Todo vuelve a la normalidad después de que Can recupera la memoria y le propone matrimonio a Sanem.
Tiene lugar una hermosa y mágica noche de henna y a la mañana siguiente Can y Sanem se casan.
La tan esperada luna de miel tiene lugar en el barco d...
Como siempre, Nihat tiene que poner fin a la confusión que ha surgido dentro de la casa de Osman.
- Escuchen ustedes dos, ¿quieren arruinar el compromiso de Ceycey y Ayhan?
- Por supuesto que no mi marido.
- Por supuesto que no, señor Nihat.
- Entonces señora Aysun, por favor siéntese ahí y Mevkibe aquí a mi lado. Ya basta de avergonzarme por hoy.
Mevkibe agacha la cabeza, porque lo que menos deseaba en la vida era avergonzar a su marido.
- ¿Podemos empezar con el tío Nihat?
- Podemos Osman. Ahora cállate mientras pido la mano de Ayhan.
- Allah Allah. ¿No estoy ya sentado Nihat?
- Está bien, Mevkibe. Osman en representación de la familia Ceycey, un hombre bueno, trabajador, honesto, pido la mano de su hermana Ayhan en matrimonio para él.
Osman se aclara la garganta brevemente y toma la palabra.
- Yo Osman, en representación de mi familia que ya no está aquí, acepto tu petición, tío Nihat.
Todos aplauden, Ceycey saca un anillo de su bolsillo y Beyza ata el listón rojo para que Osman la corte
- La novia no parece muy feliz, ¿crees Melahat?
- Allah Allah. ¿No crees que ya es suficiente confusión por hoy Aysun?
- ¿Por qué lo dices? Solo hice un comentario y nada más.
Melahat la mira a los ojos, toma un caramelo de la mesa y se aleja de Aysun.
Tumbado en brazos de Can, contando las estrellas del cielo, Sanem le pregunta:
- ¿A quién se parecerán más nuestros hijos?
- Será una mezcla tuya y yo Sanem.
- Nunca imaginé que tendría tres hijos así a la vez.
- Por extraño que parezca, yo tampoco.
- Pero me dijiste que soñaste con ellos, Can.
- Desde que leí en tu libro que te gustaría tener tres hijos conmigo, en realidad terminé soñando con ellos, eso fue todo. Pero luego pensé: es sólo un sueño.
Sanem lo abraza felizmente.
- Un sueño hecho realidad Can.
- Evet mi único. Pronto seremos padres de tres hijos, a quienes sin duda amaremos más que a nada en la vida.
Sanem lo mira seriamente.
- ¡Puedes, no los estropearás!
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- No voy a mimarte demasiado, Sanem. Sea despreocupado.
