Damián no podía soportar más la distancia. La preocupación por Elena lo carcomía por dentro y necesitaba verla. Esa mañana, mientras Elena se preparaba para otra noche de alto riesgo, recibió un mensaje encriptado de Damián.
—Elena, por favor, tenemos que hablar. No puedo soportar esto. Necesito verte, asegurarme de que estás bien —escribió Damián, su preocupación evidente.
Elena sintió una punzada en el corazón. Ella también lo extrañaba desesperadamente, pero sabía que encontrarse sería demasiado peligroso.
—Damián, no podemos. Si nos descubren, nos matarán. Tienes que confiar en mí. Estoy bien —respondió, tratando de mantener la calma.
—No estoy seguro de cuánto más puedo soportar esto. Necesito saber que estás segura, verte con mis propios ojos —insistió Damián.
Elena sabía que debía ser firme. No podían arriesgarse.
—Damián, por favor. No hagas esto más difícil. Te prometo que estoy bien. Nos veremos cuando sea seguro. Confía en mí. Ya sabes que la misión de hoy implica viajar a Barcelona, tendremos que esperar para vernos... —escribió, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.
Damián respondió después de unos segundos de silencio.
—Está bien, Elena. Confío en ti. Pero por favor, cuídate. —escribió Damián.
Esa noche, Elena se preparó con esmero. Sabía que cada detalle contaba. Se dirigió al puerto, un lugar oscuro y peligroso donde la mafia rusa y la Camorra realizaban sus transacciones más turbias. Llevaba puesto un elegante traje negro que le permitía moverse con facilidad y ocultar su equipo de espionaje.
Al llegar al puerto, se escondió detrás de unos contenedores, observando el movimiento. Los guardias patrullaban la zona, y Elena supo que debía ser extremadamente cautelosa. Utilizando su ingenio, encontró un punto ciego en las cámaras de seguridad y se deslizó dentro del área restringida.
Elena se movía con sigilo, esquivando guardias y evitando las cámaras. Encontró un contenedor sospechoso y usó sus habilidades de ganzúa para abrirlo. Dentro, encontró cajas llenas de drogas y armas. Sabía que esto era solo una parte del cargamento que la mafia rusa estaba moviendo.
Mientras registraba el contenedor, escuchó voces acercándose. Se escondió rápidamente detrás de una pila de cajas y escuchó la conversación.
—¿Todo listo para el lunes? —preguntó una voz que reconoció como la de Dmitri.
—Sí, todo está bajo control. El cargamento llegará a través de la ruta del norte. No podemos permitirnos errores esta vez —respondió otra voz, probablemente la de Svetlana.
Elena memorizó cada palabra, sabiendo que esta información era crucial. Sabía que tenía que salir de allí sin ser detectada.
Mientras intentaba escapar, se encontró con un grupo de mafiosos rusos supervisando el cargamento. Se escondió en la oscuridad y escuchó una conversación reveladora sobre sus operaciones.
—¿Estás seguro de que la Camorra no se interpondrá en este cargamento? —preguntó uno de los mafiosos.
—Sí, nuestro contacto dentro de la Camorra nos ha asegurado que estarán ocupados con otro asunto esa noche. No habrá interferencias —respondió otro.
Elena supo que esta información era valiosa para desmantelar la red de tráfico. Sabía que debía comunicar esta información al equipo y a Damián cuanto antes.
Utilizando un dispositivo encriptado, Elena comenzó a transmitir la información al equipo.
—Información crucial obtenida. El cargamento llegará el lunes a través de la ruta del norte. Los rusos creen que la Camorra no intervendrá porque tienen un informante en la Camorra. Necesito salir de aquí ahora —escribió, enviando el mensaje.
Damián respondió casi de inmediato.
—Sal de ahí, Elena. Te cubrimos desde aquí. Ten cuidado. —escribió Damián.
Elena guardó su dispositivo y comenzó a moverse hacia la salida, esquivando a los guardias. Justo cuando estaba a punto de salir, fue descubierta por un guardia. Con rapidez y precisión, utilizó una táctica de defensa que Damián le había enseñado y logró neutralizarlo sin hacer ruido. Corrió hacia el punto de extracción que habían acordado con el equipo. A lo lejos, vio a Javier y Marcos esperándola en una furgoneta. Subió rápidamente y cerraron la puerta detrás de ella.
—¿Estás bien? —preguntó Javier, mirándola con preocupación.
—Sí, pero esto se está volviendo cada vez más peligroso. Necesitamos analizar esta información y planificar nuestro próximo movimiento —respondió Elena, respirando con dificultad.
De regreso en el refugio, Elena se reunió con el equipo para analizar la información obtenida. Laura, Javier y Marcos la esperaban, listos para desentrañar los detalles.
—Elena, ¿qué descubriste? —preguntó Laura, mientras encendía su portátil.
—El cargamento llegará el lunes a través de la ruta del norte. Los rusos creen que la Camorra no intervendrá porque tienen un informante en la Camorra. Tenemos que actuar rápido —dijo Elena, entregando las fotos y documentos que había conseguido.
El equipo comenzó a trabajar de inmediato, analizando los datos y planificando su próxima misión.
Mientras el equipo trabajaba, Elena recibió un mensaje de Alexei. Sabía que debía mantener las apariencias y responder.
—Elena, me encantó verte nuevamente esta noche. Cada vez que estamos juntos, siento que nos conectamos más. ¿Te gustaría acompañarme mañana para cenar? Solo tú y yo. —escribió Alexei.
Elena sabía que debía aceptar la invitación para seguir ganando su confianza.
—Claro, Alexei. Me encantaría cenar contigo. ¿A qué hora? —respondió, manteniendo un tono profesional pero amigable.
—Te recogeré a las ocho. No puedo esperar a verte. —respondió Alexei.
Elena suspiró, sabiendo que esto complicaría aún más las cosas, pero era necesario para mantener su fachada y obtener más información.
ESTÁS LEYENDO
El Vals de las Sombras
Mystère / ThrillerEl Vals de las Sombras Elena, una abogada decidida, está obsesionada con limpiar el nombre de su padre, injustamente encarcelado. En un lujoso baile de máscaras, conoce a Damián, un enigmático hombre con sus propios secretos oscuros. Lo que comienza...