XXXI

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Lupe se encontraba en una esquina del gimnasio donde entrenaba Aldo, estaba calentando para el sparring que iba hacer ese día

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Lupe se encontraba en una esquina del gimnasio donde entrenaba Aldo, estaba calentando para el sparring que iba hacer ese día.

Mientras Aldo hacía sus ejercicios que Jair “El Teacher” le habia ordenado que hiciera.

— ¿Lista, Lupe? — se acercó el hombre a la chica.

— Si.

— Perfecto, como tu entrenador en esta semana tengo que decirte que tienes un buen potencial. Ya sabes golpe, esquivo ¿bien? — ella asintió a las indicaciones, mientras él le ponía la careta y los guantes — No le tengas piedad, sácalo todo, todo lo que traes guardado aprovechalo para esté último día. En cambio él sí va a tener compasión hacia ti y no va a querer golpearte tan fuerte, los golpes de poder dalos con todo. ¿Entendido?

— Entendido Teacher. — le sonrío, esté le dio un pequeño golpe en la frente y ambos caminaron al ring.

—¿Que tanto le dijo? — pregunto Aldo quien estaba recargado en una esquina de aquel cuadrilátero.

— Que le importa, viejo metiche. Es mi técnica no suya. — le respondió Lupe haciendo que los presentes se burlaran de Aldo.

— Esta bien pinche Lupe, ve agarrando el pedo de que te voy a partir tu madre.

La chica subió al ring donde ya la estaban esperando; Jair dio las indicaciones, midieron la fuerza entre los dos y después de esto dio por iniciada la pelea.

Los golpes al principio comenzaron leves haciendo que Aldo aprovechará para practicar los golpes de altura, ya que Lupe era más pequeña.

Esté le dio un golpe que hizo que la chica tambaleara haciendo que Aldo se preocupara pero esta no se detuvo y comenzó a golpearlo con más fuerza logrando cansar a su amigo y acorralarlo en una esquina haciendo que el teacher se interpusiera entre los dos para detenerla por el tiempo.

—¡Tiempo!. — le dijo haciendo que ambos se separaran y se fueran cada uno a su esquina.

Aldo se tiró al suelo mientras el teacher le quitaba el casco y los guantes, el chico solo estaba agarrando aire.

—¡No mames pinche Lupe!

La chica comenzó a reír mientras lo veía, estaba orgullosa de ella.

— Nambre, viejo. Una máquina de pelear la Lupita, desdé afuera se veía como un pinchi chaneque lanzaba golpes a la chingada.

Explicaba el Teacher mientras Aldo se levantó y se acercó a la chica para abrazarla.

— Lo sentí. — dijo mientras se separaba y ponía un brazo de él sobre los hombros de ella — Ya no hay que invitarla más.

— ¿Cómo estuvo, Teacher? — Lupe tomó la mano de Aldo  y con el otro brazo libre lo abrazó por la cintura.

— Rompiste mis expectativas. — confesó — Aldo perdió la apuesta.

No Hay Nadie Como Tu || AldoGeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora