"No debí amarte pero no pude evitarlo
Tuve el presentimiento de que nunca lo sentiste
Siempre supe que eras un maldito egoista
No se por que no mire al otro lado"
Selfish - Madison Beer.
—Narrador omnisciente
Al día siguiente, la primera en despertar —otra vez— fue Denaith. Por alguna extraña razón, tenía la habilidad de despertarse una hora antes de que sonara su despertador. Con mucha pereza, salió de entre las sábanas y se metió en el baño para darse una pequeña ducha. Al terminar, siguió con su rutina de cuidado de la piel; eso le llevó solo unos veinte minutos.
Se puso unos pantalones cargo de color azul, una blusa ajustada blanca y acabó con sus Vans. Lo que veía en el espejo le gustaba por primera vez en meses. Hoy se sentía bien, feliz y con ánimo.
Finalmente salió de su habitación y caminó hasta la de su grupo de bailarines, golpeando la puerta con los nudillos. Unos minutos después, se oyeron pasos que se acercaban.
—¡Buenos días, guapa! Qué bonita te ves hoy. —saludó el chico mientras abrazaba a la pelinegra.
—Buenos días, Bill. No creí que estuvieses despierto tan temprano —respondió Denaith, separándose y mirando la hora en su móvil—. Son recién las seis de la mañana.
—Sabes que a veces me gusta ser un chico responsable. Ven, pasa. Acabo de despertar a los demás. —Bill sonreía con esa radiante sonrisa que tanto lo caracteriza.
Denaith y Bill son amigos desde prácticamente siempre. Se conocieron en quinto de primaria. Al pobre Bill, unos niños mayores comenzaron a molestarle en un pasillo donde no había cámaras. La razón era que Bill, en ese momento, era un niño gótico; bueno, sigue siéndolo, pero no es el tema. Estaban a punto de golpearle cuando Denaith llegó al rescate. Aún se pregunta de dónde sacó la fuerza y el valor para darle un puñetazo al líder. Así comenzó la amistad más linda y pura.
Durante su adolescencia, Denaith empezó a desarrollar sentimientos por aquel lindo chico, pero decidió reprimirlos, ya que Bill ni siquiera sabía si le gustaban las chicas o los chicos, y también porque ella se dio cuenta de que él solo la veía como una amiga, como una hermana. No podía seguir así porque le dolía, y mucho.
Reprimir los sentimientos suena fácil, pero no lo es. Ambos siempre sintieron una gran conexión por la música: Denaith cantaba sus canciones favoritas y Bill sacaba los pasos prohibidos. Un día decidieron que Denaith se convertiría en una gran artista musical y Bill sería su bailarín principal en los conciertos y vídeos musicales.
Hoy, los dos cumplían su mayor sueño de infancia.
Cuando Denaith sacó su primer álbum, fue tan exitoso que llegó a colaborar con el artista del momento, Dariel. Sí, el mismo que ahora es su pareja. Dariel quedó tan impresionado con la voz y el estilo musical de Denaith que decidió contactarla para su próximo álbum. Un año más tarde, Denaith ya era muy reconocida y la conexión entre ella y Dariel se volvió fuerte, comenzando a salir en el ámbito amoroso.
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𝘼𝙧𝙢𝙤𝙣𝙞́𝙖 𝘿𝙚 𝙇𝙤𝙨 𝙎𝙪𝙚𝙣̃𝙤𝙨 𝙍𝙤𝙩𝙤𝙨 - 𝘑𝘢𝘯𝘪𝘤𝘦 𝘎𝘳.
RomantizmEn un mundo donde las luces brillan tan intensamente como los corazones de quienes sueñan, Denaith emerge como una joven talentosa cuya voz cautiva a todos. Desde los pasillos de su infancia hasta el pináculo de la fama, su trayectoria está marcada...