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Cuando Minho despertó eran alrededor de las ocho de la noche. Estaba sentado al borde de la cama con la cabeza inclinada hacia abajo, su cabeza dolía y apretaba debido al vendaje puesto de forma mediocre que solo le causaba más dolor.

Podía escuchar ruido en la sala, sabía de quién se trataba y no se atrevía a levantarse para ir a averiguar si podría salir o no, y de todas formas, la puerta de la habitación estaba trancada.

Miró alrededor en busca de algo que pudiera ayudarle, pero su celular no estaba por ninguna parte. Sorbió su nariz mientras se levantaba y daba vueltas por el cuadro. Se asomó por la ventana, quizás, si saltaba podría correr, pero no creía sobrevivir a una caída de ocho pisos, era una idea irrealista y no funcionaria para nada, Christopher se aseguró de no bloquear la ventana, porque de ese modo le daría a entender que estaba tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos de escapar de él.

Sintió como le quitaban seguro a la puerta y segundos después Christopher ingresó con dos bolsas en sus manos. Minho volteó para encararlo, retrocediendo un poco más, quedándose del otro lado de la cama.

– Traje comida, necesitas energía.— Formuló el rubio mientras cerraba la puerta tras de sí de una patada, dejando ambas bolsas sobre la colcha.

Minho no respondió.

Christopher tampoco lo obligó a hacerlo. Empezó a sacar el contenido de ambas bolsas dejando la caja que contenía el gogi güi y Japchae al alcance del azabache.

Minho relamío sus labios, pero muy a pesar que tenía hambre después de no haber ingerido nada en todo el día y con la debilidad de todos los golpes, se negó rotundamente a comer y se sentó nuevamente en la cama, dándole la espalda.

– MinHo, por favor.— La voz del mayor era calmada pero mantenía esa pizca de enojo que lo llevaba caracterizando desde hace tiempo.— Necesitas comer.—

– No quiero nada de tí.— Enfatizó el haciéndole saber que no recibiría nada.

– ¿Ni un postre?

– Nada es nada.— Respondió.

– No entiendo porqué estás tan distante.— Christopher caminó con calma hasta llegar frente a MinHo. Su mano tomó su mentón y lo jaló haciendo que lo mirara.— Pensé que ya habíamos superado todo esto.—

– No puedo seguir viviendo sabiendo que siempre vas a estar ahí, como si no te arrepintieras de lo que me hiciste.— Balbuceó, su mandíbula estaba apretada.

– ¿Me tienes miedo?— Interrogó con interés, pero su expresión tenía una mezcla de desconcierto y furia.

De manera temblorosa, MinHo asintió. Con lágrimas acumulándose en sus ojos.

Christopher apretó sus manos, tratando de mantener la calma.

– MinHo, todo lo que he hecho lo he hecho por tí, para protegerte.— Dijo, con su voz temblando de emoción.— ¿Cómo puedes tener miedo de mí?—

– Protegerme no significa hacerme sentir que no tengo elección.— Dijo, con su voz ganando fuerza debido al enfrentamiento de miradas que ambos llevaban.

Christopher se acercó, terminando de cerrar la distancia entre ambos. Su mano libre subió hasta los hombros del más joven con sus ojos brillando en una intensidad peligrosa que MinHo supo leer perfectamente.

– No puedes dejarme así como así, no después de todo lo que pasamos.— Susurró.— Te necesito, y tú me necesitas a mí.—

– Esa no es tu decisión, Christopher.

El rostro de Cristopher se endureció, soltándolo de manera abrupta, provocando que su cuerpo cayera recostado nuevamente sobre la cama.

No dijo nada más antes de salir de la habitación dando un portazo que provocó que MinHo saltara en su puesto, escuchando el seguro ser puesto una vez más.

𝘽𝙤𝙮𝙛𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙 •||• 𝘏𝘢𝘯𝘒𝘯𝘰𝘸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora