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La noche caía sobre la ciudad olímpica, y la luna iluminaba el evento que se llevaba a cabo, destinado solo para los atletas y unos pocos periodistas.

Julián y Enzo, vestidos de manera impecable, atravesaron las puertas del salón donde se realizaba la fiesta, pasando por el gran parque de bienvenida. El lugar estaba decorado con elegancia, con arreglos florales y luces doradas, aparte de insignias de los Juegos Olímpicos por todos lados.

Había deportistas de todas las disciplinas mezcladas, obviamente representando diferentes países.

Julián, con su personalidad más tranquila, observaba todo desde una esquina, mientras Enzo, con su humor sociable que lo caracterizaba, saludaba a conocidos y desconocidos. Los periodistas no paraban de sacar fotos y buscar declaraciones pero ninguno de los dos se paró a hablar frente a las cámaras, quizás más tarde.

La música que sonaba parecía electrónica, causando una mueca de disgusto en Enzo que solo tenía ganas de escuchar cumbia. Julián se sirvió una copa de vino y se apoyó en una columna decorada, mientras veía a su amigo yendo a la cabina del DJ para pedirle que cambie la canción.

Al final, estar en la mirada del público no era tan malo si estos eran los requisitos. El vino era uno de los mejores que el castaño había probado y la noche tomaba forma cada vez que sonaba alguna canción en español, escuchando el aliento de los deportistas latinos.

Aunque estaba medio incómodo al principio, Julián empezó a relajarse y disfrutar de la noche. La presencia constante de Enzo, con sus chistes y su risa contagiosa, le cambió el humor y le aflojó cualquier tipo de tensión, dejándose llevar por el clima cálido.

- No te vayas a poner borracho vos, eh.

- Está dificil hoy, este vino es buenísimo. - Julián señala con su dedo el líquido que queda en su copa.

- No me gustó, quería un destornillador o un trago así pero no hay.

- Es un evento fifí, vos estás mal ubicado. - Contesta Julián en tono burlón.

- Pasa que yo fui turro en otra vida, ¿sabías?

- ¿En otra vida? - Se ríe el castaño.

Un barullo les llama la atención pero simplemente son las risas de un famoso jugador de tennis que está dando una nota con otro deportista.

- Tendríamos que hablar con los periodistas,¿no? - Pregunta Julián.

- Sí, deberíamos.

- ¿Y qué les decimos? - Termina de tragar lo último de su vino. - Que nadie nos de indicaciones me pone nervioso.

- Tranqui. - Enzo copia su acción y agarra una copa de la bandeja de un mozo que justo pasaba. - Vamos cuando estemos un poco más entonados. - Le guiña el ojo al mayor y este niega con la cabeza, siente que no es una buena idea.

El castaño se acomoda un poco la corbata que le quedaba bastante incómoda. No entiende por qué habían ido tan formales considerando cómo estaba vestido el resto, que tenían una onda más tranquila. Decide sacarse el saco, por el calor y de paso la corbata.

Enzo se había ido nuevamente, esta vez a buscar algo de comida en una mesa, aunque Julián observó que hablaba con un deportista que se cruzó en el camino. Iba a ir con él para no quedarse solo pero se desconcentró con un video que comenzó a sonar en la pantalla grande. No era tampoco muy entretenido, trataba obviamente de los Juegos Olímpicos y cómo se fue preparando París para recibirlos.

Sonrío cuando, en un momento del video donde pasaban una recopilación de otros años, apareció Messi con una medalla dorada. Buscó a Enzo con la mirada pero ya lo había perdido de vista.

consecuencias ; julienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora