Elena estaba sentada en la sala de la casa de campo, su teléfono en la mano, lista para hacer la llamada que sería crucial para su plan. Respiró hondo y marcó el número de Doña Irene. El teléfono sonó varias veces antes de que Irene contestara.
—¿Elena? —preguntó Irene, con un tono de preocupación en su voz.
—Hola, Irene. Necesito hablar contigo —dijo Elena, fingiendo estar muy afectada.
—Claro, querida. ¿Estás bien? —respondió Irene, con suavidad.
—No... no estoy bien. Todo esto es demasiado para mí. Necesito un día más para asimilar lo que ha sucedido. ¿Podrías hablar con Don Vittorio? Por favor, dile que necesito un día más —dijo Elena, su voz temblando.
Irene hizo una pausa, aparentemente considerando la petición.
—Está bien, Elena. Hablaré con él. Sé que esto es mucho para ti. Tómate el tiempo que necesites —dijo Irene, tratando de sonar reconfortante.
—Gracias, Irene. No sabes cuánto te lo agradezco —dijo Elena, antes de colgar.
Más tarde, Irene se encontraba en el lujoso despacho de Don Vittorio. Él estaba sentado en su escritorio, revisando documentos cuando Irene entró.
—Vittorio, necesito hablar contigo sobre Elena —dijo Irene, con voz seria.
Don Vittorio levantó la vista, su expresión cambiando a una de preocupación.
—Irene, ¿qué sucede? —preguntó, dejando los papeles a un lado.
—Está muy afectada por todo lo que ha pasado. Me llamó, pidiendo un día más para asimilarlo. Creo que realmente necesita ese tiempo. Está segura de que aceptará tu oferta, pero necesita un poco más de tiempo para procesarlo —explicó Irene.
Don Vittorio miró a Irene con una mezcla de ternura y preocupación. Estaba perdidamente enamorado de ella y, de hecho, llegó a inculpar a un hombre injustamente para que ella estuviese sola y se fuese con él. Confiaba ciegamente en todo lo que Irene le decía.
—Si tú crees que es lo mejor, entonces le daremos ese día. Confío en tu juicio, Irene —dijo Don Vittorio, con una sonrisa.
Irene sonrió y asintió, agradecida por su comprensión.
En la casa de campo, Elena y Damián estaban sentados en la mesa de la cocina, rodeados de mapas y notas. Habían pasado el día discutiendo su plan, sabiendo que no podían permitirse ser descubiertos.
—Tenemos que ser meticulosos. No podemos permitirnos errores —dijo Elena, mirando los papeles esparcidos frente a ellos.
—Lo sé, Elena. Pero esto es extremadamente peligroso. Si te infiltras en la Camorra, tendrás que participar en sus negocios turbios para demostrar tu lealtad. No podrás continuar trabajando en tu profesión como abogada —dijo Damián, con preocupación en su voz.
Elena asintió, sabiendo que él tenía razón.
—Lo entiendo, Damián. Pero esta es nuestra mejor oportunidad para desmantelar la organización desde dentro. Si logro ganarme la confianza de Don Vittorio, podré acceder a información crucial que nos permitirá destruirlos —dijo Elena, con determinación.
Paso 1: Establecer Confianza
—Primero, necesito ganar la confianza de Don Vittorio. Aceptaré su oferta y participaré en algunas de sus operaciones para demostrar mi lealtad —dijo Elena, apuntando los detalles en un cuaderno.
—Debemos ser estratégicos sobre cómo te presentas. Tu primer encuentro debe ser convincente. Tienes que mostrarte dispuesta a hacer lo que sea necesario para ganar su confianza. Hazle creer que estás completamente comprometida —dijo Damián, su voz llena de preocupación.
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El Vals de las Sombras
Mistério / SuspenseEl Vals de las Sombras Elena, una abogada decidida, está obsesionada con limpiar el nombre de su padre, injustamente encarcelado. En un lujoso baile de máscaras, conoce a Damián, un enigmático hombre con sus propios secretos oscuros. Lo que comienza...