Extra

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Eclipse;

El reloj marcaba las 3 a.m. en el apartamento de Christopher, y el silencio en la sala era casi tan opresivo como el peso de su culpa. En la penumbra del living, la mesa de centro estaba cubierto de fotos dispersas de Minho. Cada imagen, desde las sonrisas compartidas hasta las últimas capturas de Minho por Jisung, reflejaba la presencia dolorosa de un amor que se había desmoronado.

Nunca pensó que su vida tomaría este giro oscuro. Desde el día en que conoció a Minho, todo cambió. Al principio, fue una atracción genuina, una conexión instantánea que parecía destinada. Pero con el tiempo, esa conexión se convirtió en algo más complejo, algo que ni siquiera él podía entender completamente.

Christopher recordó la primera vez que vio a Minho. Estaba en el departamento de la facultad de leyes, trabajando en su computadora portátil, cuando Minho entró con su sonrisa brillante y su energía contagiosa, probablemente guiando un tipo de tour a los estudiantes de nuevo ingreso. Hablaron brevemente, pero algo en la manera en que Minho se movía y hablaba lo capturó. No podía dejar de pensar en él. Pronto, esa atracción inicial floreció en una relación, y los dos comenzaron a salir, construyendo recuerdos y momentos felices juntos.

Sin embargo, la felicidad inicial comenzó a desmoronarse con el tiempo. Los problemas entre Christopher y Minho se hicieron cada vez más evidentes. Christopher era distante, frío e indiferente sin mencionar que había empezado a serle infiel en reiteradas ocasiones, mientras que Minho anhelaba así sea un poco del amor que su novio ya no le brindaba. Las discusiones se volvieron más frecuentes, y Minho se encontró buscando un consuelo desconocido para su persona en uno de sus mejores amigos, Jisung.

Christopher había sido incapaz de aceptar las señales de advertencia en su relación con Minho: la creciente distancia, la frialdad que había empezado a crecer con el tiempo y, finalmente, la infidelidad que se le fue devuelta como un karma que ahora estaba claramente documentada en esas imágenes. La gala de trabajo había sido su último intento desesperado por salvar lo que había quedado de su relación. Había invitado a Minho con la esperanza de que una noche de elegancia pudiera reparar lo irreparable, pero el rechazo de Minho fue un golpe devastador.

Esa noche, mientras Christopher estaba rodeado de colegas y amigos, su mente estaba obsesivamente fija en Minho. La gala se convirtió en una parodia de normalidad, un evento en el que todo lo que podía pensar era en la humillación que le aguardaba. En un momento, sus peores temores se materializaron cuando vio a Minho y Jisung en un rincón apartado del evento, besándose con una intimidad que era cruelmente familiar y a la vez completamente ajena.

La imagen fue una bofetada brutal a su ego y a su desesperación. La furia que sintió no tuvo límites. Su mente se nubló por un torbellino de emociones encontradas: ira, humillación, y una desesperación corrosiva que no podía contener. Se precipitó hacia ellos, diciendo un montón de cosas de las cuales se arrepentiría en algún momento.

Cuando llegó al apartamento esa noche, el ambiente en la casa era tranquilo y sereno, una paz que contrastaba brutalmente con la tormenta interna de Christopher. Su entrada, cargada de furia, interrumpió la calma. Minho, sorprendido y asustado, se encontró cara a cara con un Christopher desbordado por una rabia ciega, la peor faceta que pudo haber conocido. La confrontación se tornó violenta de inmediato, con Christopher desahogando su furia en un acto de abuso que transformó la angustia en una serie de heridas físicas y emocionales en Minho.

El abuso fue el punto de no retorno en su relación. Minho, aterrorizado y roto, decidió que no podía soportar más. Se mudó a casa de Jisung, buscando refugio y un nuevo comienzo lejos de la pesadilla que había sido su vida con Christopher. Y para él, la pérdida de Minho y el rechazo que había experimentado fueron humillaciones que no podía procesar. La obsesión se apoderó de él, y comenzó a espiar a Minho y Jisung con una intensidad enfermiza.

La desesperación lo llevó a una vigilancia implacable. Christopher pasaba horas frente al apartamento de Jisung, observando desde la distancia o yendo directamente a golpear la puerta, esperando algún signo de que Minho todavía sentía algo por él, por más mínimo que así fuese. La impotencia y el resentimiento lo consumieron. El comportamiento errático de Christopher no tardó en convertirse en algo aún más siniestro. En un ataque de desesperación y locura, decidió secuestrar a Minho, llevándolo de vuelta al apartamento que alguna vez compartieron en un intento desesperado por recuperar algo que ya no podía tener.

El secuestro de Minho fue un acto de desesperación brutal y despiadada. Lo arrastró a un lugar inseguro, donde la violencia pasiva y la amenaza se convirtieron en su único lenguaje. Minho, atrapado y temeroso, vivió una pesadilla nueva y aterradora, un claro reflejo de la obsesión destructiva de Christopher. Finalmente, Jisung intervino, y pese a que no fue arrestado instantáneamente, el cargo de las consecuencias de sus actos caía como un peso extra en su mente quebradiza.

El juicio que siguió fue la culminación de su descenso. En la sala del tribunal, Christopher estaba visiblemente desgastado. Su rostro, marcado por la culpa y la desesperación, reflejaba el colapso de su mundo. Cada testimonio y evidencia presentados en su contra lo empujaban más hacia el abismo. Las declaraciones sobre su abuso y secuestro no solo confirmaron la gravedad de sus actos, sino que también revelaron el resentimiento que había alimentado su comportamiento.

Cuando el veredicto fue pronunciado, "culpable de todos los cargos", Christopher se hundió en su asiento, aplastado por el peso de la realidad. Los cargos de secuestro, abuso y acoso lo arrastraron hacia una condena que no solo reflejaba el daño que había causado, sino también el colapso total de su psique. La condena no solo era un castigo por sus acciones, sino también una exposición brutal de su fracaso y resentimiento.

En su celda, rodeado por las sombras de sus actos, Christopher enfrentó el abismo de su propia creación. Las imágenes de Minho y Jisung, mezcladas con recuerdos distorsionados de su relación y el juicio, formaban un torbellino de resentimiento y arrepentimiento. Su obsesión y el resentimiento que había cultivado lo habían llevado a un lugar del que no había escape. La pérdida de Minho había sido solo el principio de su descenso hacia la locura, y el resentimiento que había alimentado su locura seguía siendo su compañera constante.

Los días en la celda se convertían en una agonía interminable. Cada recuerdo, cada imagen de lo que había perdido, le recordaba constantemente la profundidad de su fracaso. Christopher había llegado a un punto donde el resentimiento y la locura se habían fusionado, dejándolo en un estado de angustia mental perpetua. Su descenso no solo reflejaba el daño que había causado, sino también el colapso total de su propio ser, consumido por la furia y el odio que una vez había dirigido hacia Minho.

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𝘽𝙤𝙮𝙛𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙 •||• 𝘏𝘢𝘯𝘒𝘯𝘰𝘸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora