36. Desfile Desvaído

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    Las palabras eran casi innecesarias. Los niños se quedarían en la habitación esperando la remota posibilidad de que apareciera Sofía. Mientras, Arturo y Franklin saldrían a buscar pistas. Esa decisión traía consigo un peligro inherente, pero a Franklin le importaba más el riesgo que pudiese correr Sofía.

    —¿Cuál es tú plan?

Arturo preguntó qué camino pensaba tomar Franklin tras haber caminado sin rumbo durante un par de minutos.

    —Empezar a descartar posibilidades. Pensé que alguno de los secuestradores podría estar todavía por la zona. No parece ser ese el caso.

    —A veces las cosas no son como parecen. Aún más en situaciones como esta.

    El comentario de Arturo hizo a Franklin caer en cuenta de algo. Él no podía esperar descartar cada posibilidad de forma rápida. La noche estaba llegando y la luminaria pública era escasa. La oscuridad había espantado a las personas que antes caminaban por las calles de la ciudad. No había lugar para esconderse.

    —¿Desde dónde pueden vigilarnos?

    —Desde alguna casa cercana. Desde alguna de las torres.

    —¿Torres?

    —Sí, como las que vimos al entrar a la ciudad. Parecen estar por todo el perímetro de la ciudad.

    Franklin no tenía idea de qué estaba hablando Arturo.

    —No me fijé. ¿Qué tan altas son?

    —No sé, unos doce metros.

    Dado que casi todas las edificaciones eran de un solo piso, esa altura era suficiente para observar casi todo lo que ocurría dentro de la ciudad si había una cantidad acertada de torres. Es decir, en ese mismo momento alguien podía estar observándolos desde alguna de las torres.

    —Regresemos a nuestra habitación.

    Arturo y Franklin volvieron con prisa donde se encontraban Anthony y Samantha

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    Arturo y Franklin volvieron con prisa donde se encontraban Anthony y Samantha. Pese a que trataban de ocultarlo, se atisbaba preocupación en sus pequeños rostros.

    Franklin debía aprovechar ese sentimiento para ponerlos de su lado. Sin embargo, tenía que tener cuidado de no hundir su estado emocional hasta el punto de que no pudieran colaborar apropiadamente. La situación era tan delicada como crítica.

    —Escuchen. No sabemos con certeza quién pero han raptado a vuestra hermana.

    Sin mediar palabra, Anthony se dirigió hacia la salida arrastrando a Samantha consigo. Franklin se apresuró en interponerse.

    —¿No me escuchaste? Aún no sabemos dónde o con quién se encuentra.

    —Tú lo has dicho, no tienes ni idea. No vamos a quedarnos contigo a esperar de brazos cruzados.

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⏰ Última actualización: Jul 21 ⏰

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Quiero Morir (Si puedes, sálvame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora