Capítulo VII

6 3 0
                                    


Ambos esperamos al anochecer recostados en la misma cama, yo estoy un poco emocionada de lo que me podría mostrar, mientras que él, en todo este tiempo, solo me ha escuchado hablar.

—Entonces, ya se hizo de noche —carraspeo mi garganta esperando a que su mirada se apartase de mi cabeza.

—Sí, ya se oscureció —dice Nil, acariciando mi cabello—. ¿Estás emocionada por lo que te enseñaré? —sonríe.

Estiro mi mano hacia su rostro y, con mi dedo inicial, presiono sus mejillas.

—¿Qué haces? —ríe mientras busca mi mirada. Yo no podía quitar mi dedo sobre mejilla, es demasiado suave.

—Tienes unas mejillas muy suaves —repito en voz alta.

—No me cambies el tema —dice Nil, haciendo un puchero.

—Actúas como un niño —declaro.

—¿Y eso te incomoda? —Me mira como si mi respuesta dependiese de ello, es un poco exagerado, pero muy lindo.

—Al contrario —confieso—, es acogedor.

Su sonrisa vuelve como si de un soplido se tratase. Mi opinión la toma muy en cuenta y se preocupa demasiado por mí, me hace querer molestarlo de vez en cuando.

Llevo mi mano hacia su cabello y lo comienzo a acariciar, él ya me había dado suficiente atención en todo este tiempo, ahora es mi turno de hacerlo.

—¿Sabes?, contigo me siento cómoda y segura —suelto de la nada.

—¿Es en serio? —pregunta Nil.

—Sí, es increíble que, en tan poco tiempo, puedas hacerme sentir de esta manera.

¡Desde el principio!, grita mi subconsciente.

Sé que Nil tiene algo especial, algo que me hace querer aferrarme tanto a él y tratar de acompañarlo en todo, ayudarlo y protegerlo.

—¿Qué más te hago sentir? —pregunta Nil, con firmeza.

Miro a sus ojos ante tan repentina pregunta y, aquel verde envolvente, me llena de paz. Arrastro mi mano, deslizándola por su rostro, hasta quedar en su mejilla.

—Cosas que no puedo explicar —confieso—. Es algo, inexplicable, pero a la vez tan certero.

Mientras acaricio su mejilla y veo como ésta va tomando un color rojizo, siento como mi mano comienza a calentarse lentamente hasta que pellizco su mejilla, ocasionando un leve quejido de parte de Nil.

—¡Guerrera! —reclama Nil, sobando su mejilla sin apartar mi mano.

Suelto una leve carcajada y me levanto de la cama, giro mi cabeza hacia la ventana y allí se podían las luciérnagas que me enseñó el otro día.

—Nil, las luciérnagas —advierto, no puedo apartar la vista de aquellas pelotitas de luz. Me es imposible.

—¿A qué esperas? —se levanta rápidamente de la cama—. ¡Vamos a verlas! —me extiende su mano y yo la sostengo.

—Corre —suelto antes de comenzar a hacerlo.

Nil, sin quedarse atrás y con sorpresa, corre junto a mí.

Estoy emocionada por sentir lo mismo que ese día. Miro hacía mi lado y él pareciese estar volando mientras corremos, rio de su intento por seguirme el paso y él nota eso. Sin aviso, él se detiene bruscamente, haciéndome retroceder hasta el punto de caer, pero él lo impide tomándome entre sus brazos, tal como a una princesa.

Mi Último Deseo || #PGP2024 || #POFG202R || ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora