijo y la giró sin previo aviso, ella se sorprendió mientras él la agarró de la cintura y los brazos inmovilizándola.
- Fobo - dijo ella sin saber que hacer y el le dijo
- En este momento no soy Fobo, soy un delincuente  que quiere robarte. ¿Que harías?
- No lo sé, negociar, darle lo que tengo.
- No tratarías de soltarte.
- Mmm pues estoy con una gran desventaja, además quiere robar mis cosas entonces mejor se las doy.
- Okay, cambiemos el panorama y si ya no te quiero robar ahora te quiero secuestrar.
- ¡Qué! ¿Porqué lo harías?
- Elvira acuérdate que no soy yo.
- Pues no sé haría sin ti, tú siempre estás para cuidarme.
- Lo sé mi amor, pero hoy ....
Fobo le comenzó a enseñar algunas técnicas las cuales estaban muy intensas, porque había mucho contacto físico.
- Fobo, me gusta este entrenamiento contigo, pero no me gustaría estar así con alguien más.
- Elvira.
- No, te lo estoy diciendo en serio.
- Mi amor es un entrenamiento.
Pasaron los días y Elvira iba progresando en sus entrenamientos con Fobo.
Esta noche Elvira se había tardado y Fobo estaba entrenando hasta que ella llegara, él se encontraba haciendo flexiones de pecho, sin camisa, sudado, ella entró y se quedó anonadada viéndolo así, tan varonil y él apenas se percató de la presencia de ella se levantó y la vio.
- Lista
- eh si.
- Ven.
Fobo la tomó de la mano.
- Hoy vamos a tomarte la lección.
- Tendrás compasión de mi.
- Siempre.
Fobo la tomó de la cintura y la atrajo a él, su agarre era fuerte, el hablaba y le daba algunas pautas pero ella no podía concentrarse, sentirlo así, sin camisa con su piel sudada era otro nivel.
En una maniobra Fobo la arrinconó en la pared, ella estaba perpleja no podía reaccionar ante los movimientos de él, solo tenía un impulso y sin previo aviso lo besó, se alejó de él y le dijo.
- Perdón pero no puedo concentrarme - dijo y el se río.
- Reprobé verdad.
- Si, pero te voy a dar otra oportunidad.
- Olvídalo esto no es para mi.
- Bueno lo básico que quería que dómines, ya lo dominas.
- Voy a bañarme y salgo a comprar un antiinflamatorio.
- Okay, te espero.
-  No demoro guapa.
Fobo se bañó y salió a comprar mientras Elvira se metió a bañar, estaba feliz porque las cosas con Fobo iban bien, salió del baño en toalla y se sentó para ponerse la crema, como solía hacerlo todos las noches, pero no se había percatado que esta vez no se encontraba sola.
- ¡Que hermosa eres!
Elvira se asustó y volteó a ver.
- Me extrañaste.

Señora hermosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora