El Antiguo

Capítulo 8: Un mundo en crecimiento

Un hombre de cabello plateado estaba sentado en una habitación dentro de un edificio gubernamental, escribiendo en algunos documentos mientras otras personas estaban cerca. La habitación estaba en un silencio sepulcral mientras miraba el papel y luego al grupo frente a él. Todos eran faunos, cada uno vestido con ropa elegante y tenían una expresión tranquila en sus rostros. Miró a su lado y vio a los líderes de cada uno de los reinos.

"Todos ustedes saben que el mundo no puede mantener esto en secreto, ¿verdad?", preguntó.

"Con el tiempo, el mundo lo sabrá. Sin embargo, la tensión es alta debido a la conclusión de la Gran Guerra", dijo un hombre Fauno.

"¿Cómo podemos confiar en todos ustedes?" preguntó un vacuoano.

—¿De verdad crees que es una buena idea permitir que el público conozca la existencia de los Antiguos? —preguntó el Fauno. Su pregunta dejó a todos en silencio. Justo antes de que la Gran Guerra pudiera llegar a una conclusión sangrienta, una bestia de alguna era pasada irrumpió en la superficie y destrozó toda la fuerza humana que tenían los ejércitos. Una criatura tan enorme que hizo que los antiguos Grimm parecieran simples mascotas domésticas; y tan poderosa que sus armas prácticamente no hicieron nada más que enfurecerla. Cuando terminó, destruyó la determinación de los ejércitos de Remnant y de los Grimm, luego se retiró de regreso a donde vino.

El hombre miró al fauno con una expresión neutral. Conocía la existencia del Monstruo desde hacía siglos y evitaba su ira después de experimentar de primera mano de lo que era capaz. También sabía de los clanes que tenían vínculos con él, simplemente los descartaba como una tribu nómada que no tenía mucha influencia. Nunca en su vida inmortal esperaría que obtuvieran tanta influencia.

"Necesitamos aniquilar a esta bestia antes de que vuelva a la superficie y..." Un representante de Mantle habló, pero se detuvo cuando de repente una espada estuvo contra su garganta.

"Cuidarás tu lengua antes de que te la saquen de la boca", dijo uno de los faunos en un tono que se confundió con un susurro. Sin embargo, el líder guió suavemente la espada hacia abajo.

"No tiene sentido intentar localizar al Anciano, no sobreviviréis sin importar cuántos soldados reunáis, armas creéis ni estilos de lucha que aprendáis. Él es una fuerza que existe para mantener el mundo en su orden natural", dijo el líder mientras caminaba de un lado a otro de la habitación. Estaba claro que era un hombre culto, lo cual era algo raro considerando el estado del mundo en ese momento.

"¿Nos tomáis por tontos?" preguntó uno de ellos.

—No, pero estoy aquí para evitar que cometan más errores tontos —dijo mientras arreglaba un cuadro inclinado en un costado de la habitación.

-¿Qué errores hemos cometido? -preguntó el hombre.

"¿Están todos familiarizados con el Abajo?" preguntó el líder. Su pregunta provocó varias miradas confusas, con excepción del hombre sentado en el escritorio. Había oído hablar de un lugar, pero nunca lo había visto con sus propios ojos.

"No." Un representante de Mantle negó con la cabeza.

"Es un lugar donde viven los Antiguos. Un lugar donde existen cosas que no deberían existir en la naturaleza. Donde habitan bestias de tamaños gigantescos y florecen plantas que posiblemente puedan curar cualquier dolencia", dijo el líder mientras chasqueaba los dedos y otro fauno sacó una carpeta y la dejó sobre el escritorio, abriéndola antes de retroceder.

Cada uno de los líderes del reino vio imágenes de grandes bestias. Algunas de ellas habían sido contadas frenéticamente por algunos soldados a otros, pero fueron rápidamente descartadas. Una era una serpiente del tamaño de un autobús, pero parecía estar escupiendo un rayo de hielo a un Beowolf. El líder de Atlas palideció cuando se dio cuenta de que la historia que contaba su subordinado era cierta.