Capítulo XII

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Nil no me aparta de sus ojos, observando todo de mí y, mientras yo espero su respuesta, acerco mi mano hacia su frente, pero al no alcanzarlo me vi frustrada, sin embargo, él se dio cuenta de lo quería hacer e inmediatamente me acerca hacia él, cerrando sus ojos al sentir mí tacto, como si lo estuviese esperando.

Lo acaricio por un largo tiempo, esperando pacientemente a su respuesta hasta que, finalmente, toma el coraje de continuar.

—Te conozco muy bien porque tú ya habías estado aquí antes —suelta de golpe.

¿Cómo que he estado aquí antes?, ¿se habrá confundido?, de otra manera, no sé cómo explicar tal hecho.

—Eso es imposible. —Retiro mi mano de su rostro y suelto mi risa nerviosa—. Es la primera vez que he estado aquí.

Es una broma, ¿verdad?

—No, no es así —suspira y con su otra mano, despliega su magia con los destellos verdes, esparciéndolos tan lejos para que aquellas formasen una imagen visible para mí—. Al principio, tu maldición era mi maldición —dice, para luego mostrándome escenas en donde él estaba enfermo y con los mismos síntomas que yo—. ¿Recueras que te conté acerca de mi libertad? —pregunta, a lo que yo asiento con mi cabeza —. Mientras que mis padres me concedieron la libertad para vivir mis últimos momentos de vida explorando lo que nunca había visto, yo me fui acercando peligrosamente hacia los humanos, hasta que te vi por primera vez.

Me arrastro para ver mejor aquellas figuras y presenciar como todo avanza maravillosamente, pareciera que su vida se está produciendo por si sola frente a mis ojos.

—¿Me viste a mí? —pregunto al notarme en esas escenas.

—Así es —responde con dulzura—. En cuanto te encontré por primera vez, tan solo me quedaba una semana de vida, así que desafié al destino y me acerqué a ti. —Mueve su mano hacia la derecha, como si estuviera seleccionando una escena en específico—. Te mostré todo lo que sé y tú, aunque me costó que entraras en confianza, realmente me acompañaste y me enseñaste como era tu vida, tus guerras luchadas, así, hasta mis últimos días.

Miro cada escena como si de mis recuerdos se tratase, resultándome tan familiar, tan esplendido, pero a la vez, tan triste.

—¿Cómo es que hoy estás aquí con vida? —pregunto, mirando su rostro de piedra.

—Eso es porque, después de que yo muriese —suspira y continua con la voz rota—, fuiste donde una bruja, ofreciéndole tu vida a cambio de volver al pasado y pasar mi maldición a ti —Nil no se contuvo más y se detiene presionando sus labios. Lo veo tan indefenso desde aquí.

Volteo a ver las escenas que me mostraba Nil y estas hablaban por si solas.

Allí se muestra todo, del como corro, desesperada, hacia la bruja, la misma que me lanzó una maldición de los siete días, y le suplico que lo deje vivir. La bruja me ofrece un trato, uno en el que ella me buscaría para que así estuviese segura de que mantendría la promesa, la cual consistía en que, una vez muerta, mi alma sería para ella.

Aquella bruja me ve con odio y desprecio, las consecuencias de luchar con las otras especies, defendiendo a mi supuesta gente. Ahora lo entiendo.

—¿Quieres decir que, te salvé a cambio de lo que estoy viviendo ahora? —pregunto para asegurarme de lo que estoy viendo.

Las imágenes siguen pasando y veo como Nil, se enamora una y otra vez de mí, de distintas formas, pero a la vez, siempre veía cuando fallecía al séptimo día. A eso se refería con que no era la primera vez, esto se convierte en un bucle. ¿Cuántas veces me tuvo que ver morir? ¿Cuántas veces me tuvo que ver sufrir? Y, aun así, seguía estando ahí para mí, enamorándose cada vez que me volvía a encontrar.

Mi Último Deseo || #PGP2024 || #POFG202R || ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora