consecuencias ; julienzo

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Faltaba todavía unos cinco días para el comienzo de los JJOO, en el momento estaban disputando un partido amistoso contra Guinea para tantear la formación planteada por el DT. Julián jugaba de titular mientras Enzo observaba desde el banco. El juego no parecía ser fructífero para la selección ya que iban perdiendo a los diez minutos del segundo tiempo.

El menor se prepara para ingresar ante la indicación de Mascherano de que entre en calor. Sentía una molestia en su tobillo izquierdo desde la Copa América, por lo tanto él mismo había informado que no estaba para jugar el partido completo. Aparte, aunque trataba de restarle importancia, estaba nervioso por la reacción del público con su presencia.

Muy errado no se encontraba ya que cuando ingresó se escuchó un silbido multitudinario, excepto por la gente que simpatizaba por Argentina. Enzo instantáneamente había buscado la mirada de Julián como si de un refugio se tratase, pero el mayor observaba las tribunas con expresión de enojo, sin mirarlo.

Excepto por esa pésima entrada, el partido siguió su rumbo y no contó con más momentos significantes en los 35 minutos que faltaban. Terminó sin goles por parte de la selección y con una derrota, dejando sabor a poco. Lo bueno para el morocho era que no habían ocurrido más abucheos hacia su persona, asi que se encontraba más tranquilo.

Enzo, ya en el vestuario, intentó ducharse y cambiarse rápido. Le habían comunicado que los periodistas en el pasillo estaban esperándolo únicamente a él y que debía aprovechar ese momento para aclarar todo ante la prensa. Le llamó la atención que Julián no lo había mirado ni por asomo, estaba muy concentrado en su celular y parecía estar enojado con quien fuese que estaba hablando. Seguro con la tóxica de la novia, pensó Enzo.

Fue fácil dar declaraciones sobre lo ocurrido ya que obviamente no fue a hablar sin preparación, tenía aprendido lo que debía decir o, más importante, lo que no debía decir. De todas formas, no era muy distinto a las disculpas que habían sido publicadas en su instagram, y el menor honestamente se mostraba arrepentido.

La última entrevista la estaba tomando con más liviandad, era de un medio argentino y las preguntas no iban mal intencionadas ni estaban únicamente relacionadas a su polémica.

- A todos nos llamó la atención que a último momento te sumaste a los Juegos, ¿ya sabías con anticipación o te tomó de sorpresa?

- Sí, me avisaron con anticipación para que pueda hablar con el club y pedir la autorización. - Le habían dicho que diga eso para que no se despierten especulaciones sobre su repentina incorporación. - La verdad que me puse contento de que me dejen, siempre representar a la selección es un orgullo.

- ¿Se debe a algo el hecho de que no hayas jugado el partido entero o son decisiones del DT?

- Estoy dolorido de un tobillo desde la final de la Copa, así que los doctores me recomendaron que trate de descansar lo más posible. Igual me dijeron que no es grave y lo más seguro es que para el próximo partido ya esté bien.

El periodista seguía hablando preguntándole algo que el menor hubiese escuchado, sino fuese porque había aparecido Julián en el pasillo, ignorando a los periodistas franceses que querían hablar y acercándose cada vez más a él. El mayor tenía la misma cara que en el vestuario, mirada al piso, el ceño fruncido y la seriedad que lo caracteriza.

Unos centímetros antes de llegar a la cámara que lo grababa, su amigo levantó la mirada y Enzo vio como cambió su expresión al cien por ciento, poniendo ahora una sonrisa en su rostro. Lo desencajó al menor no saber si la cara era por verlo a él o por el acting que se veían obligados a hacer, así que volvió a mirar hacia el reportero un poco nervioso.